En Chankoro, de Jesús Salviejo, me he encontrado una mirada un poco más amarga, porque los personajes que la habitan llegan del sufrimiento. Con todo es una novela que me ha sorprendido por su originalidad, por cómo nos presenta el Portugal previo a la Revolución de los Claveles, que hoy nos parece tan lejana y, en realidad, casi fue ayer. Y por unos protagonistas diferentes, que, a pesar de llevar grandes costuras en el alma, quieren seguir adelante, quieren vivir y ser libres.
LA NIÑA DE TODAS PARTES
En el Portugal de 1974 aún se vive bajo la dictadura de Estado Novo, sometido a una gran represión ejercida por la Policía Internacional y de Defensa do Estado. Además es un país en guerra por sus colonias, que todavía viven ancladas en el viejo sistema de gobierno. Stela Soares, huérfana de la guerra de Mozambique, viaja al exilio tras haberlo perdido todo. En ese viaje conocerá a la señora Chan, una "mujer de consuelo" china, superviviente de la matanza de Nanking a manos del Ejército Imperial japonés, y también con el señor Cohen, un viejo anticuario judío que salió con vida de la Pequeña Viena de Shangai, una especie de gheto en esa ciudad para judíos que escapaban del horror del nazismo. Los tres intentan con todas sus fuerzas recuperar sus vidas y tratar de dejar atrás unos pasados que los lastran. El final de su camino es la libertad.
Chankoro es un canto a esa libertad, la libertad que quienes estamos acostumbrados a ella casi ni le prestamos atención. Los tres protagonistas buscan escapar de las cadenas que los ataban y no tener que perdir permiso para vivir. Quieren rehacer sus vidas, quieren curar las heridas de un pasado que aún duele, por eso no dejan de tener esperanza. También es una historia de supervivencia, de agarrarse a lo importante, a la amistad, a la lealtad y al cariño, para seguir dando pasos adelante.
De estos tres personajes principales iremos conociendo sus vidas a lo largo de la novela y también los infiernos particulares de cada uno. Se han cosido como han podido las heridas y lo único a lo que aspiran es al volver a respirar libres y en paz. De los tres nos sentiremos muy cercanos, es fácil encariñarse de ellos, pero Stela, la narradora en primera persona de la novela, quizá es la que nos despierta más ternura.
La recreación que el autor hace de la Lisboa del momento es preciosa. Una ciudad que se nos presenta hermosa incluso en sus peores días, con una atmósfera casi mágica, llena de nostalgia, pero que también nos deja sentir en cada esquina el espíritu de la rebelión que se acerca. Lisboa se prepara, sin saberlo, para una vida nueva, muy diferente de la que sus habitantes conocen, en la que la luz ilumine todo, hasta el último recoveco de un régimen agotado y caduco, basado en la represión y el mantenimiento a cualquier precio de sus colonias.
Escrita con fluidez, la narración no se atasca en ningún momento. Todo queda engarzado, cerrado, como un regalo bien empaquetado. El estilo de Jesús Salviejo resulta muy cercano para el lector, sabe mantener el interés sin necesitar grandes giros argumentales ni sorpresas de última hora. La historia es poderosa y se sostiene sin dificultad porque sus pilares son fuertes y están muy bien diseñados.
Ese latido revolucionario lo llevan también Stela, la señora Chan y el señor Cohen dentro de sí mismos. Su revolución no es tanto social o política como personal, aunque su ansia de libertad va paralela al ansia de libertad de un país entero. Quieren olvidar lo que han sido para pensar solo en el futuro, en levantarse cada mañana siendo dueños de su destino. La amistad entre ellos, su capacidad para animarse, para empujarse, para no dejarse caer resulta inspiradora.
Chankoro es una lectura que me ha sorprendido para bien, que me ha llevado de viaje a Nanking, a Shangai, a Mozambique y a Lisboa de la mano de unos personajes que se acaban quedando con nosotros y cuyas historias de superación llegan a emocionar. Una novela que nos lleva hasta las puertas de un cambio fundamental para Portugal y quizá también para toda Europa pero, sobre todo, a la libertad. Una historia de supervivencia, esperanza y libertad que se lee con el corazón.
Lisboa es mágica aunque sus cuestas son muy puñeteras. Una ciudad que visitaría de nuevo una y mil veces.
ResponderEliminarEste sí es para mí, reina. Adoro Portugal. Lisboa es una ciudad de contrastes. Hay partes que son bellísimas y otras que, a mí, me produjeron mucha desazón. Pero en general, el país es una maravilla en muchos sentidos. Por eso, creo que este libro sí sería para mí. Me resulta curioso el título. Besos
ResponderEliminarAdoro Portugal y soy una enamorada de Lisboa. No me importaría echarle un vistazo a este libro que nos traes hoy.
ResponderEliminarBesos.
Pues aunque vivo en la Comunidad Valenciana soy de Cáceres y he estado muchas veces en Portugal, no me importaría volver con este libro a pasearme por allí.
ResponderEliminarBesos
No sabía nada de este libro y la verdad es que me despierta la curiosidad. A mí Portugal me encanta y Lisboa tiene ese aire melancólico de antaño que creo que cautiva a todos. Tienes que ir y yo me apunto esto.
ResponderEliminarBesos