Como no suelo leer los resúmenes de las contraportadas (ya he explicado alguna vez que o cuentan demasiado o te despistan por completo) no estaba segura de lo que me iba a encontrar. Y os reconozco que durante las cincuenta primeras páginas no sabía muy bien qué me estaban contando, pero no podía parar. El modo de narrar de Rosie Andrews te absorbe y te deja poca escapatoria y lo hace sin un ritmo trepidante y sin golpes de efecto, solo contando lo que el protagonista, Thomas Treadwater, se va encontrando a su regreso a casa en medio de un invierno helado y hostil. Cuando la terminé, me había ganado por completo. Y es de las que se te quedan dentro, mi memoria no deja de volver a ella. Hay todo un mundo embriagador y siniestro en este libro.
ALGO OSCURO HA DESPERTADO
La mañana del día de Navidad de 1643, Thomas Treadwater regresa a casa después de combatir con las tropas parlamentarias en la primera Guerra Civil Inglesa. Vuelve herido y desanimado y con una carta de su hermana Esther en el bolsillo con un tono muy preocupante. En ella le habla de los problemas de la granja familiar, de la enfermedad de su padre y le previene muy seriamente contra Chrisa Moore, la nueva criada de la casa, que parece haberse hecho con el control total incluso de la voluntad del dueño de la hacienda. Preocupado, Thomas atraviesa un paisaje intensamente nevado y solitario y, al llegar a las tierras de su propiedad, todo es muerte y desolación: el ganado muerto, los campos descuidados. En la casa nada es mejor. Su padre ha sufrido una apoplejía que le ha dejado completamente inmóvil y sin reaccionar a los estímulos. Esther, en medio de todo ese terrible panorama, le explica que Chrisa Moore está en prisión acusada de brujería.
El relato que va componiendo Esther está lleno de inconsistencias, a Thomas ni siquiera le parece la misma jovencita que dejó al partir a la guerra y se da cuenta de que su odio por Chrisa Moore es casi enfermizo. Por si eso fuera poco, la aparición en la granja de John Rutherford, conocido cazador de brujas, para solicitar el testimonio de Esther hace que, con la declaración de esta, la sirviente más joven de la casa, Joan, y su madre acaben también en prisión. Thomas está sobrepasado y trata de buscar respuestas en las autoridades. Chrisa Moore no habla, no se defiende. Solo afirma estar embarazada del padre de Thomas y Esther, algo que no se concibe posible a pesar de las insinuaciones de Esther al respecto.
Frío. Eso es lo primero que me llegó al empezar a leer El leviatán. Porque Rosie Andrews nos mete en él de cabeza desde el primer momento. El regreso de Thomas a su casa, atravesando paisajes helados; su hogar, antes cálido y acogedor, se ha vuelto gris, oscuro, casi glacial. Siempre hubo una mesa a la que sentarse y comida de la que disfrutar, ahora todo es escaso, insípido, sin alma. Como si algo tenebroso se hubiese enseñoreado de aquellos muros. Os decía antes que, en las primeras páginas, me despistaron ciertos capítulos que se trasladaban unos años adelante, a un lugar indefinido en el que un matrimonio parecía vivir una situación extraña e inquietante. Es a mitad de la novela cuando encajas las piezas y entonces la novela adquiere sus matices mas sombríos y lo que vamos averiguando provoca un cierto escalofrío.
Particularmente no creo que sea una novela histórica "canónica", sino de una ficción histórica realmente brillante, que utiliza unos marcos de hechos históricos reales y concretos para inscribir en ellos la acción. Sabemos en qué año y en qué época nos movemos por lo que Thomas, que nos narra lo que sucede en primera persona, nos detalla. Pero sí es un magnífico retrato de la sociedad rural en la Inglaterra del siglo XVII, con la religión imponiéndose en casi todas las facetas de la vida y un concepto del mal como algo real, capaz de imponirse y emponzoñarlo todo.
El misterio de Chrisa Moore, encerrada en la prisión del pueblo a la espera de que la naturaleza confirme o no su embarazo, es cada vez mayor. Cuando Thomas consigue el permiso para visitar a las prisioneras, solo obtiene de ella un nombre de mujer y una dirección en Norwich; la visita a Joan y su madre tiene un desenlace más trágico. A medida que avanzamos en la narración de Thomas, la presencia del mal se va haciendo cada vez más evidente. Hay algo muy cercano a él capaz de matar, de arruinar su casa y sus vidas. No le quedará más remedio que acudir a su antiguo tutor, el poeta John Milton, para enfrentarse juntos a lo desconocido.
Lo racional va a enfrentarse con algo oscuro y antiguo. El leviatán contiene un misterio tan fascinante como aterrador en una historia de cosas imposibles. Rosie Andrews utiliza una prosa elegante y atrayente, que te va sumergiendo cada vez más en unos hechos que sobrepasan a los protagonistas. Como os decía antes, sin un ritmo trepidante y sin grandes "efectos", consigue que te sea muy difícil escapar de sus páginas porque necesitas saber qué hay tras el misterio y si, finalmente, se resolverá. Una mezcla magnífica de novela histórica, el mito del mal y el realismo en una lectura que impacta y se te cuela por los poros, como ese frío siempre presente en cada página. Un deleite, a pesar del escalofrío.
¡Hola, Yolanda! Malas rachas tenemos todas. Me alegro que ya estés de vuelta y pueda leerte. Respecto a esta novela, que no tenía conocimiento, me gusta todo. Empezando por la cubierta que ya me llama muchísimo la atención pero además por todo lo que comentas, aunque sea una novela dentro del marco histórico, va mucho más allá. Y si te digo la verdad no puedo dejar escapar esta lectura. Muuuchas gracias por tus impresiones. Espero seguir leyéndote. Un abrazo muy fuerte.
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