lunes, 4 de agosto de 2025

LA MANO NEGRA de Daniel Corpas

 

Siempre es una estupenda noticia el nacimiento de una nueva editorial y si, además, está dedicada a la novela histórica, pues miel sobre hojuelas. La llegada a las librerías de istoría, el nuevo sello de Planeta, dedicado en exclusiva a este género, llegó anticipando títulos y autores que a muchos nos pusieron los dientes largos y, además, se lanzaba a la piscina a la piscina con El lazo de púrpura, del gran Alejandro Núñez Alonso, autor que supuso un enorme revulsivo en su momento. En casa de mi madre siempre estuvo la pentalogía de Núñez Alonso, con Benasur de Judea como protagonista, y me pareció una decisión más que acertada. Junto a este clasicazo, llegó La mano negra, de Daniel Corpas, guionista, escritor y dramaturgo que ha participado en series de mucho éxito en televisión, como mi admiradísima El Ministerio del Tiempo. 

Lo cierto es que recordaba de forma muy nebulosa los hechos que se narran en la novela. Uno de mis profesores de Historia en el instituto nos habló de ello, pero, a pesar de mi buena memoria, solo me venía a la mente el campo andaluz y crímenes terribles. Cuando comencé a leer pensé en que, en nuestro país, algunos de los crímenes más recordados se han producido en el mundo rural: Puerto Hurraco, los Galindos, los de la Mano Negra... Todos de una crueldad aterradora y algunos que siguen sin una respuesta clara. Pero vamos al lío y a finales del siglo XIX.

CIERRA LA PUERTA, NIÑA, QUE YA VIENE POR TI LA MANO NEGRA

En agosto de 1882, tres muertes violentas en Medina Sidonia, Arcos de la Frontera y Bornos provocan el miedo en la comarca gaditana. Desde Madrid es enviado a Jerez de la Frontera para instruir las causas Rodrigo Quirós, un juez que ha pasado los últimos meses en excedencia por "estado melancólico", por orden directa de Manuel Silvela, a la sazón presidente de la audiencia territorial. Quirós, que lucha contra sus propios demonios, no puede negarse y viaja hasta allí para encontrarse con un ambiente muy hostil y con una olla a presión social a punto de estallar. La sequía es enloquecedora, los campos están agostados y hay demasiados jornaleros pasando hambre o cobrando un salario de miseria. 

Desde Europa, nuevas ideas están llegando que podrían beneficiar a los trabajadores y son muchos los que empiezan a reivindicarlas. Los grandes terratenientes ven todo aquello como una amenaza cierta y cercana, ya que todo podría derivar en una revuelta que pusiese en peligro sus explotaciones y sus negocios. Quirós, además, se topa con la poca colaboración de las autoridades, que le ven como una imposición de la capital. A su vez, desde el gobierno se quieren controlar los movimientos obreros que se están produciendo y los potentados de la zona no están dispuestos a perder ni dinero ni privilegios. Será José Oliver, al mando de la Guardia Civil desplegada por la zona, el primero que asegure que sabe quiénes son los culpables, pero, ¿es cierto o hay algo detrás mucho más turbio? 

La novela de Daniel Corpas nos traslada a una época convulsa y compleja en el campo andaluz. Allí la diferencia de clases no es que sea obvia, es abismal. Son muchos los jornaleros que van de finca en finca buscando, incluso con sus familias, trabajo y comida y se ven sometidos a condiciones casi de esclavitud y al capricho de los capataces. La Mano Negra es una historia muy coral, en la que el protagonismo va saltando de unos personajes a otros, creando un puzle que se va completando a medida que leemos, aunque siempre hay alguna pieza que falta por encontrar y que irá apareciendo. Desde Rodrigo Quirós, que quiere hacerlo bien, pero que se da de bruces con la cerrazón de quien debe ayudarle y su infierno personal, a Juana Salcedo, una joven que ha regresado de estudiar en Londres y que aspira a convertirse en periodista. O la familia formada por el Hombre, la Madre, el Zagal y la Niña, de los que nunca conocemos sus nombres, desesperados por el hambre y la falta de trabajo, y los hermanos Corbacho, Francisco y Pedro, que viven en la Colonia de El Alcornocalejo, regida por la autogestión y el consenso entre sus habitantes. Desde "el otro lado", Inés de Montalvo, marquesa viuda de La Rada y José Oliver, capitán de la Guardia Civil, que ha llegado al mando de noventa hombres.

La novela nos mete de cabeza en la situación y en aquellos campos gaditanos desde la primera página. Se nota el trabajo previo como guionista de Daniel Corpas, porque sabe ir dosificando la acción, creándonos una especie de burbuja temporal que nos traslada hasta allí. Se puede sentir el calor atroz de los primeros capítulos y el frío mordiente del invierno a medida que avanza la historia. Pero, sobre todo, consigue hacernos hervir de indignación ante la injusticia y el hambre, ante la discrecionalidad de quienes ostentan el poder. Ante los silencios y las verdades a medias. Frente a la política de que la verdad solo puede estar de un lado.

Todos los personajes arrastran historias propias y tienen sus propios esqueletos en los armarios. El misterio de los crímenes y un dossier en el que aparece una suerte de "estatutos" de una organización llamada la Mano Negra están constantemente en el trasfondo de todo, aunque, en mi opinión, lo que más destaca es el modo en que la tensión se va desarrollando. Sabemos que, de un modo u otro, todo va a saltar por los aires, pero no sabemos cuál será la chispa y, tal y como está sucediendo todo, hay muchos mecheros dispuestos a prenderla. De cada uno de ellos vamos a ir conociendo cómo son y por qué, sus debilidades, sus sueños, sus esperanzas y también sus esquinas oscuras, algunas más que tenebrosas. El dibujo de los protagonistas y su evolución es fantástico.

