Senderos salvajes es, fundamentalmente, un homenaje a la figura de Manuel Lisa, un destacado explorador, fundador de la Compañia de Piel de Misuri y hombre muy influyente entre las tribus indias de las actuales Dakota del Norte y Montana. Nacido en Nueva Orleans, cuando aún era ciudad española, y de familia y orígenes de nuestro país, fue uno de los fundadores de la Ruta de Oregón y uno de los más destacados pioneros del oeste americano, siendo el primer occidental en pisar el parque de Yellowstone. Un hombre que, como suele ser habitual, aquí ni siquiera nos suena. Solo por conocer su vida, Senderos salvajes ya merece mucho la pena.
EN TIERRAS PELIGROSAS
En la primavera de 1807, el joven Joaquín Lisa, que ha quedado huérfano, va a vivir con su tío y hermano de su padre, Manuel Lisa, y su familia a San Luís. Su tío decide emplearle también como ayudante, para que vaya adquiriendo oficio, y cuando se dispone a organizar una expedición remontando el rio Misuri para recoger pieles no duda en incluirle en ella. Para Joaquín comienza una intensa aventura para la que nadie le había preparado. Es completamente ajeno a los peligros que van a encontrarse y se irá internando en un territorio aún por explorar, repleto de bosques vírgenes y tribus indias de las que nunca se sabe qué pueden esperar.
Manuel Lisa comenzaba su leyenda para convertirse en el español más influyente del conocido como Lejano Oeste (el Far West) norteamericano. Pero a medida que avanzan en su ruta y se internan más y más en territorio desconocido, la naturaleza pone a prueba a los expedicionarios. Yellowstone y sus cráteres humeantes les fascinarán y fundarán el Fuerte Remón para permanecer a cubierto, comerciar y vivir. Los tratos con las tribus indígenas serán muy beneficiosos, pero el dinero y la influencia terriorial crerán muchas envidias: están asentados sobre unas inmensas tierras que reclaman para sí tanto los incipientes Estados Unidos como la Corona Española, el Imperio Napoleónico y el Británico y los peligros se multiplican.
Senderos salvajes es, por encima de todo, una estupenda novela de aventuras basada en hechos reales que me ha supuesto una lectura apasionante y llena de descubrimientos. La mayoría de las cosas que Santiago Mazarro narra en ella han sido para mí interesantísimos descubrimientos, ya que tenía conocimientos bastante precarios de la zona en esa época. Este es uno de los incentivos de este libro: que hace que el lector se interese y busque, que desee seguir conociendo. No solo asistimos de primera mano a una expedición arriesgada y peligrosa y a las consecuencias posteriores de todo ello, sino que vamos a disfrutar de visuales descripciones de una naturaleza desatada y única, que por primera vez se dejaba ver en todo su esplendor a ojos de un europeo.
Santiago Mazarro usa, para narrar toda la novela, la voz en primera persona de Joaquín Lisa, el sobrino de Manuel. Un personaje ficticio entre todos los reales que le rodean y que nos hace vivir, sentir y sufrir al lado de aquellos hombres; hombres duros, sí, hechos a tierras de frontera y a los riesgos que conllevaba el viaje que habían emprendido pero capaces también de emocionarse, de reir, de ser leales a los suyos. Para Joaquín, el viaje también es el despegue a su madurez, a dejar de ser un jovencito y convertirse en hombre aún a costa de poner en riesgo su vida.
En la novela conoceremos varias tribus indias como los omaha o los pies negros y asistiremos a algunas de sus ceremonias. Manuel Lisa y sus hombres buscaban siempre el acercamiento amistoso que les proporcionase ventajas comerciales en lo que a la caza (para conseguir pieles) se refería. Curiosamente, y esto es una reflexión personal, mientras la mayor parte de los actuales Estados Unidos fueron españoles (que lo fueron, solo hay que mirar el mapa), aunque hubo más de un encontronazo y episodios sangrientos con las tribus más hostiles, se fundaron ciudades, misiones y fuertes en las que los indios acudían a mercadear o a protegerse de otros pueblos más violentos, como los sioux o los apaches, situación que, por ejemplo, retrata muy bien Jesús Maeso de la Torre en su novela Comanche. Se les instruía en el arte de la agricultura, ya que eran fundamentalmente tribus nómadas, y en general la relación era de pacífica convivencia. Las matanzas comenzaron cuando aquellos territorios pasaron a ser conquistados por los descendientes de los ingleses. Sólo ha que mirar el porcentaje de nativos que quedan en Estados Unidos y el que hay en México y hacia abajo. Para que luego hablen del supuesto "genocidio".
