viernes, 19 de enero de 2018

ENCUENTRO CON INÉS PLANA Y "MORIR NO ES LO QUE MÁS DUELE"

Hace pocos días un grupo de blogueras tuvimos la suerte de poder reunirnos con Inés Plana, autora de Morir no es lo que más duele, la nueva y potente apuesta de Espasa. Gracias a Laura Fernández, del Grupo Planeta y a Pepa de Qué locura de libros nos reunimos en la Taberna Restaurante El Caldero, donde siempre nos reciben de maravilla y nos facilitan un ambiente genial para una charla tranquila y cómplice. 

Inés Plana es periodista y nació en la localidad oscense de Barbastro, aunque toda su carrera profesional se ha desarrollado en Madrid. Ha trabajado en diversos medios de prensa escrita y también en el terreno editorial, creando y coordinando colecciones de títulos relacionados con la divulgación de la historia y del arte. Actualmente es directora del periódico-magacín Vivir bien. Morir no es lo que más duele es su primera novela.


Un hombre aparece ahorcado en un pinar en las afueras de Madrid con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se halla un papel con el nombre y la dirección de una mujer: Sara Azcárraga, que vive a pocos kilómetros de allí. Frágil, solitaria, bebedora de vodka en soledad, Sara rehuye cualquier contacto con otras personas y trabaja desde casa. El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso asistido por el joven cabo Coira, que se enfrenta por primera vez a una investigación criminal. Una investigación difícil, sin apenas pistas y con demasiados enigmas. A medida que el teniente Tresser avance en sus investigaciones, descubrirá unos hechos que darán un trágico vuelco a su existencia y le conducirán a un viaje a los infiernos que marcará su vida para siempre. 

EL ENCUENTRO

 

La primera y casi obligada pregunta era cómo había llegado a Espasa con su primera novela, cómo había empezado toda esta aventura.

- De una forma bastante insólita - nos reconoció - Yo siempre he partido de la base de que en las editoriales no hay enchufe que valga. Te pueden recomendar pero en el fondo es un negocio, uno de los más bonitos que existen, desde luego, pero negocio. Todo sucedió de una manera sorprendente porque yo acabé el manuscrito y se lo di a leer a una amiga mía periodista, Amparo Mendo, que le entusiasmó. Me preguntó qué pensaba hacer con él y le contesté que enviarlo a algunas editoriales y ver qué pasaba. 'Pues vamos a lo grande', me animó. Ella tenía un contacto en el Grupo Planeta en el área de Espasa pero hacía mucho que no hablaban. Así que escribió un mail  recomendando mi novela como una novela diferente y que valía la pena leer. Pero la persona a la que iba dirigido ese mail ya no trabajaba en ese departamento, así que alguien lo reenvió y, sin que yo tenga claro cómo, acabó en manos de Belén Bermejo, mi actual editora. Ella se fijó no sólo en la recomendación sino en el mail que yo también había escrito. Se dio cuenta de que estaba bien redactado, algo que yo considero fundamental cuando esa es tu carta de presentación. Debes cuidarla con mimo. Quizá jugué con la ventaja de que por mi trabajo como periodista escribo correctamente. Es verdad que dentro del mundo de periodismo hay de todo en cuanto a la habilidad para redactar, pero mi trabajo me ha permitido mantenerme cerca de la escritura porque siempre he querido escribir y me ha ayudado. 

Le pasaron la novela a un lector para que hiciese una valoración previa a la lectura de la propia Belén y cribarla un poco. Al cabo de un mes y pico me llamaron para decirme que el informe del lector era muy bueno así que imaginaos mi alegría, me puse a pegar botes por casa. Apenas una semana después mi editora me llamó para asegurarme que le encantaba y que Espasa la iba a publicar. Yo volvía a Madrid desde Barbastro y me tuve que parar para coger el teléfono... fue tal mi emoción que el coche se llenó de vaho. Así empezó todo. 


Algo que a todas nos interesaba era saber cómo va surgiendo la historia, si Inés ya tenía todo organizado en su cabeza antes de ponerse a escribir o las ideas le iban saliendo al encuentro.