La novela también nos sirve para conocer cómo estaban llegando las ideas de la lucha obrera y, para ello, Daniel Corpas utiliza para ello a los hermanos Corbacho y a Juan Ruiz, maestro en la Colonia de El Alcornocalejo. Muy implicados en lo que llega de la Federación de Trabajadores, su paso por el congreso de Sevilla consigue que Pedro empiece a despuntar. Para Inés de Montalvo, sin embargo, todo esto no son más que grupos de desarrapados desagradecidos que quieren perjudicarla. Su clasismo y su poca humanidad son una constante en su carácter soberbio y altanero, siempre dispuesta a salirse con la suya. Su talón de Aquiles, de algún modo, son sus dos hijos, Leandro y Jimena, gemelos de caracteres muy diferentes (o quizá no tanto, tendréis que leer la novela para saberlo) a quienes no parece tener ningún cariño: a Leandro por blando, sumido en la pena de haber sido abandonado en el altar, y Jimena por ser un "tiro al aire", que hace lo que le da la gana y es la comidilla de la gente por ir de juerga en juerga.

La Mano Negra me ha parecido una gran novela que nos hace descubrir unos hechos que casi han caído en el olvido, pero que merece, y de qué manera, la pena conocer. Personalmente (y esto lo añado en el "haber" de mi tiquismiquez lectora) ha habido algunas cosas que no terminaban de encajarme; por ejemplo la sensación de que en muchos momentos me parecía estar más ante el ambiente previo a la Guerra Civil que a finales del XIX. Si bien aquellos polvos trajeron los lodos de la Segunda República, la violencia generalizada y el estallido final, no podía sustraerme de esa impresión. También hay un par de escenas que no me parece que aporten nada a la trama, aunque si están es porque el autor las considera necesarias. Espero tener ocasión de hablar con él sobre ello. Y, siento decirlo, Juana Salcedo me ha resultado demasiado "moderna". Sí, ha estado en Londres y viene con otra visión del mundo y el ejemplo de Eliza Cook, pero hay que recordar qué papel jugaba la mujer en ese momento y en plena Andalucía, otra cosa que me encantaría debatir con el autor. Incluso de algo que le consiguen a Rodrigo Quirós para paliar ciertas necesidades que no puede controlar.

Sin embargo, mi visión de conjunto es realmente positiva. Estamos ante una novela histórica fantástica, en la que personajes reales y de ficción se entrecruzan, cada uno con sus convicciones, sus miedos, su pasado, su presente y unos destinos que se van marcando a través de las páginas, a veces de forma demoledora. El ejemplo del Zagal es, quizá, el mejor: la injusticia y el hambre acabarán por sacar lo peor de sí mismo... o puede que lo mejor. Pero todos acabarán estando relacionados.

Una recomendación: cuando acabéis la novela, buscad información sobre los hechos reales. Como bien dice mi amigo David Botello, investigad, investigad. Puede que descubráis que Daniel Corpas se ha quedado corto. Os recomiendo La Mano Negra mucho y muy fuerte, seguro que tanto los amantes de la novela histórica como los del thriller histórico la vais a disfrutar enormemente.

lunes, 14 de julio de 2025

EL EXAMINADOR de Janice Hallet

 Sigo teniendo muy presente la impresión que me causó leer La apelación, la primera novela de Janice Hallet que publicó (como las siguientes) Átíco de los Libros. Me pareció tan original, tan distinta a lo habitual y tan endiabladamente adictiva, que me convertí en fan irredenta de la autora. Crear una novela de misterio en la que solo sabes que ha habido un crimen, pero hasta bien avanzada la novela no sabes ni quién, ni cómo. Y que todo esté estructurado, para averiguarlo, en correos electrónicos cruzados entre los protagonistas, whatsapps y mensajes de texto, me pareció una maravillosa actualización del género. De telón de fondo, una función de teatro de aficionados en una localidad pequeña y en la que todos tenían algo que callar o esconder. Las siguientes novelas de la autora, El código Twiford, El misterioso caso de los Ángeles de Alperton y La apelación de Navidad redundaban en ese estilo y esa puesta en escena, con unos giros de guion brutalmente inesperados, pero sin sacarse conejos de la chistera ni hacer trampas.

Con El examinador, Hallet lo vuelve a hacer y creo que, de alguna manera, se supera a sí misma con una trama que, a priori, parece sencilla, pero que se va enredando y haciéndose más oscura y que sucede en el marco tan aparentemente inofensivo de un máster. De nuevo serán los mensajes y los correos electrónicos los que nos van a permitir ir conociendo a los protagonistas, lo que van viviendo y cómo un posible asesinato se ha producido entre ellos. Puro encaje de bolillos escrito con una maestría inigualable que te absorbe por completo y que devoras sin poder parar.

SEIS ESTUDIANTES. UN ASESINATO. ¿PUEDES RESOLVER EL CRIMEN?

En la Universidad Royal Hastings se acaba de crear un máster de Arte Multimedia, a cargo de Gela Nathaniel, en el que hay seis estudiantes inscritos, todos muy diferentes, y que llegan de diferentes ámbitos. Jem Badhuri es la más joven, acaba de graduarse en Bellas Artes, siempre está aportando ideas y tiene un alto concepto de sí misma. Ludya Parak es madre soltera de dos hijos y con una vida personal complicada. Alyson Lang es una artista premiada, que destaca desde el primer momento. Jonathan Danners, que se enfrenta a su primera experiencia universitaria y que se siente muy intimidado desde el primer día. Patrick Bright, animoso y cordial, aunque también agobiado por los diferentes trabajos que se van planteando. Y Cameron Wesley que, poco a poco, parece perder interés en el curso.

Pero la convivencia entre ellos no va a ser nada fácil. Desde el principio el choque de personalidades y modos de pensar va enrareciendo el ambiente. Algunos consideran que ciertos estudiantes cuentan con más privilegios que el resto, desaparecen materiales del almacén donde se guardan, un alumno prende fuego al trabajo de otro, hay un rumor muy fuerte de una infidelidad matrimonial... y todo salta en pedazos a raíz de una viaje que el grupo realiza a Somerset para visitar las instalaciones de una empresa de tecnología que aspira a que los integrantes del máster creen un proyecto para ellos.

