martes, 10 de enero de 2017

LA CAPITAL DEL MUNDO de Gonzalo Garrido

Había escuchado hablar muy bien de Gonzalo Garrido tras su novela Las flores de Baudelaire, pero no me había estrenado con su prosa. Pero gracias a Pepa Muñoz Escudero del blog Que locura de libros y a la Editorial Alrevés he podido llegar a La capital del mundo y perderme en las calles de Bilbao junto a su protagonista, Ricardo Malpartida. En alguna otra ocasión he comentado que es una estupenda idea sacar la novela negra de los escenarios de ciudades grandes y llevarlos a otras más pequeñas. Incluso a pueblos. La maldad o los crímenes no están sólo en las grandes avenidas o en los barrios marginales de las capitales, a veces es más sencillo encontrarlos entre los muros de casas de adobe, en esos rencores enquistados durante años por unas tierras o unas cabezas de ganado. Y pueden ser mucho más crueles.

He de reconocer que mi conocimiento de Bilbao es escaso y además de hace unos cuantos años, pero creo que el autor ha sabido hacer un retrato fiel de la ciudad actual, no sólo de su geografía sino, especialmente, de sus gentes, de sus políticos, sus bajos fondos, eso que no se ve entre quienes visitan el Guggenheim. Además lo hace dándole, en ocasiones, un matiz irónico que no es necesariamente amable, quizá porque a Malpartida también la ironía se le ha vuelto algo amarga.

EL AUTOR: GONZALO GARRIDO


Bilbaíno de nacimiento, Gonzalo es escritor y consultor de comunicación. Administra el blog Literatura basura y es promotor del Encuentro de Blogs Literarios así como del Encuentro de Novela Criminal y Negra de Bilbao. Durante su trayectoria profesional ha vivido por temporadas en Estrasburgo y Bruselas.

Su primera novela fue Las flores de Baudelaire, publicada por Alrevés en 2012 con la que quedó finalista en la Semana Negra de Gijón de 2013. En 2014 publicó El patio inglés, también con Alrevés. En ella deja a un lado la novela negra para centrarse en una trama más intimista sobre la vida. La capital del mundo es, por ahora, su última novela.

LA MUERTE DEL CATEDRÁTICO


Ricardo Malpartida es un detective privado de Bilbao, profesión a la que llegó después de años de taxista. Tiene su despacho en un barrio de no demasiada buena reputación en la ciudad y sobrevive a duras penas, con encargos de poca monta y sin brillo. Pero quizá su carrera vaya a dar un giro positivo. La viuda de Ángel Mato, un científico que ha aparecido muerto entre los escombros de un edificio que se estaba derribando, le visita para que investigue qué ha ocurrido ya que no está de acuerdo con la versión oficial dada por la policía.

Su contacto en el sindicato policial y la ayuda de Francisco, portero de su edifico y un poco su "hombre para todo", colaboran para intentar encajar las piezas de un puzle que no tiene una imagen clara.  Su vida personal tampoco ayuda a que esté totalmente centrado en lo que investiga, que resulta no ser tan sencillo como parecía a primera vista. Hay demasiadas cosas ocultas en la vida de Mato.

BILBAO IS WONDERFUL


Quizá lo primero que llama la atención en la novela, un poco como lo que me sucedió con La maniobra de la tortuga de Benito Olmo, es ese matiz "clásico" del detective que Malpartida tiene. Se mueve bien en los bajos fondos, bebe y fuma en exceso, su despacho está en una zona nada glamurosa y es casi más una cueva en la que recogerse que una zona de trabajo. Tiene una hija de 16 años a la que ha criado solo porque su mujer les abandonó y la relación con ella es complicada por decirlo de una forma suave. Su relación actual (con una mujer profesional y triunfadora) se ve desgastada, ya no le ilusiona ni le llena, pero el sexo para él es importante y al menos con ella lo tiene garantizado.

Y aquí es dónde, quizá, me meto en terreno pantanoso porque, lamentándolo mucho, aunque la novela en su conjunto me ha gustado bastante, el personaje de Ricardo Malpartida no lo ha hecho en exceso. Sí, es un antihéroe con muchas características de los del cine o la novela negros. Cierto que no es más que una creación literaria y como tal tiene todo permitido, pero esos tics machistas ("tener una hembra en la cama", por ejemplo, o lo de la pistola como incentivo sexual) no favorecen mis simpatías precisamente. Tampoco hace ascos a mantener relaciones más o menos esporádicas con alguna que se cruce por delante. Cae además Garrido en algo que ya he señalado en otras reseñas, como en la de Obscena. Trece relatos pornocriminales: Ricardo Malpartida no es un hombre especialmente atractivo, al menos tal y como se describe a sí mismo, sin embargo las mujeres con las que acaba teniendo una relación o un simple lío son guapas, con buen tipo, deseables en conjunto. Es algo que siempre me llama poderosamente la atención. Con ello no quiero decir que Malpartida sea un mal personaje, al contrario. Es complejo, tiene sus momentos de flaqueza y sabe sacar partido de las peores situaciones, aunque personalmente le afecten. 


