Si ya asistir al Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda es un regalo y una oportunidad única de disfrutar de la literatura y del trato directo con los autores, imaginaos la emoción que me produjo que su director, Pablo Lozano, me pidiese que presentase allí, y con el autor, el último libro de Ben Kane, Guerra de Imperios. Superado el shock inicial, estuve durante días con una mezcla de sentimientos: por un lado la responsabilidad, porque Kane es un autor que cuenta con miles de seguidores, las ventas de sus libros alcanzan cifras altísimas y me aterraba la posibilidad de hacer el ridículo; por otro, estaba emocionada por la oportunidad que se me daba y me propuse hacerlo lo mejor posible. Ante todo quiero, desde aquí, volver a dar las gracias a Pablo y al certamen por la confianza y a Ben Kane por ponérmelo tan fácil, por la complicidad y por el buen rato que nos hizo pasar a todos, en especial a sus muchos fans congregados en la presentación.
Antes de Guerra de Imperios solo había leído dos libros de este autor: La legión olvidada y Aníbal: Enemigo de Roma. Y de eso hace ya unos años. De ellos lo que más recordaba eran las batallas, que estaban narradas con brío y pocas medias tintas y, desde luego, la labor de documentación que debían llevar detrás, aunque todo fluía de tal modo que no lo parecía. Cierto es que los personajes quedaban un tanto eclipsados por la acción, pero eso es algo que ha mejorado y mucho, como os comentaré más adelante. Guerra de Imperios es una novela muy intensa, que no se hace pesada en absoluto a pesar de su buen número de páginas (560) y que nos traslada sin dificultad a una época bastante desconocida de la Historia, con todas sus luces y sus sombras.
AMBICIÓN Y GUERRA
En el año 202 antes de Cristo y después de dieciséis sangrientos años de guerra contra los cartagineses, Roma derrota a las tropas del gran Aníbal en las llanuras de Zama. Eso la convierte, de hecho, en el imperio más poderoso del mundo anticipando ya la gloria de tiempos posteriores. Pero la calma parece que no va a durar mucho porque, en el norte de Grecia, el rey Filipo V de Macedonia se ha propuesto reconquistar el esplendor que el reino tuvo en tiempos de Alejandro Magno. Filipo es un gran líder, su pueblo y sus tropas le siguen sin la menor duda, pero también es implacable y buen estratega. Su intención es unir a toda Grecia contra Roma y pelear por esa posición de privilegio que las victorias contra Cartago han dado a los romanos.
En Roma, mientras tanto, Tito Quincio Flaminino, joven y ambicioso senador, aspira a convertirse en cónsul y convertirse en un gran líder militar de la República. Los tiempos de guerra parecen haber terminado, han sido largos años de batallas y pérdida de vidas, pero Tito Quincio sabe que la expansión Roma y el poder territorial pasa por el Mediterráneo. Tiene puestas sus miras en Grecia y Macedonia, pero hay que convencer al senado y al pueblo de Roma de que vuelva a embarcarse en otra gran guerra. Y está dispuesto a todo para conseguirlo.
La novela tiene un prólogo de acción trepidante, ambientado trece años antes del inicio real de lo que se nos va a contar. En ese prólogo, que incluye un impactante abordaje naval, se descubre que Filipo, rey de Macedonia, envía misivas pidiendo aliarse con Aníbal y Cartago. La intervención romana intercepta los documentos, dejando en el aire la cuestión de qué habría pasado si esa petición hubiese llegado a buen puerto. ¿Aníbal habría aceptado? Con dos potentes frentes ¿Roma habría sido capaz de vencer? Pero la petición de Filipo jamás llegó a las manos de Aníbal.
Trece años después asistimos, desde una perspectiva de espectadores privilegiados, al inicio de la "guerra relámpago" de Filipo, que intenta hacerse con cuantos más territorios y ciudades mejor (recordemos que Grecia era una pléyade de ciudades estado y pequeños reinos) para afianzar su poder. Y, por otro lado, al final de la batalla de Zama, vista a través de los ojos de Felix y Antonius, hermanos y princeps de la legión romana, soldados experimentados y hechos a la lucha. La descripción de la batalla, en la que participan también los famosos elefantes adiestrados del ejército cartaginés, es, incluso, brutal. Nada hay de "romántico" en la narración: todo es sangre, miedo, olor a muerte, brutalidad. Es demoledoramente visual y terrible en su realidad.
Alternando los dos escenarios principales, lo que está sucediendo en Macedonia y la Propóntide (región del este de la actual Turquía, frente a Grecia, en la que había ciudades griegas como Samos, Lesbos o Rodas) y la tensión política creciente en Roma, Ben Kane nos dibuja un paisaje apasionante de una época muy poco conocida. Usa para ello no solo a los personajes principales, Filipo y Tito Quincio Flaminino, sino que se ayuda de unos secundarios de lujo: por el lado romano, los ya mencionados hermanos Felix y Antonius y, por el lado macedonio, Demetrios, un remero libre de uno de los barcos del rey Filipo. Sus destinos van por caminos muy diferentes: mientras que Felix y Antonius van a ser licenciados con deshonor por el ejército de Roma debido a un error monumental (que no desvelo), Demetrios conseguirá dejar de ser remero para integrarse en una falange del ejército macedonio, la gran ilusión de su vida.