Cuando uno de los examinadores externos que ha de valorar los trabajos analiza cuidadosamente el resultado del curso, lee los mails, las conversaciones del sistema Doodle (que usan alumnos y directora para comunicarse y discutirlo todo) y los proyectos finales una sospecha comienza a gestarse en su interior: uno de los alumnos puede estar muerto y el resto lo están encubriendo. Y es que en ese máster nadie es quien dice ser y todos ocultan algo.

Lo que me parece más fascinante de Janice Hallet es cómo consigue que amemos y odiemos a los personajes sin más referencias que sus textos escritos y cómo se relacionan con los demás. Y, además, su extraordinaria habilidad para ir creando una tela de araña que te atrapa sin remedio. Cuando tenemos una certeza o estamos convencidos de que sabemos la verdad, se pronto hay una finta inesperada que nos descoloca por completo... y sin embargo, si has sabido leer lo que te pone delante, podrías haberlo sospechado, pero estás tan inmersa en la historia, tan formando parte de ese curso, que se te escapa. Incluso, a pesar de cómo suele estructurar la trama, Janice sabe imprimir una tensión creciente que no decae nunca y que nos lleva a un final que no habías visto venir de ninguna manera. Y me encanta.

El perfil psicológico de los protagonistas va saliendo a la luz poco a poco y lo que vamos viendo resulta, cuanto menos, inquietante. Incluso en la directora del curso, que desoye constantemente las peticiones de documentación de la administración de la universidad dando largas o que parece tener sus "favoritos" entre los alumnos del curso. Los diferentes trabajos a los que han de enfrentarse estos, cada uno más complejo que el anterior, también crean muchas rencillas entre ellos. Se supone que han de trabajar en grupo, pero cada cual parece querer imponer su criterio.

La excursión a Somerset supone un punto de inflexión. Algo que debía ser divertido y colaborar al aprendizaje del grupo se convierte en un caos...y tendréis que leer la novela para enteraros de los detalles. Lo sucedido allí se va desgranando página a página hasta que tengamos la imagen completa y la verdad de lo que ocurrió, que tendrá consecuencias, posteriormente, para el proyecto de colaboración con la empresa externa y con la sospecha, cada vez más sólida, de que uno de los alumnos ha sido asesinado y el resto lo está encubriendo. Solo uno de los alumnos intenta averiguar qué ha pasado. Y cada vez la situación se complica más.

Si aún no os habéis estrenado con Janice Hallet, no lo dejéis pasar. Os aseguro que sus novelas son un soplo de aire fresco en lo que al género de misterio se refiere y que os van a a enganchar sin remedio. Ya me contaréis.


lunes, 26 de mayo de 2025

EL SIGLO DEL MILAGRO de Rodrigo Costoya

 

Desde que descubrí a Rodrigo Costoya con El custodio de los libros, novela con la que ganó el Certamen de Novela Histórica de Úbeda en 2020, me fascinó su habilidad para trasladarnos a la época en que ambienta sus historias. A lo largo de este tiempo, he asistido también a su evolución como escritor, a cómo ha ido depurando el estilo, eliminando aquellas cosas que podían entorpecer la lectura, y consiguiendo un ritmo mucho más intenso. Igualmente, ha ido ganado en profundidad en el perfil psicológico de los personajes, permitiendo que el lector empatice mucho más con ellos, entendiendo por qué hacen las cosas como las hacen. Para mí, Santiago de Compostela es una de mis ciudades mágicas: da igual cuántas veces vaya, siempre me toca el corazón. Y entrar en la catedral es sentir cómo te hablan sus muros: cuánta fe, cuánta alegría, cuánta esperanza y, también, cuanto dolor albergan y seguirán albergando. Personalmente, creo que importa poco si quien reposa en la cripta es el apóstol Santiago o no, porque es una cuestión de fe. Lo que importa es en lo que se ha convertido Compostela: en un centro religioso de primer orden, en una ciudad "de poder", en un lugar al que todo el mundo, de una manera u otra, quiere ir. Y no hablamos solo de cristianos católicos: su camino, que ya existía antes de la creación de Compostela (como otros tantos paralelos que desembocan en el Atlántico), acoge a creyentes y no creyentes. Es un camino iniciático y de autoconocimiento, de descubrimiento, de cultura y de arte.

En El siglo del milagro, Rodrigo nos lleva hasta el siglo XI a conocer a una figura fundamental en la historia de Santiago de Compostela: el obispo Diego Gelmírez. Un hombre que elevó la ciudad a la categoría de lo que es hoy, aunque para lograrlo tuviese que transitar por sendas no demasiado claras. Caminar por Santiago es seguir las huellas de Diego Gelmírez. Venid, el paseo resultará revelador. 

NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA ENCONTRAR EL CAMINO

Diego Gelmírez nace en el 1068; es hijo de un militar de confianza del obispo de Compostela, Peláez, encargado de vigilar las posibles incursiones de vikingos o árabes por mar. Diego estudiará en la escuela catedralicia y, junto a sus compañeros, muestra un enorme interés por las obras de la catedral que se está levantando: parece que no avanzan y que se han quedado paradas tras construir la cabecera. Es un momento complicado también políticamente: García, rey de Galicia, se encuentra preso por orden de su hermano Alfonso VI y los nobles gallegos hierven de indignación. La extraña muerte de su otro hermano, Sancho, en la toma de Zamora, tampoco ayuda. 

