lunes, 25 de julio de 2016

OBSCENA. TRECE RELATOS PORNOCRIMINALES. Varios Autores.

A la hora de elegir lecturas lo cierto es que soy bastante ecléctica. No tengo géneros vedados (quizá la novela romantica "per se" me repele un poco) y voy cambiando constantemente. Hay autores a los que profeso una fidelidad casi perruna desde que por primera vez un libro suyo llegó a mis manos. A otros los voy descubriendo, tanto para bien como para mal. Algunos me llegan casi rebotando desde esquinas exteriores hasta que me golpean de algún modo para que me fije en ellos. Con Juan Ramón Biedma me ha pasado un poco de todo eso: primero porque le conocí a través de otro autor que cuenta con mi lealtad absoluta, Félix G. Modroño; después porque lo que iba leyendo de él me fascinaba y, finalmente, porque me he convertido en una de sus muchos devotos seguidores. En este libro, Juan Ramón se ha encargado de recopilar los relatos y de escribir el prólogo, además de incluir también una personalísima narración. Con cuentagotas nos fue llegando la información de lo que iba a ser el resultado final, dejándonos siempre con la miel en los labios, hasta que en los primeros días del pasado junio el libro fue una realidad gracias a la Editorial Alrevés.

Supongo que es complicado y también arriesgado hacer una antología en la que la pornografía está presente de modo principal aunque sea dentro de relatos policiacos, negros, con crímenes. Pero sobre todo es valiente. Quizá porque la pornografía se sigue viendo como algo marginal que engloba en su seno prácticas y gustos, en muchos casos, no demasiado agradables para el común de los mortales. Cierto es que en los últimos tiempos la línea entre erotismo y pornografía cada vez es más fina y hay bastantes novelas que se califican de eróticas que incluyen, por ejemplo, prácticas sadomasoquistas, sexo más duro de lo habitual o introducen objetos y "juguetes", fetiches o dominación. El mercado del sexo y la pornografía está vivo y, como dice una buena amiga mía, goza de bastante buena salud, pero siempre fuera de los circuitos habituales de cine y literatura. Como una especie de barrio marginal que todos conocen pero que, en general, se mira de reojo. 

En el prólogo, Juan Ramón Biedma nos deja la definición de literatura pornográfica del antropólogo Geoffrey Gorer: se trata de "una literatura alucinatoria porque su fin es que el lector experimente las mismas sensaciones físicas y emotivas que se describen en sus páginas, tal y como ocurre con las historias de terror o misterio". También Biedma se muestra optimista respecto a la evolución de la pornografía dentro de la novela negra, huyendo de clichés y con más atrevimiento y osadía que hasta hace poco tiempo. Como todo, esto contará con adhesiones inquebrantables y con detractores feroces, pero creo que la polémica también puede ser enriquecedora. Obviamente, no hay ni habrá obligación de leer lo que no nos guste o nos resulte desagradable y ahí está, como siempre, nuestro libre albedrío.


Si nos fiamos de la RAE, la diferencia entre erotismo y ponografía es bastante clara: mientras que en la definición de erotismo aparece la palabra "amor", como amor físico y amor sexual, la pornografía es la "presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación". Curiosamente también dice de ella que puede ser un "tratado acerca de la prostitución", al igual que una de las acepciones de pornógrafo es "el que escribe acerca de la prostitución", y es algo que me ha dejado bastante descolocada, aunque tiene su razón de ser si entendemos que en los ambientes de prostitución es dónde, históricamente, se han dado los comportamientos más "irregulares". Aunque para gustos están los colores, claro. Cualquier práctica consentida por ambas partes (o por el número de partes que sea) es libre. Lo que no, entra en el ámbito del delito y lo punible.

Qué difícil es escribir erotismo sin traspasar esa línea. Hace tiempo, al menos una vez al año, participaba en el certamen de relatos eróticos que se organizaba en una conocida página de opiniones. Y qué cuesta arriba se me hacía. Pudores y miedos siempre estaban ahí y nunca conseguí un resultado medianamente bueno. Por eso admiro a quienes dejan todo eso de lado y ponen negro sobre blanco deseos, pulsiones, gustos y escenas que, incluso, pueden sacar los colores a quien los lee o sacudirle de algún modo. Que es posible que no guste a todos, por supuesto. Que puede que haya quien se considere ofendido o se tape la cara con cierta mojigatería. Pero insisto: nadie obliga a leer. Y, por supuesto, quien lee tiene todo el derecho a criticar, siempre y cuando lo haga con criterio y no cayendo en el auto de fe. 