Esta es la diferencia, en cuanto al tratamiento de personajes, que os comentaba al principio. Si bien en las primeras novelas de Ben Kane los personajes no quedaban demasiado perfilados y casi quedaban tapados por la acción, en Guerra de Imperios se nota la evolución como narrador del autor y aquí los protagonistas, tanto centrales como secundarios, tienen personalidades marcadas, sentimientos, miedos, angustias y alegrías. En ese sentido creo que Kane ha dado un gran paso para redondear aún más sus novelas.
Al cambiar el escenario en cada capítulo, la novela adquiere una viveza y una agilidad que facilitan mucho que el lector se apasione, porque además siempre deja los capítulos "en alto", para no perder nuestra atención. Tendremos muchas y variadas descripciones de batallas, tanto terrestres como navales, y en todas, como ya os mencionaba con la de Zama, la realidad se impone a lo "políticamente correcto". Me han parecido duras pero también me han gustado muchísimo, porque lo que en ellas se cuenta es extremadamente real. Cada herida, cada tajo, incluso desmenbramientos... y los olores, que Ben Kane describe de maravilla: el sudor, la orina, la sangre, la putrefacción.
No son las únicas escenas violentas de la novela. Pero no nos equivoquemos, no se hace apología de la violencia y de la guerra, se nos cuentan las cosas como sucedían y es necesario que así sea, porque no hay nada hermoso en la guerra. La descripción del castigo del fustuarium, que se aplicaba a los legionarios romanos por deserción o abandono de sus deberes, también está contada con toda su violencia pero con todo su rigor. O las escenas de las ciudades arrasadas por Filipo. Debemos dejar de mirar la Historia con los ojos del hoy: los hombres de entonces actuaban de acuerdo a sus tiempos, a sus necesidades, a sus ambiciones. No podemos juzgarles, es un tremendo error.
En Roma, asistiremos al juego político, a la corrupción, la compra de votos para ser cónsul, las artimañas, regalos y prebendas que garantizaban ese voto, las sesiones de senado. Parece mentira que a día de hoy todo se repita. Incluso el modo de manejar al pueblo para conseguir la aprobación y el aplauso con argumentos que calan pero que esconden otros no tan claros. En eso no hemos evolucionado mucho. La recreación que Kane hace de la ciudad de Roma es brillante, tanto de las mansiones de los más pudientes como las calles más oscuras y de mala reputación.
Al principio de la novela, para ayudar a la localización geográfica de las ciudades griegas y macedonias, se han incluido dos mapas que realmente facilitan mucho para seguir las andanzas y las batallas de Filipo. Al final de la novela hay una larga nota del autor explicando muchos de los extremos históricos y también un glosario de términos realmente útil para terminar de sumergirnos por completo en la época. Una época en la que Roma acababa de pasar de potencia regional a superpotencia y en la que Macedonia buscaba enfrentarse a ella y vencer.
Guerra de Imperios es una gran novela. Nos permite conocer un periodo histórico del que no se ha escrito apenas nada, pero que resulta apasionante. Todo en ella está medido y contado para resultar una lectura intensa, de las que te sumergen hasta el cuello en su argumento y, cuando sales, tardas en secarte y en olvidar lo que has leído. En esta ocasión, aún siendo saga, Ben Kane nos confesó que solo habría un libro más sobre ella (se queda en bilogía) antes de ponerse a escribir sobre Ricardo Corazón de León, un giro copernicano en su narrativa pero que pinta muy bien.
Merece, sin duda, la pena viajar al pasado a través de las páginas de Ben Kane. Os garantizo muchas horas de pasión lectora.
No conocía el libro, pero sin duda tu post me ha enganchado (además de la portada, que ya pinta como un libro de los que me fascinan). Lo que más me ha llamado la atención es el momento histórico, del cual no he leído NADA!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dar a conocer este libro, así como la gozada del Certamen de Úbeda.
Fabulosa Yoli, como siempre...
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDespués de tu reseña a ver quién es el valiente que se salta su lectura. En serio, me ha atraído tanto que ya lo tengo localizado y todo en Amazon. Aunque esta tarde estoy en Madrid y lo mismo me llevo directamente. Gracias por la recomendación!
ResponderEliminarMe resulta muy interesante todo lo que cuentas, tanto como lo debió ser la presentación del libro. Felicidades por esa presentación. Besos.
ResponderEliminarApuntado como próxima lectura gracias a tu reseña.
ResponderEliminarQue bien redactado 😊
Tengo a este autor pendiente ya ni se desde cuando, así que me apunto este que me parece una buena forma de empezar. Besinos
ResponderEliminarNo he leído nada del autor y, aunque la novela histórica me gusta, esta ambientación no es de mis épocas favoritas.
ResponderEliminarBesos.
Pues yo creo que me espero a Ricardo que es un personaje histórico que me fascina.
ResponderEliminarBesos
Este tipo de libros le gustan a mi marido, así que se lo haré saber. Y seguro que lo hiciste fenomenal. Besos
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