viernes, 4 de septiembre de 2020

EL MENTIROSO de Mikel Santiago

Los que me conocéis, sabéis que un buen thriller, con intriga, tensión y secretos por salir a la luz, me hace leer casi con ansia. Si, además, hay un crimen, un muerto o varios, una investigación y sorpresas o giros que te descoloquen, el ansia se convierte en voracidad y ya no hay quien me pare. Tengo que acabar la novela como sea, incluso quitando horas al sueño. Necesito saber. Es verdad (y a veces me odio a mí misma por ello) que, en ocasiones, puedo intuir algunas cosas o adelantarme al final al tener claro si el asesino es el mayordomo, por ejemplo, o quién puede estar detrás de todo. Es lo que tiene haber sido una lectora tan precoz, por eso me encanta que el autor me sorprenda y vaya muchos pasos delante de mí, que me descoloque y que, después de una trama de las que no te dejan parar de leer, el final sea una especie de bombazo que cierre con fuegos artificiales. Es un gustazo.

De Mikel Santiago sólo había leído anteriormente El último verano de Tom Harvey y me gustó. Además estuve en la presentación que de esa novela se hizo en Madrid, en la estupenda librería Los Editores, que el maldito Covid se ha llevado por delante y ha debido cerrar. Hubo música en directo, muy buen ambiente y lleno completo, señal de lo mucho que el autor gusta. Por eso, cuando El mentiroso llegó a mis manos, me alegré muchísimo: sabía que tenía dos o tres tardes para pasármelo bomba. Y sí, en efecto, la novela atrapa, se lee maravillosamente, tiene una ambientación estupenda y escenas de tensión realmente bien narradas, pero no he tenido fuegos artificiales al final. Algo se me ha quedado por el camino. A ver si consigo explicarme. Sin spoilers, desde luego.

LAS GRIETAS DE PUNTA MURGÚA

Alex despierta tumbado en el suelo de una fábrica abandonada, con un dolor insoportable en la cabeza y con un cadáver a su lado. No conoce a ese hombre, no sabe qué hace él allí. A su mente van llegando recuerdos mezclados, pero el dolor le vuelve a dejar sin sentido. Cuando despierta está en el hospital y, junto a él, su novia Erin. Le dicen que ha tenido un accidente de coche, pero Álex no recuerda nada. Sólo la fábrica abandonada, el cadáver de ojos abiertos a su lado... y una cena en casa de unos amigos que tuvo lugar dos días antes. Después, el vacío más absoluto. Los doctores le dicen que puede ser debido al golpe que tiene en la cabeza y que no cuadra con el accidente, ya que es en la parte posterior, que debe reposar y que los recuerdos irán llegando.

Álex no cuenta a nadie su despertar en la fábrica ni sobre el hombre muerto junto al que abrió los ojos. La ausencia de recuerdos, sólo rota por algunos flashes que no entiende ni sabe ubicar, no hace más que aumentar su angustia. Necesita respuestas porque se niega a creer que él haya sido capaz de matar a nadie y más a un perfecto desconocido. También necesita entender cómo llegó a su coche y se estrelló y que son aquellas imágenes extrañas que le asaltan de cuando en cuando. Dos días de su vida han desaparecido y decide investigar por su cuenta. Le está mintiendo a todos los que le quieren, incluso a la policía, pero la mentira es, aunque nadie lo sepa, su modo de vida desde hace tiempo.

Es Álex quien, en primera persona, la voz narradora en toda la novela. Gracias a eso nosotros sabemos lo que él sabe. Y también lo que va recordando, sus pasos para tratar de averiguar qué ocurrió en todas esas horas de las que no tiene recuerdos, quién es el hombre muerto y por qué despertó junto a él. Por qué tiene un golpe en la parte posterior de la cabeza. Álex toma la decisión de no contar nada ni a Erin ni a su abuelo, con quien vive, y por quien siente un gran cariño. Su abuelo es su referente, su única familia después de que su madre muriese de cáncer, un hombre fuerte y rocoso pero al que su cerebro ha empezado a jugar malas pasadas en forma de olvidos, despistes y desubicaciones. 