En Senderos salvajes destaca también el dibujo de los personajes, profundamente humanos, con sus dudas y sus miedos a pesar de ser hombres curtidos. Pero son, por encima de todo, valientes, van a enfrentarse con un futuro incierto y lugares desconocidos y lo hacen con el mejor espíritu. Obligados íntimamente entre ellos sin que hubiese ningún contrato que cumplir, porque cada uno dependía del resto. Las descripciones de las indumentarias, especialmente las de los nativos, hacen que casi podamos verlas, al igual que cuando asistimos a sus ceremonias. Casi se puede sentir el frío, la humedad y la sensación de peligro constante que sienten los protagonistas en su periplo por el río.
Además de descubrirnos a tribus nativas, Santiago Mazarro nos habla de otros hitos históricos más que interesantes, como la expedición de Lewis y Clark, los primeros que atravesaron Norteamérica para llegar al Océano Pacífico, o la mención al mapa de Heceta, que Manuel Lisa guarda como un bien muy preciado. Un mapa trazado por Bruno de Heceta, oficial naval español, que cartografíó de forma muy precisa el territorio costero entre California y el Golfo de Alaska. Como os decía antes, este libro nos ofrece muchos temas por los que interesarnos y que es apasionante conocer.
Escrita con brío y con un gran ritmo, Senderos Salvajes sabe mantener la atención del lector en cada capítulo, dejando también algunas brillantes notas de suspense que la hacen más emocionante. Es el encuentro entre dos mundos muy diferentes que apenas saben siquiera cómo hablarse pero que van a comenzar a caminar juntos. Y, sobre todo, es una parte de nuestra Historia que debemos conocer y reconocer, dejando de lado complejos y leyendas negras.
Animaos a recorrer estos Senderos salvajes, os espera una aventura inolvidable.
**Santiago Mazarro es Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual y ha trabajado como director y guionista de cine documental asi como en campañas publicitarias. Apasionado de la Historia, compagina su trabajo en su estudio de comunicación con la creación literaria. Senderos salvajes es su primera novela.
Me gustan las novelas históricas que relatan hechos poco o nada conocidos. Besos.
ResponderEliminarMe encantan tus reseñas!! Este es sin duda un libro a tener en cuenta 😘😘😘
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarlo tendré en cuenta para un futuro, parece una lectura de lo más interesante.
Un beso, guapa
Hola Yolanda, vengo desde tu Instagram por ver esta reseña ya que el libro me llamó la atención, me quedo por el blog, saludos desde https://familialectorade4.blogspot.com/
ResponderEliminarHola, como bien dices Manuel Lisa es absolutamente desconocido para mi y solo por conocer su gesta esta novela es muy recomendable, si además tiene buenos personajes y es una novela histórica y de aventuras, ya me tiene ganada. Besinos.
ResponderEliminarMe encanta lo que cuentas Yolanda, ya sabes que estaba predispuesta con esta novela y ahora pues me la llevo bien apuntada.
ResponderEliminarBesos
Una gran reseña, espero que tengamos la oportunidad de seguir comentando el libro en Úbeda, si la pandemia y las circunstancias nos lo permiten.
ResponderEliminarYolanda, voy a tener que dejar de pasar por aquí porque siempre me tientas y de paso me recuerdas lo abandonada que tengo la novela histórica.
ResponderEliminarBesos
Brutal, otro personaje real muy interesante que descubro este año a través de los libros.
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