lunes, 17 de enero de 2022

IRENE DE ATENAS de Álvaro Lozano

Si bien tenía el libro cuando llegué al Certamen de Novela Histórica de Úbeda, aún no había podido ponerme con su lectura, pero gracias a ello tuve la oportunidad de escuchar la presentación que de su novela hizo Álvaro Lozano desde una perspectiva de "página en blanco". Y me fascinó lo que escuché, porque he de confesar que de la época bizantina del imperio romano tengo bastantes menos datos que del imperio de occidente. Además Álvaro nos regaló su pasión por el personaje y por el momento histórico, desgranando detalles del libro que me hicieron enamorarme de él sin siquiera haber leído la primera página. Irene de Atenas es la historia de una mujer poderosa en un mundo de hombres y en un gran imperio. Alguien que supo atraerse afectos y odios, que gestionó como pocos una administración inmensa, pero que se vio lastrada e, históricamente, denigrada por la decisión que tomó respecto a su propio hijo.

Irene de Atenas es una novela de poco más de trescientas páginas, una "rara avis" en las novelas históricas, que suelen lucir un número más abultado, aunque lo cierto es que no creo que necesite más. Cuenta lo que el autor quiere contar, no se distrae con largas descripciones ni con tramas paralelas. Es la voz de Irene la que se escucha. Y tiene mucho que decir.

BIZANCIO SIEMPRE FUE ROMA

Irene llega desde Atenas para convertirse en la esposa de futuro emperador León IV enfrentándose a un mundo que apenas conoce: ella es de familia noble pero ateniense, no pertenece a la aristocracia de Constantinopla. Y tiene ideas bastante diferentes a las del en ese momento emperador, Constantino. Irene se convertirá en esposa y madre de emperadores y ella misma llega a convertirse en la indiscutible emperatriz del Imperio Romano de Oriente, un imperio que, aunque en franca decadencia, aún mantenía su brillo y su influencia. Gobernó con inteligencia, haciéndose acompañar de un pequeño grupo de fieles, y también con mano de hierro, pero tuvo que enfrentarse a conspiraciones, traiciones y planes ocultos que buscaban arrebatarle el poder. A sus espaldas llevó muertes de sus enemigos y la más dolorosa de todas: la de su propio hijo. Pero ¿realmente ella se manchó las manos con su sangre?

Afortunadamente cada vez son más las novelas históricas que nos llevan a Bizancio, al Imperio Romano de Oriente, que, en muchas ocasiones, parece la "hermana pobre" de Roma cuando, sin ningún género de dudas, también era Roma. No hay que olvidar su grandeza, sus aportaciones, por ejemplo, al mundo del arte y del derecho (el Código de Justiniano es un referente) y no podemos olvidar que los grandes reyes visigodos tenían al Imperio Bizantino como el espejo en el que mirarse. En Irene de Atenas viajamos hasta ese imperio, con su fastuosidad y su grandeza, pero también con unos cimientos que están empezando a resquebrajarse, y lo hacemos desde la voz y los pensamientos de la propia Irene, que nos desgrana su vida y su verdad.


Casada con León IV, a los cinco años de que él fuese nombrado emperador queda viuda y ha de hacerse cargo de la regencia de su hijo Constantino VI. Fue una política de talla a la que no le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones y gobernar con una fortaleza inesperada para ser mujer en un mundo en que ellas estaban relegadas a la vida en el hogar y no tenían ninguna importancia. La sospecha de que acabó con la vida de su hijo la marcó para siempre. Curiosamente, ha habido muchos gobernantes hombres que mataron o hicieron matar a sus hijos y han seguido pasando a la Historia de manera más o menos "limpia". Pero Irene es mujer. ¿Cómo una madre puede acabar con su propio hijo? ¿Y realmente lo mató? Esa duda marcó y marcará su vida y su figura histórica.

Irene de Atenas es una novela corta, como os decía, pero de gran intensidad. Narrada en primera persona por la propia Irene, nos detallará cómo fue posible que llegase donde llegó y cómo gobernó e hizo frente a los muchos peligros que la acechaban. Cómo utilizó el poder de la propaganda en su propio beneficio. Cómo evitó embarrarse en guerras y batallas militares para administrar bien un territorio tan extenso como era el Imperio Bizantino. Álvaro nos mete por completo en la época y hace que Irene nos lleve de la mano, que vivamos con ella los buenos y los malos momentos, que escuchemos sus recuerdos, sus pensamientos, sus decisiones, sus dudas y hasta sus miedos. Lo hace con un estilo directo, ágil, con un gran ritmo, sabiendo dosificar la documentación que ha requerido para escribir esta historia y no abrumar al lector con un exceso de datos. Todo fluye en una lectura que no pierde interés ni fuerza en ningún momento.

En mi opinión, lo mejor de Irene de Atenas es conocer al personaje desde dentro. Älvaro Lozano ha hecho una recreación fascinante de un personaje histórico bastante olvidado pero que merece la pena conocerse, al igual que la época en la que vivió. Una mujer que supo manejar su destino y el del imperio que gobernaba, que tomó decisiones arriesgadas y que estuvo a la altura de las circunstancias. Merece la pena sentarse y escuchar lo que nos cuenta.

2 comentarios:

  1. Tiene toda la pinta de ser una de esas novelas con muchas intrigas palaciegas, de esas que me gustan a mí :)

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  2. Descubrí a la emperatriz Irene recientemente a través de otra novela y me pareció un personaje fascinante. Tomo nota de tu recomendación.
    Un saludo.

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