La conspiración del arzobispo Peláez para que Guillermo en Conquistador se haga con el trono de Galicia hace que padre de Diego abandone la lealtad que le profesaba y, sabiendo el peligro que puede correr lo hijo, lo envía a la corte de Toledo, donde dará las primeras muestras de su natural inteligencia y su habilidad diplomática, lo que llama la atención del rey Alfonso VI, que acabará por tomar en cuenta sus consejos. Allí también conocerá a Hugo de Cluny, el hombre fuerte de la Iglesia en Europa, que también se percata del potencial del joven. Desde ese momento, asistiremos al crecimiento de la figura de Diego y a cómo llego a convertirse en un hombre poderoso, sagaz, inteligente y con capacidad de decisión, que llevó a cabo un proyecto que la propia Iglesia negaba: convertir a Compostela en una ciudad a la altura de Roma y Jerusalén.

Reconozco que la figura de Diego Gelmírez la tenía dentro de mi saquito personal de "personajes oscuros y con malas mañas", pero tras leer la novela de Rodrigo Costoya me lo he replanteado y de qué manera. Conocer al detalle cómo fue capaz de llevar a lo que era una ciudad de segunda división a un portentoso centro de la cristiandad, incluso tomando decisiones complicadas, rozando la ilegalidad del momento, hace buena la frase de que el fin justifica los medios. Y si Compostela se convirtió el el prodigio que llegó a ser y es hoy, se lo debemos a él. Gelmírez, aun siendo un hombre de iglesia, se nos muestra en la novela profundamente pragmático: sabe lo que tiene que hacer, sabe jugar sus cartas y lo hace con maestría.

En el trasfondo de todo está la veracidad del enterramiento encontrado y en el que, al parecer, estaban los restos del Hijo del Trueno, el apóstol Santiago. Creo que cada uno de nosotros tenemos una respuesta o, al menos, una opinión para eso, pero ¿realmente importa? Ahí lo dejo; como debate es apasionante.

Está muy bien contado el momento histórico en el que vive Gelmírez y que Rodrigo va perfilando perfectamente, pero sin abrumar. El matrimonio de Urraca con Raimundo de Borgoña; el viaje de Diego Gelmírez a Roma para que Compostela sea nombrada sede apostólica (con unos documentos que lo acreditan...¿o no?); el nacimiento del hijo bastardo de Alfonso VI;  las intrigas de Teresa, hermana de Urraca, para escindir el condado portugués de la corona de León o el nombramiento de Diego como arzobispo de Compostela. Eran tiempos complicados que se nos cuentan con brío, a través de capítulos cortos, algunos de sólo una página, algo que le da una viveza a la narración realmente intensa.

Hay también tiempo para momentos bélicos y de tensión, como la llegada de los almorávides a la península, que arrasan con todo a sangre y fuego, incluso a los musulmanes que vivían aquí. Los encontronazos entre las diferentes taifas y la amenaza que suponen los nuevos invasores añaden un punto más de incertidumbre en la narración.

Diego Gelmírez, como protagonista central de la novela, se nos muestra capaz de cualquier cosa para conseguir sus objetivos, urdiendo planes arriesgados y, quizá, poco éticos, pero siempre explica los motivos por los que lo hace. Rodrigo lo ha dibujado pleno de humanidad: sí, sabe mover bien los hilos, pero también aparecen sus miedos, sus dudas... una fragilidad puntual que consigue que nos posicionemos a su lado y comprendamos bien sus porqués. Pasando constantemente de un escenario a otro, viviremos lo que sucede en la corte de Alfonso VI, en la vida de Urraca, en las taifas moras o el en reino de Aragón, componiendo un caleidoscopio perfecto del momento histórico. Y aunque Gelmírez es el pilar fundamental de la novela, hay tiempo para hablar de la frialdad de los matrimonios de conveniencia entre los reinos, las luchas de poder y las traiciones, y esto Rodrigo lo hace apoyándose en magníficos secundarios como Álvar Fáñez (el Cid aparece de forma tangencial), la mora Al-Sayda, Sancha (hija de Urraca y Raimundo) o doña Eylo.

Compostela se convertirá en una de las luces de la cristiandad y la peregrinación hasta allí, un hito fundamental que a fecha de hoy sigue brillando con fuerza. Hubo un origen para todo ello y ese origen fue Diego Gelmírez. Sé que quizá me digáis que no tiene nada que ver, pero no he podido dejar de recordar la maravillosa frase que, en la película Gladiator, Marco Aurelio le dice a Máximo: "Una vez hubo un sueño llamado Roma, solo podías susurrarlo... a nada que levantabas la voz se desvanecía, tal era su fragilidad". Gelmírez se atrevió a levantar la voz para elevar a Compostela a lo más alto. Descubrid el El siglo del milagro cómo lo consiguió.


miércoles, 7 de mayo de 2025

CRUCES de Alex Landragin

 Hay lecturas que te encuentran o con las que, sin esperarlo, te topas y te quedas fascinada. Y esto me ha pasado con Cruces, de Alex Landragin, y publicada por Duomo: mi compañera de podcast, Ren, de Momoko.blog, me habló de él y las dos nos enamoramos de cómo estaba editada, de la belleza de su portada y del resumen, escueto, que se nos ofrecía. Debo decir que el libro ha superado con creces mis expectativas. Realmente no tenía muy claro qué me iba a encontrar en él, pero que una de las partes estuviese dedicada a Baudelaire me ganó, ya que este poeta "maldito" es uno de mis favoritos de siempre.

Me he encontrado con una lectura diferente, peculiar, llena de matices y en la que el autor crea para el lector todo un ejercicio de inmersión en las épocas y en los ambientes. Cuenta con el aliciente, además, de poder leerse de dos maneras diferentes, al estilo de Rayuela o aquellos famosos libros de Elige tu propia aventura, aunque el resultado varía muy poco. En mi caso, solo hice la lectura lineal, pero sé por Ren que la historia no cambia de forma sustancial. Sea como sea, creo que Cruces es un libro que hay que leer y disfrutar, porque es un ejercicio literario brillante en el que todo acaba engarzado y que es radicalmente distinto a cualquier cosa que hayamos leído antes. Y vosotros, ¿estaríais dispuestos a meteros en el cuerpo de otra persona, a cambiaros por ella, pero preservando todos vuestros recuerdos?

