martes, 3 de abril de 2018

LA LUNA EN LAS MINAS de Rosa Ribas

Muchos son los libros que me han enamorado y fascinado en mi vida. A todos les debo mucho de lo que soy y de lo que siento, de lo que me gusta, de lo que elijo. Pero, hace años, un libro especial se me metió en la cabeza y en el alma no sólo por lo que contaba, sino por cómo se contaba. Se trata de Supertición y fe en España, escrito por la periodista María Ángeles Arazo allá por 1978. Recoge, con la visión de la España de entonces, los ceremoniales religiosos más antiguos de nuestro país, muchos de los cuales parten de ritos medievales de carácter mágico. Y en esa maravilla de libro, que siempre recomiendo a todo el mundo por cómo está escrito, narrando en primera persona las andanzas de la autora por los lugares y describiendo lo que va conociendo, descubrí la mística y única peregrinación de les Useres y la fe que mueve a muchas personas para llegarse a la cueva del Santuario de La Balma para liberarse de enfermedades, para pedir favores o milagros, para sacar los demonios del cuerpo. En La luna en las minas he recuperado ese paisaje que tanto me impresionó.

La luna en las minas obtuvo el Galardón de las Letras del Mediterráneo en 2017 y no hay nada en ella común, ningún rasgo similar a otras novelas. Aunque contiene una maldición y un hombre lobo no puede catalogarse de ficción porque todo es muy real. Es la historia de un hombre que esconde dentro de sí un apetito de sangre que no ha buscado ni quiere, pero del que no puede escapar. También es la historia de un pueblo pequeño, con todo lo que eso conlleva. Y es la historia de la emigración en los años del hambre en España, del desarraigo, de la nostalgia pero también de amistad y de ganas de vivir.

LA AUTORA: ROSA RIBAS

Nacida en Barcelona en 1963, estudió Filología Hispánica y desde 1991 reside en Fráncfort (Alemania). Ha escrito novelas como El pintor de Flandes y La detective miope así como la serie policiaca protagonizada por la comisaria hispano-alemana Cornelia Weber-Tejedor. Con la Editorial Siruela ha publicado Pensión Leonardo y, en coautoría con Sabine Hofmann, la trilogía policiaca Don de lenguas, El gran frío y Azul marino que ha sido traducida con gran éxito a diferentes idiomas.

NADIE PUEDE HUIR DE SÍ MISMO


En Vistabella del Maestrazgo nace un niño de extraños ojos que arrastra consigo una maldición. La madre ni siquiera se atreve a mirarlo. El padre decide entregarlo a su abuela, que vive en las afueras del pueblo, para que lo críe porque finalmente no se atreve a dejarle morir sobre la nieve. Pero en Vistabella todo se sabe y todo se mira desde detrás de las cortinas, desde las puertas entreabiertas. Todos saben y todos callan; o murmuran en las esquinas cuando el maldito pasa por su lado. Un pueblo pequeño, perdido en la montaña, con habitantes poco dados a las emociones, aislado en invierno, sin oportunidades para los jóvenes. 

"Y los rumores fueron creciendo a la par del niño. Porque tenía los ojos verdes y el pelo de color pajizo, porque aprendió muy pronto a caminar, porque era algo más pequeño que otros niños de su edad, pero más fuerte que otros mayores, porque hablaba poco y miraba con fijeza.
Porque todos recordaban la noche en que la bestia había entrado en la casa de la familia, esa en la que él no vivía."

Joaquín crece solo. Su abuela se encarga de alimentarle, de vestirle, de enviarle al colegio cuando le llega la edad. Pero también de educarle, de tratar de domar a la bestia que Joaquín, Ximo, lleva dentro. A veces la crueldad que emplea es casi aterradora, pero necesaria. Ximo, a medida que crece, va entendiendo algunas cosas pero seguirá lleno de dudas: por qué sus padres y hermanos no le quieren, por qué le evitan, por qué la gente del pueblo parece temerle y ni siquiera le miran. En la escuela conocerá a Vicente, su único amigo de infancia y juventud, quien le aprecia y acepta a pesar de saber lo que Ximo es. En una sociedad cerrada, enquistada en sus propios miedos, la amistad de Vicente es un faro en la oscuridad. Hasta que han de separarse definitivamente.

Por eso Ximo es consciente de que no puede quedarse en Vistabella. Que más tarde o más temprano acabará por intentar saciar su sed de sangre. Que quizá, en alguna luna llena, las puertas y los muros tras los que le encierra su abuela cuando el astro asoma, no serán suficientes. Así que toma la decisión de emigrar, de partir lejos, donde no le conozcan, donde no le miren como un apestado. Alemania es la mejor opción, pero llegar allí con un trabajo es una tarea ardua y llena de papeleos y burocracia. Ximo conseguirá la ansiada plaza pidiendo trabajar en las minas: confía en que la profundidad de la tierra evite que la luna le toque.

