viernes, 28 de enero de 2022

EL MANUSCRITO DE NIEBLA de Luis García Jambrina

Retomar las aventuras y desventuras de Francisco de Rojas siempre me supone una alegría lectora. Luis García Jambrina sabe crear historias, alrededor de este personaje histórico y literario, redondas, llenas de guiños al momento en que suceden y que suelen contar con secundarios de lujos o algún "cameo" interesante que nos hace esbozar más de una sonrisa. Además lleva, desde su primera entrega, siendo una feliz novedad en el panorama literario español: poner a un personaje de su calado como protagonista de novelas, algo que en el mercado británico, por ejemplo, es bastante habitual y brinda al autor posibilidades insospechadas a la hora de narrar.

Siendo El manuscrito de niebla la sexta entrega con el mismo personaje principal, sí que puedo aseguraros que son perfectamente legibles de forma independiente, ya que no siguen de forma ordenada la línea vital de Fernando de Rojas. El autor le va colocando en determinados momentos históricos en los que debe enfrentarse a más de un misterio y más de una muerte sospechosa y nos hace un dibujo de la España de la época realista, brillante y lleno de matices. En esta ocasión nos vamos a 1506 y a Salamanca, a una imprenta de la rúa Nueva. Viajemos...

"SIEMPRE LA LENGUA FUE COMPAÑERA DEL IMPERIO" - ANTONIO DE NEBRIJA

Un frío 25 de noviembre de 1506, un tipógrafo de la imprenta de Juan de Porras, en Salamanca, aparece muerto de forma violenta. El taller está revuelto y han desaparecido varios originales del reconocido humanista Antonio de Nebrija. El propio Nebrija encarga a su antiguo alumno, el pesquisidor Fernando de Rojas, que averigüe quién ha matado al cajista y que recupere los manuscritos robados. Rojas se va a enfrentar a una tarea muy complicada, porque Nebrija cuenta con muchos enemigos en Salamanca ya que se ha empeñado en luchar contra la barbarie en la Universidad. Y, por si fuera poco, el propio Nebrija se va a ver envuelto en un proceso inquisitorial por haber tenido la osadía de enmendar la traducción latina de la Biblia. Fernando de Rojas deberá también defenderlo ante el Santo Tribunal y plantar cara a los enemigos de la imprenta y de las nuevas ideas que se abren paso.

En este 2022 se cumplen 500 años de la muerte de Antonio de Nebrija y cualquier homenaje sería necesario. Esta novela lo es, pero mucho me temo que, como en tantas otras ocasiones, la fecha pasará desapercibida. No interesa, al parecer, recordar a nuestras figuras históricas, es mejor relegarlas al olvido o catalogarlas todas de determinada dirección política (existiera o no en la época) para no tener que mostrar el profundo desconocimiento que hay sobre ellas. Antonio de Nebrija fue un hombre excepcional: culto, erudito, con estudios humanistas en Italia, profesor de retórica y gramática en las mejores universidades del momento en España (que lo eran del mundo) y creador de la primera Gramática de la Lengua Castellana, que escribió en 1492 y que dedicó a la reina Isabel la Católica. Todo esto entre otros logros y publicaciones de primer orden. Luis García Jambrina, en esta novela, le hace un homenaje a él y a su obra.


El manuscrito de niebla, como los anteriores, es una delicia de lectura. La ambientación, como os decía antes, es fabulosa, nos traslada sin dificultad a la época y a los lugares en que transcurren los hechos. No son decorados, es la vida del momento la que pasa ante nuestros ojos. Los personajes, aún siendo quienes son, se muestran naturales, cercanos, con unos diálogos brillantes que nos parece escuchar sin dificultad. Además, Luis utiliza un lenguaje súmamente adecuado y perfectamente adaptado al momento histórico: obviamente no hace un pastiche tratando de imitar literalmente cómo se hablaba, pero sí va colando expresiones y palabras que nos trasladan a esa época, incluso algunas que, técnicamente, ya se consideran "muertas" por su falta de uso, pero que aquí visten sus mejores galas.

Aún siendo una nueva entrega con Fernando de Rojas como protagonista, Antonio de Nebrija adquiere una importancia capital y casi se "apropia" del libro. Méritos tuvo más que suficientes para ello. Además resulta fascinante para el lector la recreación que se hace en sus páginas de los primeros años de la imprenta en Castilla, con toda la revolución que supuso en el acceso al saber. 

Nebrija fue procesado por la Inquisición para que abandonase sus estudios filológicos en los que se proponía devolver los textos bíblicos a su estado original, partiendo de los textos originales hebreos y griegos. Pero la Inqusición no quería filólogos en esa tarea, solo teólogos que, desde luego, carecían de la formación y los conocimientos de los primeros. Nebrija aseguraba que ninguno de los teólogos sabía hebreo y eso ya, de partida, les inhabilitaba. La narración que Luis García Jambrina hace del juicio de Antonio de Nebrija es una lucha de titanes entre Diego de Deza, inquisidor general, y Fernando de Rojas. Para ello, ya que no hay documentación original sobre la vista, se ha inspirado en el libro del propio Nebrija, Apología, de 1507, en las que él mismo contó cómo transcurrió y cuáles fueron sus alegatos. Lo hizo, además, con bastante sentido del humor, haciendo una defensa de la libertad de expresión y pensamiento que suena completamente actual.

No se sabe realmente dónde tuvo lugar ese juicio y Jambrina lo traslada a Sevilla, por ser la sede del Inquisidor General, y hace una estuprenda recreación del proceso partiendo de los conocimientos de cómo se llevaban a cabo. El acusado, generalmente, nunca sabía de lo que se le acusaba y, la mayor parte de las veces, acababa cayendo en lógicas y humanas contradicciones. Pero en este juicio, la claridad de pensamiento y la oratoria de Fernando de Rojas nos ofrece un duelo de debate con Deza maravilloso. 

Y por si todo esto no fuera suficiente, Jambrina nos regala otra intriga: un posible culpable de la muerte de Felipe el Hermoso (que es algo que me ha encantado, porque se suma a mi lista de posibles autores) y lo hace basándose en una carta y un descuadre de fechas. No descubro más. 

Antonio de Nebrija fue un pionero en defender los derechos de autor. No buscaba el negocio por el negocio con la llegada de la imprenta, sino que los libros fuesen hermosos, que estuviesen bien acabados. La llegada de la imprenta supuso una "democratización" de la cultura, a la que empezaron a tener acceso muchas más gentes porque por poco dinero se podía tener acceso a un manuscrito. Ambos hechos, la llegada de la imprenta y todo lo que supuso, y el proceso inquisitorial a Nebrija, articulan El manuscrito de niebla, una novela que se lee como un puro disfrute y que, de nuevo, como es marca de la casa Jambrina, nos hace interesarnos por personajes y momentos históricos concretos. Os animo a descubrirlo.


6 comentarios:

  1. Me gustó más la anterior. Más que nada porque el camino de Santiago es un tema que me atraen.

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  2. Como siempre Fernando de Rojas de 10

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  3. Hola Yolanda! Muy buena e interesante propuesta que puede gustarme mucho!
    Gracias, abrazosbuhos.

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  4. Hola reina, el autor estará por aquí el día 8. Para entonces espero tenerla leída. Vendré por aquí, por entonces. Besos

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  5. Me gusta como escribe Jambrina y tú lo cuentas genial 👏👏👏👏

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  6. Como nos gusta Jambrina y Fernando de Rojas!
    Muy buena reseña, gracias Yoli. Bsss

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