"¿QUÉ ES EL AMOR? EL ANHELO DE SALIR DE UNO MISMO" - CHARLES BAUDELAIRE

Cruces es la primera novela de Alex Landragin, un escritor nacido en Francia, de raíces armenias y criado en Australia y, desde luego, ha superado la prueba de manera sobresaliente. La historia arranca con un prefacio escrito por un encuadernador, a quien una baronesa encargó el trabajo de hacer un tomo con tres manuscritos. Solo le puso una condición: que no podía leerlos, debía limitarse a hacer el trabajo encargado con su habitual cuidado y con la mejor selección de materiales. Pero, al poco, recibe la noticia de que la baronesa ha muerto asesinada y, sabiendo que nadie le va a reclamar los manuscritos, decide leerlos y publicarlos. Los tres manuscritos son La educación de un monstruo, Ciudad de fantasmas y Cuentos del Albatros que, en principio, no parecen tener demasiado en común ni seguir una línea troncal concreta. Pero de su lectura se van a extraer las conclusiones más inesperadas.

Como os decía arriba, estos relatos pueden leerse de forma lineal o bien seguir la llamada "Secuencia de la baronesa", en la que al final de cada capítulo nos redirige a otra página, sea del mismo manuscrito o de los otros dos. Yo me limité a leerlo de forma lineal y reconozco que me quedó una sensación tan plena de buena lectura, que obvié la "Secuencia de la baronesa"; mi compañera Ren sí lo hizo (podéis leer su reseña aquí) y, como ha explicado también en el podcast del Certamen de Novela Histórica de Úbeda, no hay cambios reseñables en la evolución de la historia. 

El primer manuscrito, La educación de un monstruo, es, sin duda, mi favorito. El poeta Charles Baudelaire vive sus últimos años en Bruselas y nos narra todo en primera persona. Baudelaire transita por una existencia miserable, enganchado al laúdano, que es lo único que le funciona para paliar los dolores que le causa la sífilis; no tiene dinero para nada, pasa hambre y se hospeda en una suerte de pensión fría y húmeda que va pagando tarde y mal. Conocer a una misteriosa dama, madame Edmonde, le otorga un respiro, pero hay algo extraño y misterioso en ella. Este relato me resultó maravilloso. Cómo la voz de Baudelaire, roto en cuerpo y alma, nos describe su soledad, su pobreza extrema, su dependencia del láudano, el frío, la humedad, las calles oscuras... pero también sale a relucir su carácter, en el que lo políticamente correcto no existe. Es tremenda la escena en una cena con gente "bien" de la sociedad bruselense en la que pone a caer de un burro a Bélgica y a sus mujeres. Para enmarcar, os lo aseguro.

El segundo relato es Ciudad de fantasmas, ambientada en el París de la Segunda Guerra Mundial. Allí vive Walter Benjamín, un judio que permanece en la ciudad de forma ilegal y cuya existencia siempre está amenazada por ser descubierto y deportado...y una más que posible muerte. De su mano vamos a pasear por el París de la época, en la que se mezcla el glamour con las esquinas oscuras, Visitaremos a los "bouquinistes" del Sena y nos empaparemos de la tensión que atenaza la ciudad, especialmente a parte de su población. Walter conocerá a una hermosa mujer, Madeleine, en el cementerio de Montparnasse y acabarán viviendo juntos. Pero Madeleine desaparece durante horas o noches enteras y Walter desconoce casi todo de ella, aunque se enamora sin remedio. FInalmente, ambos personajes se verán inmersos en una trama de asesinatos cuyo origen, al parecer, es tratar de hacerse con el manuscrito de La educación de un monstruo, de Baudelaire, y en la que está implicada la misma Coco Chanel. Pero al final de este relato hay algo que, de pronto, te recoloca todo. Y es profundamente mágico.

En Cuentos del Albatros, Alex Landragin nos lleva a la Polinesia y cambia por completo el panorama y el paisaje: de los grises húmedos de Bruselas y la tensión que opaca por completo las calles de París, nos trasladamos a un cielo profundamente azul, a la naturaleza desatada, a los olores que embriagan. Y es en este relato cuando vamos a comprender perfectamente qué es lo que se nos está contando. La historia de Alula y su profundo amor por Koahu, la búsqueda que ella realiza a través del tiempo y del espacio y la explicación de lo que es realmente un "cruce", convierte los tres manuscritos en una increíble aventura, en un desesperado intento de reencontrase con el amor perdido.

No quiero hacer spoilers, esta novela está escrita para ser descubierta página a página, para dejarse envolver por una prosa cuidada, profunda, que nos hace sentir, que nos transporta. Una novela de la que, cuando entendemos todo, nos enamoramos sin remedio. Con lo complicado que es hoy día ser original en los planteamientos y en las tramas, Alex Landragin ha hecho un ejercicio sublime de literatura. Solo me resta deciros que, si podéis y tenéis ocasión, os dejéis llevar por Cruces. Quizá la próxima vez que alguien os mire a los ojos intensamente, comprendáis que es posible que ese alguien os esté buscando desde hace mucho, mucho tiempo.


martes, 25 de marzo de 2025

FLASHMAN de Gegorge MacDonald Fraser

 

Hay alegrías lectoras que te llegan sin esperarlo, como me ha ocurrido con esta fantástica novela que hoy os traigo: Flashman, primera entrega de la saga que George MacDonald Fraser dedicó a Harry Flashman, un tipo, como os contaré enseguida, realmente peculiar. La reedición de esta saga, que ha comenzado a publicar Ático de los Libros, llamó la atención a Pablo y David, mis compañeros en el podcast del Certamen de Novela Histórica de Úbeda, y, al final, nos unimos casi todos a la propuesta porque nos encantó el planteamiento. Y tengo que confesar que hacía mucho que no me lo pasaba tan bien con un libro, porque lo tiene todo: un personaje central inolvidable (aunque por motivos poco loables, ya veréis), un encuadre histórico fabuloso y una narración que te absorbe por completo.

