Hoy, 5 de septiembre, se pone a la venta La magia de la vida de la autora argentina Viviana Rivero. Una novela que, estoy convencida, va a gustar mucho por su temática, por el modo en que está escrita y por ese toque romántico de amores que llegan en el momento justo. Seguramente no habría sido una novela que hubiese elegido como lectura prioritaria, pero antes de mis vacaciones me llegó una edición no venal del libro para que lo leyese y me llamó la atención la portada, así que la leí al borde del mar. Es cierto: la temática y el estilo no son de mis favoritos, pero La magia de la vida contiene muchos elementos que hacen de ella una lectura amena, más "blanca" de las que acostumbro a leer y reseñar, con un trasfondo optimista, retazos históricos y personajes atractivos cuyas vidas giran y se acaban uniendo por hilos que ni siquiera ellos son conscientes de que existan. ¿Es una novela romántica? Sí y no. El romanticismo campa a sus anchas en muchas páginas; en otras se narran hechos duros que ennegrecieron aun más la crueldad de la II Guerra Mundial. El título y la portada rezuman calidez. A veces es bueno olvidarse de prejuicios y leer historias más amables, como ésta que hoy os traigo.
LA AUTORA: VIVIANA RIVERO
Nacida en la ciudad argentina de Córdoba, es licenciada en Derecho por la universidad de su ciudad. Ejerció su profesión de abogada y fue también asesora legal durante un tiempo. Activista en pro de la mujer y sus derechos, fundó varios grupos para el crecimiento y el desarrollo de la mujer. También ha sido productora y presentadora de programas de televisión.
Autora de gran éxito en su país, publicó Secreto bien guardado en 2010, Y ellos se fueron en 2011, Lo que no se dice en 2012, La magia de la vida en 2014 y Los colores de la felicidad en 2015. Su libro Mujer y maestra obtuvo el Primer Premio de Novela Histórica 2009 del Gobierno de San Luis. Sus obras destacan por la defensa de los derechos de la mujer y suele llevar a sus páginas los temas del amor y el desafío femenino, la emigración de los argentinos y sobre todo la mujer como sujeto que debe asumir responsabilidades y tomar decisiones por sí misma.
DE ARGENTINA A FLORENCIA
Un hilo invisible conecta a quienes están destinados a encontrarse.
Emilia Fernán, joven periodista argentina, siente como toda su vida se está viniendo abajo. Su relación con Manuel, después de varios años, no avanza y, además, él ha tomado la decisión de aceptar una beca de investigación fuera del país sin consultárselo. Queriendo dejar atrás la decepción y el dolor, acepta viajar a Europa para realizar una serie de reportajes en restaurantes y elaborar un listado de recomendaciones. Al saber que va a viajar a Florencia en primer lugar, su padre le hace el encargo de que trate de averiguar algo sobre un cuadro del maestro Camilo Fiore que lleva décadas perdido. En uno de los restaurantes, el Buon Giorno, conocerá a Fedele Pessi, el propietario, un hombre que arrastra un triste pasado pero que ha aprendido a vivir intensamente cada minuto.
Paralelamente, conoceremos la historia de Benito Berni, un anciano al que el expolio nazi de obras de arte y la avaricia de un colaboracionista le arrebataron, cuando era un niño, su familia, su casa y sus bienes. Toda su vida la ha orientado a tratar de recuperar las obras de arte que adornaban la mansión familiar y en ello ha gastado sus energías y la fortuna que fue capaz de amasar tras los oscuros años de la guerra. Ahora, cuando parece que todo ha vuelto a su casa, se ve al final de un largo camino.
Las vidas de Emilia, Manuel, Fedele y Benito, sin que ellos lo sepan, están unidas por esos hilos invisibles que atan sin que seamos conscientes de ello. El coraje, la venganza, la búsqueda de la verdad y el amor como medicina capaz de sanar se nos irán mostrando en una novela que puede emocionar y hacer pensar sobre las segundas oportunidades y cómo la vida puede cruzar destinos de formas insospechadas.
EN LAS MANOS LLEVO UN PASADO QUE IGNORO
Como os decía hace un momento, seguramente este libro no lo habría elegido por mí misma. Ya sabéis que mis preferencias van por otros derroteros, aunque es cierto que, de vez en cuando, cambiar de género o dar oportunidad a estilos diferentes te hacen salir de tu zona de confort y te permiten, quizá, mirarlos con otros ojos. La magia de la vida me llegó en edición no venal y, aunque insisto en que jamás será mi género favorito, me ha resultado una lectura amable, optimista y, aunque predecible en muchos casos, con un desarrollo con algunos giros argumentales inesperados.