LOS RELATOS Y LOS AUTORES


Esta antología está compuesta por trece relatos, como indica su título. Trece relatos muy diferentes, no sólo en cuanto a longitud, sino sobre todo en estilo. La temática está clara: son narraciones negras, algunas muy oscuras, en las que la pornografía y el sexo están muy presentes hasta enseñorearse de ellos. Son también trece autores reconocidos, con un amplio bagaje literario a sus espaldas, y que se han lanzado a la piscina con valentía. Estos son:

- "La noche de Valentín" de Carlos Salem
- "Hardcore" de Carlos Zanón
- "Maldigo el gallo que anuncia el alba" de David Llorente
- "Marcia y Marcial, pasión sin límites" de Empar Fernández
- "Sandalias amarillas de tacón de aguja" de Fernando Marías
- "Catedral" de Guillermo Orsi
- "Desmadre" de José Carlos Somoza
- "Nieve a punto de Clara" de Juan Ramón Biedma
- "Fábrica de carne" de Manuel Barea
- "Cuidados intensivos" de Marcelo Luján
- "Un sabor muy familiar" de Marta Robles
- "Sangre callada" de Montero Glez
- "El amante de Shanghái" de Susana Hernández

TRASPASANDO FRONTERAS


Como os decía antes, cada uno de los relatos es completamente independiente y diferente a los demás. Van desde los planteamientos futuristas hasta el humor negro; desde la grabación de una "snuff movie" hasta la necrofilia; desde el porno más "sucio" al fetichismo. Incluso en alguno hay cabida para frases más líricas y sentimientos intensos, aunque peculiares. Algo desviados quizá. Como toda antología que se precie, hay relatos que me han gustado más que otros. Alguno hay que me ha desorientado por completo y que no he alcanzado a entender con claridad meridiana. Debo reconocer que, quizá por el hecho de ser mujer, me han gustado más los escritos por ellas y, a riesgo de teorizar mucho, me ha parecido que hay en ellos más proximidad, más cercanía, más vísceras en los sentimientos de los personajes. Incluso amor, aunque sea mal entendido. Sí, lo sé, caigo en el tópico femenino. Ese que dice que cuando vemos una película porno lo hacemos hasta el final para ver si se casan. Nunca he llegado a eso, pero quizá las mujeres, pudiendo desear y practicar lo que nos plazca con quien nos plazca, solemos tener siempre ese matiz que no sé si debería decir sentimental. Puede que sí afectivo, aunque sea en pequeñas dosis.

Otros me han dejado un regusto más amargo, la sensación de estar viendo algo que no debería ver. Pero ahí está, de nuevo, el tema de los gustos. Lo que para mí ha podido ser desagradable otro lo encontrará apasionante. Sin embargo, sea como sea, lo importante, creo, es el modo en que los trece autores han sabido sumergirse en un mundo que es posible que no sea el suyo y han salido airosos con trece relatos que, como poco, sorprenden. ¿Que no son relatos para todos los públicos? Cierto. Es muy posible que haya un un buen número de lectores que no se sientan cómodos al leerlos, que los consideren soeces o excesivamente gráficos y directos. Teniendo en cuenta que hay quien se siente agredido por una escena sexual explícita en una novela de las consideradas "normales", no quiero ni pensar lo que les puede pasar si caen entre las páginas de esta antología. Confío en que no se organicen ordalías frente a las catedrales.

Al margen de que haya relatos con los que no haya conectado, en general debo decir que es una antología brillante en la que cada uno de los autores ha dejado su impronta y su carácter. Que no se han conformado con los estereotipos más comunes de la pornografía y se han dejado llevar, quizá por filias y fobias, para componer cuadros y situaciones únicas y personales. ¿Cómo una simples sandalias de tacón alto pueden cambiar por completo dos vidas? ¿Por qué el rodaje de una película porno puede derivar en algo terrible? ¿Pueden las lentejas convertirse en un fetiche sexual? ¿Hay un realismo mágico pornográfico? 