Tras un viaje largo, Ximo llegará a su destino. Y allí, por primera vez, conocerá la amistad, el compañerismo, , se sentirá uno más. Porque Ximo siempre ha estado solo y quienes se le acercaban lo hacían con temor o con odio. A pesar de la dureza del trabajo y de las condiciones de vida, Ximo siente algo parecido a la felicidad, sólo enturbiada cuando el plenilunio comienza a enseñorearse del cielo nocturno. Incluso su corazón comenzará a ilusionarse con un amor que cree imposible. 

Insisto en lo que os decía al principio: aunque haya una maldición y un hombre lobo toda la novela está impregnada de gran realismo. Y también de dureza, aunque el lenguaje y la forma de narrar de Rosa son absolutamente embriagadores. Las descripciones del paisaje del Maestrazo, de Vistabella, nos permiten no sólo verlos con la imaginación sino también olerlos y hasta escuchar, como decían mis admirados Radio Futura, "el sonido de sus propios pasos en la gravilla". También así nos muestra el desolador panorama de las minas y los barracones en que se alojan los trabajadores, el frío del invierno que les muerde la piel, el agotamiento, la añoranza del hogar y de las familias.  Fantástico también es su dibujo de los personajes, absolutamente reales, reconocibles sobre todo en su parte emocional, en cómo encaran la vida y sus desdichas.

Ximo es un protagonista potente y extraordinario, por quien no puedes evitar sentir, a pesar de todo, una gran ternura. En mi caso la he sentido incluso cuando ya no es Ximo, sino la bestia. Y eso que cuando la bestia aparece todo se detiene y solo se recupera la acción cuando Ximo vuelve a ser hombre. Es un parentesis lógico: la bestia no habla, no piensa, es un animal. Nada puede contarnos. Ni siquiera Ximo sabe a ciencia cierta qué aspecto tiene pero sí sabe que es peligrosa, que puede matar incluso a los que él más quiere. Ese detalle de quitarse la ropa y dejarla doblada y perfectamente colocada antes de dejar de ser él resulta especialmente conmovedor.

La luna en las minas es sobre todo la historia de la inmigración en una etapa muy dura de nuestra historia, pero vista desde dentro como pocas veces se ha hecho. Y también hay mucho de la fascinación de la autora por la figura del hombre lobo. Que no os eche para atrás saber que el protagonista lo es porque, simplemente, es parte de él. Le condiciona como a otros puede condicionarnos una enfermedad o un miedo. Sí, su bestia es fruto de una maldición, pero ni siquiera eso chirría en la narración. Todo brota natural, lleno de verdad. Innegable y auténtico.

"El hombre lobo no es un monstruo. Somos nosotros llevados al extremo" nos dijo Rosa Ribas en el encuentro que tuvimos con ella en la sede de Siruela. Y yo lo suscribo.


10 comentarios:

  1. Pues así, tan bien contado, hace que tenga ganas de leerlo.
    Apuntado.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Lo tengo en mente hace tiempo y después de leerte me has dado un buen empujon a favor.
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Había oído hablar de la novela, pero no le presté mucha atención, ahora como tu lo cuentas, me apetece leerla. Si se cruza en mi camino le haré un hueco. Besinos.

    ResponderEliminar
  4. Pues fíjate que la hubiera descartado, pero después de leerte has despertado mi curiosidad y sobre todo me has convencido al decirnos que pese a la maldición y el hombre lobo hay mucho realismo. Intentaré hacerme con ella.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Pues me lo llevo, me has convencido. A ver cuando le hago hueco.
    Un beso ;)

    ResponderEliminar
  6. Pues me lo llevo apuntado!
    No lo conocía y por lo que cuentas creo que podría gustarme =)

    Besotes

    ResponderEliminar
  7. Una autora a la que tengo ganas de leer desde hace tiempo. Besos.

    ResponderEliminar
  8. A mí me has convencido. Hay mucho por leer y por elegir, pero creo que esta es una de esas historia que yo disfrutaría también. Y porque me fío de ti y de que aquí el hombre lobo es muy real.
    Besos

    ResponderEliminar
  9. Hola, Yolanda. Después de leerte me acabo de comprar la novela en digital. Me has convencido y tengo muchísimas ganas de leer a esta escritora. Gracias.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  10. Me has dejado así.... (emoticono de asombro, no me deja poner dibujito). No tenía ni ideaaaaaaaaaaaa de todo lo que nos has estado hablando. Vamos que me ha parecido hasta otro país pero sin duda no es de extrañar porque en los lugares más recónditos de este país hay mucha historia. El libro lo desconocía pero viendo tu entusiasmo, miraré en la biblio. Besos

    ResponderEliminar