Emilia, que cree tener una vida completa en Argentina, se encuentra con que de repente todo se descoloca. La decisión de su pareja de aceptar una beca en Estados Unidos sin consultárselo y comprobar cómo él, Manuel, parece no darle importancia a una relación de casi tres años, hace que decida aceptar una oferta de trabajo que va a llevarla a Europa. Su padre, con quien mantiene una estrecha relación, le pide que haga algunas averiguaciones sobre un cuadro al que perdieron la pista en la iI Guerra Mundial y que es pareja de otro propiedad de su familia. Al parecer, la dueña de un restaurante florentino puede tener algunas respuestas sobre el asunto.
Pero la llegada a Florencia va a traer a Emilia no sólo un nuevo país, una nueva luz y nuevas experiencias, sino que descubre, anonadada, que está embarazada. La relación con Manuel pasa por su peor momento. Incluso ella quiere darle carpetazo definitivo. Decide seguir adelante con ello sola, si es necesario, y empieza a recorrer la ciudad y sus restaurantes. Hasta que llega al Buon Giorno y conoce a Fedele Pessi.
Esta historia es quizá la más "amable" de las dos que conforman la trama. No deja de ser la historia de un amor que surge y se inflama y que deberá sortear algunos inconvenientes y problemas para ser completamente pleno. También es la más convencional en cuanto a lo que es llamado "narrativa femenina" (aunque detesto las etiquetas, creo que no es posible cuadricular la literatura de ese modo): ambos protagonistas se nos muestran atractivos, guapos, deseables. Es casi obligado que se sientan atraídos el uno por el otro. Emilia carga con el secreto de su embarazo y con la pesadumbre de no saber si Fedele aceptará su estado. Fedele, con el corazón roto desde unos años atrás por haber perdido a quienes más amaba, se descubre de nuevo ilusionado y con la esperanza de volver a tener una vida feliz.
La otra historia, la de Benito Berni, es, si puedo catalogarla así, un poco más oscura. Benito era el hijo mayor de una acaudalada familia italiana cuya mansión, en Piacenza, se adornaba con hermosas y únicas obras de arte. La llegada de los nazis a Italia, a pesar de tratarse de un país aliado, supuso un gran expolio de esas obras que se hallaban en manos particulares (como ya había sucedido en otros países, como ocurrió en París) por parte del ejército alemán. En el caso de la familia Berni, se ven, además, traicionados por alguien a quien consideraban amigo y Benito, en pocos minutos, pierde a toda su familia y ve su casa desvalijada por completo.
A lo largo de su vida Benito irá encontrando el modo de ir recuperando lo que perteneció a su familia pero también para ir pergeñando una venganza lenta y devastadora para aquel amigo que les traicionó. Eso le va convirtiendo en un hombre solitario, frío y manipulador que sólo se verá rendido en un momento de su vida por una mujer. También aquí encontramos la historia de un amor real y cierto pero imposible, porque Benito antepone sus planes a cualquier otra cosa.
La escena en que la casa de los Berni es atacada está narrada con buen ritmo: encoge el corazón por la violencia gratuita que emana de ella. También hay mucho de desconsuelo en los años que Benito ha de sobrevivir en una Italia devastada por la guerra.
¿Y el cuadro de Camilo Fiore? Si bien al principio parece que va a tener mucha importancia en la trama y que va a regir muchos de los movimientos de Emilia en Italia, acaba convirtiéndose en una suerte de "macguffin": ese objeto que parece contener una información importante pero que a la vez se diluye a lo largo de las páginas, que aparece y desaparece como hilo conductor, la excusa argumental que provoca interés pero cuya relevancia, entre todo lo que sucede, es mínima. En un principio pensé que esta parte de la historia iba a ser tratada, en cierto modo, como la restitución que el gobierno austriaco tuvo que realizar de varias obras de Gustav Klimt a María Altmann, obras que le fueron expoliadas por los nazis, pero Viviana lo ha llevado por otros derroteros.