Si hay un pero genérico que pueda ponerle (y es un pero muy subjetivo y propio) es que en general las mujeres que se dibujan son más o menos atractivas. Algunas mucho. Practicamente todas llaman la atención o son abiertamente deseables. Pero, también en general, la mayoría de los hombres son mayores, calvos, pasados de peso o con características físicas poco atrayentes. Y eso no me acaba de convencer. ¿Acaso una mujer de cierta edad, con kilos de más o poco atractiva no tiene derecho a ser protagonista? No voy a caer en la generalización de que la pornografía, mayoritariamente, está hecha por hombres para hombres. Que también. Pero si los protagonistas másculinos pueden ser muy normales debería ser igual para las protagonistas femeninas. Como digo, esta es una consideración muy personal pero que quería hacer constar.

Las respuestas a estas preguntas y a muchas otras están en "Obscena. Trece relatos pornocriminales". Las tenéis al alcance de la mano. Pero debeís estar preparados, porque no es un libro para todos los públicos, aunque esté cargado de buenos relatos y, en ocasiones, un socarrón sentido del humor. Si os animáis con su lectura, que recomiendo, seguro que encontraréis relatos que os lleguen y os impacten. Pero por favor, no lleguéis a él pensando que os vais a encontrar cuentos con finales felices, con hombres fabulosos y mujeres de bandera dando rienda suelta a pasiones carnales sin tasa. Bajaréis a los sótanos del sexo. Y eso también tiene su punto.








10 comentarios:

  1. Hola Yolanda, disfruto mucho de los libros de relatos, así que me lo anoto para no olvidarlo y tenerlo en cuenta. Cuando lo lea te comento.
    Un abrazo

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  2. Pues yo tomo nota porque me parece interesante.

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  3. Yo no lo descarto, pero a priori los relatos ya de por sí no son lo mío y, el género, menos. Gracias por tu reseña.
    Besos

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  4. la pornografía no solo goza de buena salud sino que es un negocio bien saneado y muy productivo y al alcance de quien quiera usarlo y , dentro de la literatura , un espacio plenamente autónomo que ha aportado grandes clásicos de la literatura y que, a su vez , se puede colar en cualquier trama y , aunque no siempre se ha considerado "respetable " sí disfrutan de un interés académico porque la obra pornográfica va siempre unida a un ánimo "trangresor" y no solo por sexo por sexo como reclamo , más bien por el(diferente ) entorno en que se desarrolla ese sexo por el sexo , sin ideas sentimentales "ennoblecedoras " del fornicio . El "menú " de este conjunto de relatos parece que cumple ese propósito con un hilo común pero tramas de lo más variado al igual que sus desenlaces , Una pena , sin embargo , que los señores no estén a la altura de las señoras (estupendas ) y sean ,en general, unos adefesios ...pero la imaginación del lector , que todo lo puede , puede pulir ciertos detalles ,,

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    1. O, a la inversa ¿por qué no señoras normales con sus defectos con maromos estupendos? Eso es agravio comparativo jaja. Pero sí, queremos más estupendos.

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  5. Esta vez si que lo voy a descartar porque los relatos no me van mucho, el porno menos aun y ya acabé saturada con las 50 sombras :D
    Besos

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    1. Las detestables 50 Sombras era erótico blando mezclado con algunos toques de sado y dominación. Te aseguro que estos relatos dejan al Grey de las narices como un principito Disney.

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  6. Con este libro tengo sentimientos encontrados. Por un lado, tengo mucha curiosidad. Pero por otro, igual algunos relatos son demasiado duros para mí. Me lo pensaré. Besos!!! <3 <3 <3

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  7. Me inspiraste leer algunos,ehhhh... quizás me voy a empezar con el título que suena bastante duro "hardcore". Ojalá que no me decepcione! De todas maneras,mucha suerte con le blog,me gusta mucho, que tengas más los post interesante, te los espero ansiosa!

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  8. La verdad es que no tengo nada claro si animarme con estos relatos. No leo relatos demasiado a menudo, y además este género no es que me llame especialmente; pero bueno, lo dejo ahí en suspenso por si acaso un día me da por animarme con ellos.

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