La saga Flashman la componen doce libros conocidos con el nombre genérico de Los papeles de Flashman y del que hoy voy a hablaros es el primero, en el que conoceremos al personaje y ya nos pone en situación acerca de su vida. Originalmente se publicó en 1969, en un momento de importantes cambios sociales en Europa y en el mundo, y fue todo un éxito. Esta reedición me parece un acierto total por parte de Ático. Seguramente, hoy día no se podría publicar, que ya sabemos las corrientes buenistas que nos sacuden, pero os aseguro que basta el primer capítulo para quedarnos enganchados y hacernos fans de Harry Flashman, aunque en muchos momentos queramos matarlo o correrlo a gorrazos. Nos vamos al periodo entre 1839 y 1842 y a la primera guerra entre Inglaterra y Afganistán.

DE INGLATERRA A ESCOCIA, DE LA INDIA A AFGANISTÁN

Antes de entrar en materia, me gustaría contaros algunos detalles del autor de esta saga. George MacDonald Fraser sirvió con el Ejército Británico en la II Guerra Mundial y, antes de dedicarse a la escritura, fue periodista. También se adentró en el mundo del guion cinematográfico, en películas como Los tres mosqueteros (la versión de 1973) y Octopussy (una de las entregas de James Bond, en 1983). El personaje de Harry Flashman aparece mencionado en la novela Los días escolares de Tom Brown, de Thomas Hughes, Es el típico matón de colegio que bebe de más, pero cuya aparición apenas ocupa un párrafo. Lo que hace MacDonald Fraser es dar carta de naturaleza a Harry Flashman partiendo de esa pequeña aparición y asegurando que sus aventuras y desventuras están recogidas en Los diarios de Flashman, un voluminoso manuscrito que fue hallado por casualidad durante la venta de unos enseres domésticos en 1965 en Ashby, Leicestershire. A partir de ahí, nos vamos al mundo de Flashman.

Tras una borrachera de órdago, Harry Flashman es expulsado de la Escuela de Rugby (que es un lugar, no el conocido deporte) por conducta ignominiosa. Tiene 17 años y es un tarambana acostumbrado a hacer lo que le viene en gana. Vuelve a casa con cierta inquietud, porque no sabe cómo se va a tomar su padre su expulsión. No tiene una relación muy fluida con él y, aunque adinerado, no es nada refinado. Así lo relata el propio Harry Flashman;:

"Era nieto de un ricachón, ¿saben?, pues el viejo Jack Flashman había ganado una fortuna en América con los esclavos y el ron, y no me extrañaría nada que también se hubiera dedicado a la piratería, todo lo cual le permitió comprarse una casa en Leicestershire, en la que hemos vivido desde entonces. Sin embargo, a pesar de su dinero, los Flashman nunca llegaron a refinarse, y es que 'el pelo de la dehesa asomaba generación tras generación como una boñiga junto a un rosal', tal como decía Greville"

Tras el primer golpe de realidad, Harry le pide a su padre que le "compre" un puesto en el ejército. Está convencido de que allí tiene futuro, que el uniforme le va a sentar muy bien y que, seguramente, jamás tendrá que acudir a ningún conflicto bélico. Su padre, finalmente, acepta y Harry marchará a Escocia, a incorporarse a los Dragones del Undécimo de la Brigada Ligera... no sin antes "disfrutar" de la compañía de la amante de su padre. Su intención es trepar y hacer fortuna, pero a Harry Flashman es muy difícil meterlo en vereda, aunque siempre, en toda situación, le acompaña una buena suerte milagrosa. Flashman es mentiroso, cobarde, canalla, mujeriego... El truhan más grande que jamás ha existido está ahora al servicio de su británica majestad.

Es el propio Harry Flasman el que va relatando su vida y todo lo que le sucede y lo primero que llama la atención es el brillante e irónico sentido del humor, de lo más británico, con que lo hace. Hay momentos que sacan más de una sonrisa, incluso carcajadas, porque estamos ante un hombre  al que el azar le va poniendo en las peores tesituras y de todas sale victorioso, incluso cuando se ha comportado como un perfecto cobarde. Su trato con las mujeres más que políticamente incorrecto: es capaz de vender a una de sus amantes en la India cuando ya no le es útil o de sacar la mano a pasear cuando alguna se le pone "farruca". Pero al margen de todo eso, estamos ante una novela que cuenta magistralmente el conflicto entre Inglaterra y Afganistán, un momento histórico que, a poco que lo pensemos, tiene muchos paralelismos con problemas internacionales actuales.

Esta novela contiene también una demoledora crítica hacia el ejército británico, en el que muchos cargos y galones se conseguía con dinero o por ser de determinadas familias, pero no por la valía de los méritos, lo que causaba enormes problemas cuando tenían que hacer frente a un conflicto armado. Y también nos muestra con toda su crudeza (aunque envuelta en la ironía del protagonista) el racismo de la sociedad británica y el mal trato que se daba a la población de la India, a los que consideraban poco menos que esclavos. La narración de las batallas en las que se ve envuelto Flashman es maravillosa dentro de su crueldad, con un ritmo que nos mantiene pegados al relato hasta la última página.

Flasman es solo el inicio y ya estoy deseando conocer las nuevas aventuras de este personaje que, siendo un absoluto impresentable, te gana sin remedio. Haceos con ella. Os aseguro que es todo un descubrimiento feliz que os va a regalar muy buenos ratos de lectura. Ya me contaréis.

