lunes, 16 de mayo de 2022

LÁGRIMAS DE ORO de José Luis Gil Soto

Siempre es una alegría que una novela me sorprenda por su planteamiento y su originalidad. Y, si es una novela histórica, más aún, quizá porque este género acostumbra a ser bastante "canónico" en cuanto a estructuras, temas y desarrollo. Cosa que no me parece mal, en absoluto, lo importante es que la historia sea sólida, que no esté llena de arquetipos y, por supuesto, que no contenga esos regustos de "presentismo" que parecen haberse puesto de moda en los últimos años. José Luis Gil Soto me ganó como escritor con su novela anterior, Madera de savia azul, que nos trasladaba a un mundo medieval legendario con una prosa realmente bonita, pero Lágrimas de oro me ha gustado mucho más. Creo que el mestizaje de estilos, del que os he hablado en otras ocasiones, sienta bien y mejora la salud de las novelas. Y aquí tenemos una novela histórica pero también un thriller cuyo eje principal es el robo de obras de arte y el oscuro mundo de los coleccionistas, capaces de lo que sea para conseguir lo que desean. Y funciona de maravilla.

En Lágrimas de oro viajaremos al siglo XVI, al imperio inca y a su conquista, y también al XXI, con una investigación intensa y compleja. Os aseguro que vamos a disfrutar.

"NI EL MISMO SOL PODRÍA OPONÉRSELES"

En 1524, en Castilla del Oro, Panamá, se reunen Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando Luque para decidir si emprenden una expedición hacia las tierras del sur, atraídos por las noticias de las posibles riquezas que allí habría, en lo que es el inicio de un camino muy complicado y peligroso. A su vez, en ese mismo año, en la capital del imperio inca, Cusco, los incas bregaban con sus propios problemas, empujados a una lucha fratricida entre Huascar y Atahualpa y también entre diferentes regiones del propio imperio. Siglos después, en 2019, la teniente Rebeca Parma ve interrumpidas sus vacaciones al tener que acudir a investigar el robo de un collar de oro y esmeraldas que lucía la Virgen de la iglesia de San Lorenzo, situada en el pueblo de Conquista de la Sierra, cerca de Trujillo.

Con estas premisas y una vez leída y acabada, la primera impresión es que se trata de una novela muy ambiciosa. No solo por la mezcla de géneros, sino por la cuidada documentación y la estupenda narración que el autor hace de principio a fin. La parte histórica es apasionante, con unas descripciones del mundo inca muy visuales, llenas de detalles y con una ambientación fantástica en todos los detalles: el paisaje, las ciudades, la ropa, las enfermedades, la comida...Ahí es donde resulta más evidente la gran documentación que ha debido manejar el autor, aunque la va filtrando, dejando que empape el texto y al lector, sin que se note. Sin largas páginas de explicaciones.

Las dos tramas (como comentamos en el podcast del Certamen de Novela Histórica de Úbeda Pedro Pablo Uceda y yo) se pueden sostener perfectamente de forma independiente. Podrían ser dos novelas separadas, aunque funcionan como una maquinaria bien engrasada juntas. Las historias se van entremezclando, alternando los momentos históricos con agilidad, de ahí el magnífico ritmo de la novela que, a pesar de sus casi seiscientas páginas, su lectura corre como la pólvora.

Me ha gustado de manera especial cómo se trata la figura de Pizarro, que en ese momento no es ningún jovencito, ya que acarrea cincuenta años a sus espaldas. Y, sin embargo, físicamente es un titán, capaz de dejar atrás a soldados más jóvenes, de no comer, de dormir apenas nada y seguir adelante con una determinación pétrea. Pizarro arriesgó su dinero y su hacienda en esta gesta y, de hecho, unirse a Almagro y Luque lo hizo casi en exclusiva por motivos económicos.

Tal como nos explicó José Luis Gil Soto en un encuentro que mantuvimos con el club de lectura, el nexo de las dos tramas históricas, la de los incas y la de Pizarro, es la crónica que el inca Garcilaso de la Vega, el primer gran escritor hispanoamericano, de madre inca y padre español, hace del encuentro entre Atahualpa y Pizarro. Y, aunque lo cuenta de oidas, por lo que sabe gracias a la familia de su madre, es de un valor histórico innegable. Su crónica es la más creíble, aunque también contiene algunos errores, introducidos, quizá, para limpiar, de alguna manera, la imagen de su padre, que en su día fue acusado de traición.

Una de las cosas que más me han gustado de Lágrimas de oro es que se mantiene alejada de la "leyenda negra" y también de la "rosa" de la conquista. Además incide en las similitudes en cuanto a los comportamientos humanos. Da igual que sean españoles o incas: en muchas ocasiones se mueven por las mismas ansias de poder y el afán por controlar el territorio. Y nos hace ver, como claridad, que el imperio inca no fue esa Arcadia feliz que muchos se empeñan en contar, sino que también estuvo forjado a sangre y fuego y sus luchas intestinas fueron sangrientas y crueles.

Respecto a la trama que sucede en la época actual, hay una interesante llamada de atención acerca de los robos que se cometen en las iglesias de la España rural, una realidad sangrante y poco conocida. Esas iglesias, que muchas albergan en su interior auténticas joyas, están desprotegidas y al alcance de gente sin escrúpulos. También me ha gustado conocer esa faceta más oscura del coleccionismo, el acaparador, el de la rapiña, encarnado en la figura de Julio Adelman, un hombre fetichista y obsesionado con los objetos de una determinada época. Y, por supuesto, es muy enriquecedor comocer cómo trabaja el Grupo de Patrimonio Histórico de la UCO, tan desconocido como necesario. 

Os reconozco que he disfrutado muchísimo de Lágrimas de oro y no me canso de recomendarla. Os aseguro que es una lectura para perderse en sus páginas y olvidarnos del mundo mientras vivimos en ella.


4 comentarios:

  1. Estupenda reseña, como siempre. Anotado queda y espero leerla pronto. Mil gracias por la recomendación . ANA - LECTURAS Y CURIOSIDADES

    ResponderEliminar
  2. Yo tampoco me canso de recomendarla. Como conté en mi reseña me animé con la lectura solo por su autor que, como a ti, me conquistó con la anterior novela, si la hubiese escrito otro te aseguro que no me habría embarcado y es que el tema de la conquista de América me da una pereza que me muero. En fin... que me enrollo, coincido totalmente contigo, es una magnífica novela, tan entretenida como didáctica y escrita maravillosamente bien. Y otra cosa, te copio lo de los regustos de presentismo, que a mí me ponen de una mala...
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Bravo, una gran reseña que destaca todos los aciertos de la novela que son muchos. Besos

    ResponderEliminar
  4. Me la apunto. Tiene una pinta excepcional y me encanta la novela histórica.

    Muchas gracias por tu blog. Es genial.

    ResponderEliminar