martes, 1 de septiembre de 2020

LA MUJER DE LA FALDA VIOLETA de Natsuko Imamura

Reconozco que no han sido demasiadas las ocasiones en que me he acercado a la literatura japonesa, si bien siempre que lo he hecho me ha llamado la atención su amor por el detalle, por las metáforas ligeras. Pero, sobre todo, por esas diferencias en cuanto a cultura con respecto a la nuestra o al resto del mundo, porque Japón parece moverse en un universo distinto y peculiar que no siempre es sencillo de entender

Gracias a la editorial Duomo, con la mediación de Locura de libros, recibí un ejemplar de La mujer de la falda violeta, una novela breve de apenas 185 páginas, y si he de elegir una palabra para definir su contenido es soledad, porque la protagonista, si nos detenemos a escucharla bien, está terriblemente sola y eso la lleva a ciertos comportamientos y a obsesionarse del modo en que lo hace. En la contraportada del libro se dice que este contiene "altas dosis de humor", pero yo no diría tanto. O quizá es que el sentido del humor japonés y el mío discrepan.

La autora, Natsuko Imamura, nacida en un lugar tan señalado como Hiroshima, cuenta en su haber con varios premios por relatos cortos y fue nominada al prestigioso premio Akutagawa por su novela anterior, aunque ha sido con La mujer de la falda violeta con la que ha obtenido el reconocimiento y que sea considerada una de las nuevas voces de la literatura contemporánea japonesa.

LA MUJER DE LA CHAQUETA AMARILLA

En una ciudad sin concretar de Japón, en uno de sus barrios y en un centro comercial de la zona, todos conocen a la mujer de la falda violeta, pero en realidad nadie sabe nada de ella. La ven pasar, con su característica falda, y cumplir el mismo rito de comprar el mismo dulce en la misma panadería y sentarse a comerlo en el mismo banco del parque. Pero es una de las personas que la observan quien nos narra en primera persona los pormenores de la rutina de la mujer de la falda violeta. Es otra mujer, una mujer que pasa completamente desapercibida aunque también luzca siempre una prenda característica. De estas dos mujeres tardaremos buena parte de la novela en saber sus nombres: observadora y observada van cumpliendo su día a día, pero de formas muy diferentes.

Nuestra narradora, que por retazos de lo que va contando tiene una vida solitaria y extraña, se empeña en saber quién es la mujer de la falda violeta, dónde vive, si trabaja o no. Incluso se arroga el derecho a "guiarla" para que encuentre un empleo, convencida de que, sin su ayuda, aunque sea en la distancia, no conseguirá nada y perderá su apartamento. El seguimiento a la mujer de la falda violeta se va convirtiendo en una obsesión. Los días que no sale o que no sigue sus rutinas de paseo, bollo y parque, le suponen un plus de preocupación y estrés.

Finalmente, la mujer de la falda violeta obtiene un empleo, gracias, en cierto modo, a la mano invisible de su vigilante y eso le permitirá tenerla más cerca, seguir cada paso que de. Pero puede que no le guste demasiado cómo su "protegida" comienza a salir del cascarón y a cambiar, a relacionarse con otras personas.

Tampoco voy a contar más porque, por la brevedad de la novela, sería sencillo despedazarla casi sin darme cuenta. Pero sí puedo deciros que me ha dejado sentimientos encontrados: por una parte se lee con facilidad, aunque hay algún pequeño salto temporal que descoloca un poco antes de reubicarte, y la historia, en sí misma parece sencilla y costumbrista. Pero en cuanto te centras en ella y profundizas, te das cuenta de que no es sencilla ni tan "amable" como podría pensarse. Además de la soledad, que en Japón, por lo que sé, es casi un mal endémico, estamos claramente ante la historia de una obsesión, una obsesión que va mutando y girando cuando el objeto de ella, la mujer de la falda violeta, se sale de los parámetros que su seguidora considera apropiados para ella.

Seremos espectadores del peculiar sentido del humor japonés, que nos puede chirriar. Del modo en que se organizan en las empresas y trabajos, su ceremonia hasta en el modo en que han de hablar o saludarse, sus costumbres, horarios y hasta lo que hacen en sus horas de descanso. Para un occidental puede resultar todo muy sorprendente, al menos a mí, que algo conozco por la afición de mi hijo mayor a los cómics Manga y la cultura japonesa, me lo ha parecido.

En la novela se producirá un giro que lo cambiará todo, pero la esencia seguirá ahí y eso es lo que me deja con la duda de si realmente este libro es lo que se cuenta en la contraportada o la conclusión que he sacado sobre él: que es más oscuro de lo que parece. Una rareza bien hilada pero llena de esquinas tras las que se esconden cosas poco edificantes. 

¿La recomiendo? Sí, a pesar de mis peros. A veces merece la pena dejarse llevar por este tipo de libros que nos obligan a entender otro tipo de comportamientos y otras culturas. Y, con todas las distancias, seguro que en alguna ocasión todos nos hemos vestido con una chaqueta amarilla para espiar a alguien, aunque sea en Facebook.

7 comentarios:

  1. Hola Yolanda. Una reseña estupenda. A mi la novela me ha gustado mucho, aunque me he quedado con la sensación de no conocer a los personajes más que superficialmente. Yo tampoco diría que tiene altas dosis de humor, es cierto que hay escenas simpáticas con las que te ríes, pero la persecución que la observadora hace de la mujer de la falda violeta, me daba pena y un poco de miedo. Que mujer tan invisible para que la otra no se diera cuenta!. Besinos.

    ResponderEliminar
  2. Yoli, qué buena reseña. Como tú, no me he acercado mucho a la literatura nipona (aunque promete), a este le tengo ganas, sobre todo por leer algo diferente.

    Sigue escribiendo, que lo haces divinamente.

    Un abrazo,

    Esti.

    ResponderEliminar
  3. A mí me cuesta más que a ti la literatura japonesa y estoy flojita y cogiendo ritmo aún por lo que esta vez la dejo pasar.
    Un besote

    ResponderEliminar
  4. Me encanta a la literatura oriental, no solo la japonesa. este no lo he leído pero bueno lo tendré en cuenta después de esta reseña qué acabas de hacer. Como siempre magnífica Yolanda

    ResponderEliminar
  5. Me encanta a la literatura oriental, no solo la japonesa. este no lo he leído pero bueno lo tendré en cuenta después de esta reseña qué acabas de hacer. Como siempre magnífica Yolanda

    ResponderEliminar
  6. ¡Hola! Acabo de descubrir tu blog y me quedo como seguidora, ¡Espero verte por ahí pronto!
    Este libro me da mucha curiosidad, así que me lo llevo anotado.
    Buena reseña♥
    ¡Nos leemos! Besos

    ResponderEliminar
  7. Gran reseña, Yoli. Yo la disfruté mucho y, una vez más, he podido comprobar lo diferente y original que es la literatura japonesa. ¡Me encanta!

    ResponderEliminar