En el podcast, hicimos hace poco un programa dedicado a esta saga que podéis escuchar aquí: 

https://www.ivoox.com/novela-historica-ubeda-spin-off-flashman-audios-mp3_rf_143462863_1.html

martes, 11 de marzo de 2025

TINTA Y FUEGO de Benito Olmo

 Hay muchas novelas a las que llego tarde. Generalmente es porque tengo tanto encima de la mesa poniéndome ojitos, que me aturullo y me resulta muy complicado elegir. Si a eso se le suma mi habitual caos personal, la combinación es complicadilla. Conste que lo intento, que ya me compro agendas, que coloco los libros con cierto orden, pero me da igual. Si me llegan manuscritos o correcciones, todo salta por los aires. En fin, a lo que iba: que a esta novela de mi siempre admirado Benito Olmo he llegado tarde. Tardísimo, incluso. O quizá no: parafraseando a Gandalf el Gris, he llegado cuando me lo he propuesto. Sea como sea, no quería dejar de pasar la oportunidad de contaros lo que me ha parecido, porque creo que lo merece.

Hace poco, recolocando estanterías, encontré el ejemplar de La maniobra de la tortuga, la primera novela que leí de Benito. Después he ido disfrutando de las que ha escrito una por una. Benito tiene una seña personal y es que suele ser bastante "canónico" en sus tramas, novelas negras que se identifican como tales sin dificultad y en las que los protagonistas, muy bien perfilados, evolucionan a lo largo de las páginas y jamás nos dejan indiferentes. En esta novela, Tinta y fuego, lo que he encontrado es una trama que se acerca más al thriller con una base histórica muy sólida, aunque no ha perdido ni un ápice de su estilo en cuanto a los protagonistas. Venid, voy a presentaros a Greta...

"CADA LIBRO, CADA TOMO QUE VES, TIENE ALMA" - CARLOS RUIZ ZAFÓN - LA SOMBRA DEL VIENTO.

Greta es una especialista en encontrar libros raros o especialmente valiosos, aunque está en sus peores momentos debido a la desaparición de un libro de Jorge Luis Borges, que estaba en sus manos para ser tasado. Sin apenas dinero, con demasiadas deudas y su reputación en el borde del abismo, acepta un encargo bastante especial: la familia Fritz-Briones le pide que encuentre la biblioteca familiar, que desapareció durante la II Guerra Mundial. Greta llega a Berlín para investigar y allí se entera de cómo los nazis, al igual que hacían con las obras de arte, llevaron a cabo un inmenso robo de libros. Pero no es solo esto: algo oscuro y peligroso está pasando, porque se están produciendo muertes de libreros y bibliófilos, de coleccionistas de todo el mundo. Alguien está detrás de estas muertes para tratar de reconstruir la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, saqueada durante el Tercer Reich. Para Greta, esto supone un reto aún mayor al que no va a poder resistirse, aunque su propia vida esté en peligro.

Como os decía antes, esta novela se sale un poco de los cánones habituales de Benito Olmo para convertirse en un thriller de buen ritmo y con una sólida base histórica. El expolio nazi de bibliotecas y colecciones de libros existió, al igual que el de obras de arte, como el de la Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma. A través de capítulos cortos, que aportan una atrayente viveza a la narración, acompañaremos a Greta en su investigación y en sus viajes, que la llevan desde Madrid a Berlín, Roma, Breslavia... y cómo no, Cádiz. Alterna la primera y la tercera persona a lo largo de la narración y es capaz de transmitir con fuerza tanto la intriga de la historia, como los estados de ánimo, las dudas, la alegría, la rabia. 

Greta, como protagonista, tiene muchas facetas, muchas aristas y más de un rinconcito oscuro. Es una mujer arisca, muy fría en su trato con los demás, que parece revestida de una coraza de ceños fruncidos y desplantes. Quizá de entrada no caiga bien, pero a lo largo de la novela seremos testigos de cómo esa coraza se va resquebrajando y nos permite atisbar que, dentro de ella, hay mucho más de lo que parece. En su aventura detrás del encargo que ha recibido contará con su hermana María, con Sarasola, un buscador de libros viejos con muy buen ojo, y con Oleg,un joven alemán gracias al que Greta logra localizar el primer libro. Greta y Oleg son completamente opuestos y muy diferentes, pero se complementan a la perfección. Quizá Oleg al principio, parezca un poco más apagado o gris si lo comparamos con Greta, pero es un personaje que merece la pena descubrir.

Es evidente que Benito ha debido manejar mucha documentación para el andamiaje de la novela, pero sabe mostrarla y no tirarla a la cara del lector. Está ahí, la va dosificando para crearnos cada vez más interés y apuntala la solidez de una trama que no presenta fisuras. Detrás de todo, surge ese frío que me acompaña cada vez que los nazis entran en escena: nunca puedo evitar un escalofrío, ni tampoco dejar de pensar cómo fue posible aquello. Aunque sobre esto mejor hablamos en otro momento. 

Benito Olmo ha hecho en esta novela un auténtico homenaje a los libros y a las bibliotecas; a lo que suponen y en lo que se convierten. Para quienes los amamos y los atesoramos, esta novela es un canto a todos ellos. Cada una de las partes en las que se divide va encabezada por una maldición de las que se usaban en la Edad Media para atemorizar a los ladrones de libros y que suelen ser bastante "gráficas. Por ejemplo:

"Si alguien roba este libro, que muera; que sea asado en una sartén, que contraiga la enfermedad de la caída y la fiebre lo domine, que sea quebrantado en la rueda y ahorcado. Amén" - Biblia de Arnstein, Alemania, 1172 d.C.