Escrita de forma cuidada y sin regodearse en las escenas más íntimas, Viviana Rivero va mostrándonos paisajes muy hermosos de Italia alternándolos con escenas no tan luminosas de la vida de Benito Berni. La luz se convierte también en protagonista y caminaremos por las calles de Florencia con naturalidad. Hay también homenajes a la gastronomía local gracias a los platos del Buon Giorno. Hay en los diálogos entre los personajes de Emilia y Fedele modismos típicos del habla argentina, como el uso del vos, algo que si bien al principio puede resultar un tanto curioso, acaba por convertirse en normal.
La magia de la vida es una novela que nos habla de cómo el destino y las personas podemos estar unidas a otras, muy lejanas, de forma insospechada. Es también una novela optimista, que tiende a la felicidad de sus protagonistas aunque tengan que superar pruebas difíciles o capear el paso del tiempo y sus muchas zanjas. De segundas oportunidades, de vidas que pueden rehacerse incluso cuando sólo se ve oscuridad. En eso, he de reconocerlo, Viviana ha hecho un gran trabajo. Pero ya me conocéis, a pesar de la sonrisa que pueda dejarte la novela, yo no puedo más que sentir que lo que leo es sólo un cuadro. Hermoso, luminoso, con buenas pinceladas pero del que sabemos que las flores que contiene no existen o se marchitaron hace tiempo. La perfección de lo aparente.
No quiero que se tome como una crítica, es simplemente mi opinión como lectora muy poco dada al romanticismo como género. Los protagonistas rezuman belleza, encanto, seducción. Incluso Benito en su juventud y madurez. Tienen éxito y son capaces de sobrellevar hechos muy dolorosos del pasado. Fedele, además, se mueve en un mundo sofisticado, casi elitista en el que su físico portentoso es casi obligado. Al igual que Emilia, bella y de cuerpo impecable. Eso es lo que a mí me hace sentir que lo que estoy leyendo no es del todo cierto ni real. Reconozco que estas novelas tienen un público amplísimo y fiel y entiendo los motivos que hay para ello, pero no puedo evitar, mientras leo, que si levanto el hermoso cuadro que tengo delante veré las maderas sin pulir, el lienzo desgastado y los restos de pintura. La vida, por desgracia, nunca suele ser tan perfecta.
Con ello no pretendo renegar de la lectura de La magia de la vida. La recomiendo. Para los que, como a mí, nos gustan las novelas más negras e intensas, porque supone un cambio muy sano en nuestras lecturas y nos "desengrasa" un poco nuestras neuronas lectoras. Para los que sí os gusten este tipo de narraciones, proque os vais a encontrar una novela de las que hacen viajar con la imaginación, pueden hacerte soñar y te levantan el ánimo. Con el añadido de estar perfectamente cuidada en su redacción y en el modo en que va dosificando ambas historias, entretejiéndolas con esmero.
Le auguro un buen futuro a La magia de la vida. Dadle una oportunidad y, simplemente, dejaos llevar por sus páginas. Seguro que también lo cerráis con una sonrisa.
Pues tiene muy buena pinta. A veces convienen lecturas "amables"
ResponderEliminarEs un tipo de lectura que hay que hacer de vez en cuando. Es una forma de realizar limpieza mental y ver que hay una parte amable a pesar de todo.
ResponderEliminarBuena reseña.
Besos
A mi me ha supuesto un oasis en medio del verano. Una preciosa lectura, llena de sentimientos profundos.
ResponderEliminarLa apuntaré para cuando me apetezca "desengrasar", soy más de novela negra.
ResponderEliminarBesos
¡hola, Yolanda!
ResponderEliminarHas hecho una estupenda reseña, pero este tipo de lecturas tampoco van conmigo... lo dejo pasar...
Un abrazo.
Pues fíjate, igual si la hubiera pillado este verano la hubiera leído con gusto, pero hoy por hoy no creo que disfrutara de la lectura, aunque sí les hablaré de ella a varias amigas lectoras que sé que la leerían con placer.
ResponderEliminarUn beso
A pesar de tus buenas impresiones no me tira tanto como para añadirla al cúmulo de pendientes aunque entiendo que podría ser una lectura entretenida aun sin ser lo que más me gusta.
ResponderEliminarBesos
No pinta mal la verdad, pero tampoco me atrae tanto como para incrementar aún más todo este montón de libros que tengo pendientes y todo lo apetecible que está por venir.
ResponderEliminarBesos.
quedas compartida felices de leer esta maravillosa reseña de esta gran autora! muy recomendable! saludosbuhos.
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