Todo es fuertemente visual en El mentiroso. Los paisajes de la costa del País Vasco, con sus carreteras llenas de curvas asomadas al mar, la casa de Punta Murgúa que Álex comparte con su abuelo y con Dana, la cuidadora de este, los polígonos industriales de naves abandonadas, las urbanizaciones aisladas en medio del monte, la naturaleza desatada en forma de galerna. También lo es la acción, casi cinematográfica en muchas ocasiones, que sigue un desarrollo lineal hacia adelante excepto lo que se refiere a recuerdos de la vida del propio Álex. Es cierto que no hay grandes descripciones físicas de los personajes, al autor le bastan una o dos pinceladas para que nos hagamos una imagen mental de ellos.  Las escenas más trepidantes, que las hay de diferente intensidad, también cuentan con ese plus de estar contadas como si las viésemos en una pantalla. Y lo mejor, en mi opinión, es esa tensión que va subiendo de intensidad en cada capítulo, que nos va obligando a seguir adelante y a no parar de dar vueltas a la cabeza intentando saber qué está ocurriendo.

Álex es un hombre inseguro a pesar de todo. Que no ha llegado demasiado arriba (se gana la vida como jardinero) por malas decisiones del pasado y que guarda bien escondidos episodios de los que no está nada orgulloso. Miente desde hace tiempo y lo hace convencido de que, si cuenta la verdad, todo lo que tiene lo perderá y perderá a quienes ama. Su novia, perteneciente a una familia bien posicionada y con dinero, le ama tal como es, pero desconoce esa parte más "oscura" de su pareja, al igual que su abuelo. A lo largo de la novela iremos descubriendo algunos hechos del pasado que acabarán de complicar la historia, en una espiral que no deja de coger velocidad. Y eso, como lectora, me ha gustado mucho: más misterios, más hechos ocultos que salen a la luz, más tensión. Sospeché de algo que al final resultó ser lo que pensaba, pero os aseguro que no es sencillo.

Entonces ¿por qué no he visto el estallido de fuegos artificiales que merecía una lectura como esta? Pues porque ha habido cosas que me han chirriado, como una puerta que no cierra bien. Más de un cabo suelto que no se explica de forma satisfactoria o, directamente, no se explica. Alguna situación que, incluso explicada, no es demasiado verosímil y me ha hecho fruncir el ceño. Las repeticiones y el exceso de detalle en algunos capítulos acerca de lo que hace Álex que casi me hacían saltarme párrafos enteros para ir a lo que de verdad importaba. Y sobre todo, un capítulo final que, sintiéndolo mucho, me ha parecido traído por los pelos y que deja varias cosas en el aire y sin respuesta. Me gustaría que, quienes lo hayáis leído, me dijérais si habéis tenido la misma impresión. Por supuesto, no voy a detallar aquí cuáles son esas cosas ni el motivo de mi pequeña decepción, pero de verdad que me encantaría compartir impresiones.

Respecto a si la recomiendo, sí, desde luego. El mentiroso es una novela que te hace estar pegado a sus páginas hasta el final, que mantiene el interés sin perder pulso en ningún momento y que cuenta, además, con una "puesta en escena" hermosísima en cuanto a paisajes y ambientación (aunque Urdaibai, el pueblo en que se halla Punta Murgúa, sea inventado). La sensación de que no es redonda del todo es puramente personal. No sé si es precipitación (dudo que un escritor con el bagaje de Mikel Santiago peque de eso, precisamente) o el deseo por su parte de que se cerrase todo, pero, como decía antes, para mí el círculo no está soldado. ¿Me contáis cuando la leáis?


4 comentarios:

  1. Bueno, tenemos opinión similar. Quizás es que mi mente lectora esperaba otro final y no he sabido verlo. Eso sí, el libro engancha totalmente.

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  2. Yo después de la anterior, esta novela me ha parecido maravillosa porque por desgracia me dejó un poco frío. Creo que es un muy buen thriller y que seguro que va a gustar mucho a pesar de tus pequeños peros que para mí no han sido tan importantes.

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  3. No sé, yo soy un poco friki- fan de Mikel Santiago y me lo paso en grande con todas sus novelas. Entiendo que digas que o te oarece redonda del todo pero a este autor yo le pido que me haga leer sin parar y siempre lo ha conseguido aunque ciertamente, tiene novelas mejores.
    Besos

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  4. Yo la estoy empezando a leer y es la cuarta vez que paro y me pregunto si sigo leyéndola. Y voy por la parte en que visita la casa en la que supuestamente estuvo en una fiesta.Me chirría todo en la trama. No veo verosimilitud ninguna. Sigo porque tanta gente encantada con este autor no puede estar equivocada, ¿o si?

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