Mérito añadido me ha parecido el que Benito vaya dejando una suerte de recorrido de miguitas de pan que van a tener respuesta en un final inesperado, redondo y que aclara todo, sin dejar cabos sueltos. No solo eso, también va a resultar toda una sorpresa, pero eso lo tenéis que descubrir vosotros. En mi opinión, esta novela supone un salto adelante en la narrativa de Benito Olmo, que ya nos había demostrado con las anteriores su evolución y que está alcanzando una trabajada madurez como escritor. Tinta y fuego es una excelente historia, muy bien desarrollada y que deja el regusto de haber disfrutado de una lectura estupenda y redonda. Y eso es todo un regalo.



jueves, 6 de marzo de 2025

DEL ÁGUILA AL LEÓN de Daniel Fernández de Lis

 Tengo la inmensa suerte de conocer a Daniel Fernández de Lis desde hace unos años, gracias a coincidir en el Certamen de Novela Histórica de Úbeda. Y hay una cosa que, cada año, me traigo de manera especial en la memoria: cuando compartimos desayuno y me regala su conocimiento sobre muchísimos detalles y anécdotas de los reyes de Inglaterra, porque me fascina su memoria y lo bien que lo hace. De hecho, le he preguntado en más de una ocasión por el origen del mito de Arturo (mi hijo mayor se llama así por el gran rey de Camelot) y sus respuestas han sido tan clarificadoras como interesantes. Y lo que nos dejó boquiabiertos a todos hace un año, fue la exposición que hizo de los reyes de la casa Plantagenet en el marco de las Jornadas de Novela y Ensayo Histórico de Santa Elena. Sin un solo papel, tirando de memoria y con una maravilloso sentido del humor, con imágenes de actores que habían interpretado a esos monarcas, se nos metió a todos en el bolsillo. Jamás habría imaginado que un tema que consideraba tan ajeno a mis propios gustos, me despertase tanto interés.

Daniel ya tiene un bagaje importante en el campo del ensayo con títulos apasionantes como Lo que Shakespeare no te contó de la Guerra de las Rosas, Los Plantagenet o De Covadonga a Tamarón, todos absolutamente recomendables. Cuando hace pocos meses Edhasa anunció la publicación del libro que hoy os traigo, Del águila al León. Historia de Britannia de Roma a la conquista normanda, me hizo ilusión porque era, quizá, una manera perfecta de conocer la historia de un país que, aunque está en el imaginario colectivo constantemente, también es un gran desconocido. Y lo ha hecho como siempre hace: con datos concretos, pero contándolo de un modo muy entretenido, didáctico sin ser dogmático y consiguiendo el interés del lector desde la primera página. 

ONCE SIGLOS DE HISTORIA

Del águila al león comienza con los cuatro siglos de conquista y dominio del Imperio Romano en Britania, periodo que dejó una huella profunda. Desde que los romanos empiezan a desaparecer del panorama, llegarán anglos, jutos y sajones, un periodo que se enmarca entre las brumas de muchos combates, pero que fue protagonizado por nombres como Vortigern o Horsa y en el que emerge la figura del rey Arturo, que se mueve entre la historia y la leyenda. A partir de finales del siglo VIII, Britania asiste a la llegada de los vikingos, que llegaron a dominar todos los reinos, un periodo convulso en el que también se sucedieron muchos momentos bélicos y en el que surge la figura de Æthelstan, considerado el primer rey de Inglaterra desde la batalla de Brunanburh en el 938. A partir del siglo XI, Inglaterra se convierte en una encrucijada entre sajones, vikingos y normandos, hasta que se produce la batalla de Hastings.

Así pues estamos ante un libro que nos habla de una primera parte de la historia de Inglaterra, aunque desde el tiempo en que no se denominaba así. Es a partir del siglo X cuando aparece este nombre. En las primeras páginas, Daniel nos ha dejado una serie de mapas que nos van a ayudar a posicionarnos geográficamente en los diferentes momentos históricos. Ya de entrada, es curioso saber que fue el mismísimo Julio César quien se empeñó en la conquista de la isla, a la que le costó mucho llegar, debido a las inclemencias del mar y la orografía de la costa. Pero fue el emperador Claudio el que finalmente acometió la ingente tarea de la conquista. Sorprendente, ¿verdad?

Tenemos, incluso, un capítulo dedicado a un apasionante misterio histórico: qué fue de la Legio IX Hispana, cuya desaparición nunca ha tenido una explicación. Sí que hay muchas teorías, desde una derrota apabullante que hizo que se la borrara de los anales, hasta que fuese trasladada a otra región del Imperio, pero nada definitivo. Este capítulo me ha gustado especialmente. Investigad, investigad...

A lo largo de las casi 500 páginas del libro, caminaremos por la geografía de Britania (y posteriormente Inglaterra) para ser testigos de sus muchas peculiaridades y, sobre todo, sus muchos encontronazos en forma de batallas y guerras. Desde la formación del mapa político de Britania en tiempos de los romanos, hasta la figura de Alfredo el Grande, uno de los reyes más famosos de Inglaterra, cuya biografía parece tener algunas interesantes lagunas. Desde el nacimiento de Inglaterra como tal a partir de los descendientes de Alfredo, hasta la conquista normanda de la isla. Cada capítulo es un apasionante ejercicio de rigor histórico realmente bien contado, que consigue mantener el interés y que nos hace descubrir montones de cosas de las que, al menos yo, no tenía ni idea.

Estamos ante un ensayo histórico de los que "crean afición", os lo aseguro. Es un género que me gusta muchísimo, y con Del águila al león he disfrutado de una lectura que me ha sorprendido y enseñado. Y no hay nada que me guste más que descubrir hechos históricos desconocidos, especialmente si están escritos con tan buen gusto y de forma tan amena. 

Solo tengo una petición para Daniel: por favor, tal como cuentas en el prólogo, dale forma a ese posible libro sobre Arturo. Estoy segura de que sería fabuloso. Y ya sabes que a mí, personalmente, me interesa una barbaridad. Ahí lo dejo... Dadle una oportunidad a este ensayo histórico, porque estoy segura de que os va a sorprender y a interesar mucho más de lo que pensáis. La historia siempre sorprende.Esa es su grandeza.