- Fue surgiendo poco a poco en mi cabeza porque tenía poco tiempo para escribir y era ahí dónde iba guardando la información y las ideas. Entre sesión y sesión de escritura reflexionaba y tomaba notas. Por eso cuando llegaba al folio en blanco ya llegaba con la trama más o menos hecha. Me he planteado cada capítulo como una novela en sí, con apertura y cierre aunque luego los personajes y la acción continúen. Quería tratarlos de una manera artesanal, con el escenario muy determinado, enriqueciéndolo todo mucho por eso iba cerrando las tramas de capítulo en capítulo de tal manera que uno me llevaba a otro. Tenía una trama general, una base en la cabeza, pero luego la novela te va llevando porque es un ente vivo, tienes que dejarte llevar. Igual sucede cuando la propia novela te cierra puertas y hay ideas que tenías que por más que lo intentas no salen; entonces sabes que algo has hecho mal y debes replanteártelas desde otro punto de vista. Las situaciónes me iban llevando a otras situaciones: tenía un hombre ahorcado en un pinar con el nombre de una mujer en el bolsillo, una mujer que vive cerca. Desde ahí era ir tirando del ovillo y aprovechar ese crimen para contar vidas que es lo que, en el fondo, a mí me resulta más gratificante y con lo que más he disfrutado. Sobre todo porque son personajes a los que la vida les da un hachazo brutal.

Sara, por ejemplo, es un personaje que, según me van contando, ha impactado mucho, que causa mucha empatía y que tiene en su vida muchos rincones oscuros. Para llegar a Sara me fijé en personas que lo habían pasado muy mal, que son personajes del dolor. Y a Sara le tocó sufrir, fue así. Su evolución en la novela me ha creado muchos problemas pero me ha dado también muchas satisfacciones. A veces es más fácil recrear la vida de alguien moviéndonos en los arquetipos más normales pero hay que meterse en el alma de todos. También para ella me fijé en cuántas veces estamos en la encrucijada de un problema y somos incapaces de salir. O vemos a alguien a quien queremos no querer salir de una situación dura o complicada porque prefiere quedarse donde está. Dar un paso para remontar les supone un esfuerzo porque han de elaborar una nueva vida y no siempre se está dispuesto a ello. Por eso opté por poner a Sara en la tesitura de no querer asumir lo que ocurrió y no querer cambiar. Lo cierto, para mí, es que no siempre hay finales felices en los que la gente remonta, apoyados por familia y amigos que les aplauden. La realidad suele ser muy distinta.

 Lo que más trabajo me costó fueron los saltos en el tiempo, ir hacia atrás, porque para explicar cada vida quería ir al pasado y traerlo al presente. Quería construir un relato de todos ellos que fuera encajando poco a poco. Los 'seres brutales' son, en el fondo, cutres y así los quería retratar porque, para mí, la brutalidad es suciedad. No me creo esas personas malas que son también refinadas y amantes de la música, por ejemplo. Hay gente que nace con ese gen de la maldad pero que crece y vive en un entorno que hace que no desarrollen esa faceta. Y hay otros que nacen con la ira prendida y a partir de ahí sólo empeoran. Yo creo que sí se nace malo, aunque tu entorno puede favorecer o no que desarrolles la maldad que llevas dentro.


Respecto a los capítulos ambientados en el pueblo, se le planteó a Inés el ambiente agobiante que suele haber en ellos y cómo ella lo había resuelto tan bien.

- Yo también soy de un pueblo, de Barbastro, aunque ya tiene 16.000 habitantes. Cuando era pequeña Barbastro se limitaba a lo que era el centro y la plaza. Estamos al lado de los Pirineos y mi padre tenía una tienda muy grande de ropa de todo tipo: de caballero, de señora, de niños... y era la que sutía a toda la comarca del Somontano y también a toda la zona de la montaña. La gente bajaba a comprar a la tienda los sábados y todos decíamos 'ya vienen los montañeses'. Eran personas extrañas, rarísimas, nada empáticas y para la novela recordé a este tipo de gente. Imaginé que si en su entorno les pasara lo que pasa en la novela serían igual de crueles, porque en la novela hay un pasaje que sucede en el pueblo que es de una gran crueldad. Si hubiesen preguntado, hubiesen sabido, pero allí nadie preguntó, se limitaron a imaginarlo todo.

La conversación fue derivando hacia el resto de los personajes y a pequeños detalles que terminaron de perfilar la novela e Inés no dejó cabos sueltos:

- Todos ellos tienen muchos matices porque no todo es blanco ni todo es negro. He querido que sea el lector el que se posicione incluso en los conflictos personales que tienen. Sí, es verdad que quedan algunos cabos sueltos en algunos de ellos al final de la novela (aunque la trama se cierre) pero espero solucionarlo en la siguiente novela. Mi intención es que evolucionen y solucionen sus batallas internas. No he escrito escenas de sexo explícito en esta novela - nos confió Inés - aunque hoy día es raro que no las haya, pero lo cierto es que no me gustan. Además los personajes son, por sí mismos, solitarios, que viven a su manera sin nadie más. 

 Es verdad que la idea para la novela me surgió por haber visto, hace años, desde las ventanillas del tren, un ahorcado. Tengo la certeza de que era un hombre, vestía chaqueta y pantalones. Fue un impacto total, algo que se me quedó clavado y que es, sin duda, lo que me abrió el argumento de la novela. 

El título lo hemos elegido la editorial y yo. Originariamente se llamaba 'Maldad' porque realmente es un libro que trata sobre el mal. Pero al ir a publicarlo, en la fase de edición, el título surgió en unos versos de Emily Dickinson, autora que aparece en la novela, y que dicen 'No es morir lo que más duele: es vivir, se sufre más'. Realmente hay personajes en la novela que querrían estar muertos. 

Tras las firmas en nuestros ejemplares y tiempo para las fotos, nos despedimos de Inés con un estupendo sabor de boca por el gran rato compartido. Aprovecho para recomendaros la novela, que reseñaré próximamente, porque os va a tener en vilo hasta la última página. Gracias de nuevo a Espasa por darnos tantas facilidades.






9 comentarios:

  1. A ver si puedo ir a algún encuentro este año también que es algo único poder compartir opiniones así con los autores.Gracias por contárnoslo Yolanda.
    Un beso

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  2. Me encanta lo bien que lo pasáis en estos encuentros, se ve que lo disfrutáis. Tengo ganas de leer tu reseña, creo que es una novela que me gustará.
    Besos

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  3. Lo comienzo mañana y tú crónica me deja con muchísimas más ganas. A ver qué me parece. Menuda sorpresa se llevó con esa llamada.
    Besos

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  4. Lo cierto es que la novela no me llama demasiado per se, aunque la cubierta me gusta pero leyendo esta crónica creo que me has hecho cambiar de opinión al menos en parte.

    Un besote gordo :*

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  5. Muchas gracias, Yolanda, por esta crónica tan completa. No sabes lo que te envidio porque por aquí las presentaciones brillan por su ausencia.... Besos

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  6. Hola, Yolanda. Soy Carmen de http://carmenensutinta.blogspot.com.es/, realizada la presentación te felicito por poder disfrutar de este tipo de encuentros y por tu crónica. Genial. Deseando leer la novela y también leer tu reseña.

    Un beso y feliz noche.

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  7. hola Yolanda y feliz año!! muy atrasado e imperdonable lo nuestro pero aqui estamos y nos encontramos con semejante reseñaza, espectacular!!!! nosotras que somos de argentina disfrutamos muchisimo cuando vemos y sabemos de estos trabajos, gracias por las fotos que son preciosas! abrazosbuhos y mucha luz y magia para ti y tu blog este año que comienza!

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  8. Yo quiero esta novelaaaaaaaaa!! Buahhhhhhhhhhh........... Me llama un montón la atención. No solo lo que cuentas de ella sino que además esa fotografía de la cubierta funciona en mí como un imán... Hay que ver los saraos tan buenos que os montan eh?... Qué envidia. Nada, ya veré si puedo conseguir la novela. Besos

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  9. ¡Hola guapa! Fue un placer poder compartir este encuentro contigo y las demás. Inés no pudo ser más cercana y amable, me encantó la ilusión con la que hablaba de su novela. Mil gracias por hacerme revivir este momento, fue un día genial. ¡Un besazo!

    Laura.

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