Salvando este detalle, que además es una apreciación muy personal, la novela sabe mantener el interés y la intriga en todo momento acerca de lo que ha podido sucederle a Ángel Mato. Su cadáver, que ha aparecido sorpresivamente al derribar un edificio antiguo, no muestra señales de violencia, por lo que la investigación oficial no tarda en calificar su muerte de suicidio. Pero ¿qué hacía Mato en ese edificio? Mato era un catedrático muy bien considerado en círculos académicos y científicos, un hombre, al parecer, modélico en su vida personal. Partidario de la independencia del País Vasco, su círculo social era amplio y de cierto nivel. Pero su esposa no está de acuerdo con la tesis de la policía y acude a Malpartida para que investigue: antes de aparecer muerto, Mato llevaba una semana desaparecido y el modo y el lugar en el que han encontrado su cuerpo no tienen lógica para ella.

Malpartida utilizará su contacto con un amigo que está en el sindicato de la policía (amigo que, aunque está "felizmente" casado y es otro tipo del montón, se acostó en su día con la inspectora encargada del caso, mujer capaz, inteligente y especialmente atractiva... de nuevo el tópico) para saber qué es lo que en la investigación oficial se cuece. También contará con la ayuda de Francisco, una especie de hombre para todo y que trabaja como conserje en el edificio en el que Malpartida tiene su despacho. Malpartida suele pagarle sus servicios de formas diferentes, incluso buscándole alguna noche de placer y Francisco sabe moverse bien entre la gente. Si he de buscar un paralelismo, no he podido evitar, salvando las distancias, recordar a Biscúter, ese hombrecillo que se mueve a la sombra de Pepe Carvalho y que es un genio de los fogones. Biscúter provoca una especie de ternura triste en el lector, no así Francisco, mucho menos sombrío, de quien a veces nos preguntamos cuándo cumple con sus funciones de conserje cuando está ayudando a Malpartida.

Malpartida irá tirando de hilos diferentes y la mayoría parece no llevar a ninguna parte. Sí que descubrirá detalles curiosos al hablar con los vecinos del inmueble derruido y con el propietario del piso en el que apareció el cadáver de Mato. Pero nada cuadra con lo que la esposa le ha contado del catedrático ni con la imagen respetable que de él se tenía. Los barrios y calles de Bilbao están bien descritos y es sencillo imaginarlos aunque no los conozcas. También el ambiente de los bares que frecuenta Malpartida, que tienen ese aire decadente y desgastado que tan bien acompaña al detective. La ciudad se está modernizando a pasos agigantados en los últimos años, trata de dejar atrás épocas muy oscuras, pero esa modernización a Malpartida muchas veces le parece ridícula, como ese eslogan de "Bilbao es Wonderful" que lucen hasta los autobuses urbanos. Los políticos no salen muy bien parados en la novela, en su afán por medrar y conseguir mantenerse en la poltrona. Pero esa modernización no puede ocultar los barrios más grises de Bilbao, esos en los que aun quedan muchos cabos sueltos de épocas pasadas, con calles escondidas que parecen la tramoya de un teatro: son la parte de atrás de un decorado con aspecto actual, renovado, que es el que todos ven. Pero están ahí, Malpartida las conoce, y sabe que son realmente el alma de la ciudad.

El tema de ETA está tratado de forma tangencial, aunque no deja de ser una pesadilla de la que no acaban de despertarse, y también la política local. Garrido utiliza en ocasiones una fina ironía para hablar de ella y de los deseos independentistas de una parte de la población, de las falsas apariencias, del propio trabajo de detective. Hay guiños especialmente simpáticos como usar el apellido Dolz (de Gregory Dolz, director de la editorial Alrevés) para uno de los personajes o el de Lapena para un juez, con la connotación sarcástica que conlleva.

Escrito en tercera persona, pero centrándose en Malpartida como protagonista absoluto, Garrido hace gala de un estilo muy personal pero cuidado, dosificando la intriga en su punto justo y mostrándonos cada paso que el detective da. De vez en cuando se intercalan páginas sueltas escritas en cursiva que parecen hacer referencia a algo completamente ajeno a la narración, pero que tendrá su explicación al final. El caso, además, se complicará cuando parece más estancado, haciendo que Malpartida deba cambiar muchas de sus conjeturas mientras su vida privada se va yendo al garete de forma irremediable.

La capital del mundo, en resumen, es una novela interesante, con una intriga eficaz y bien llevada y un desarrollo perfectamente medido para no dar respiro al lector. En eso Gonzalo Garrido demuestra maestría, al igual que en dotar de tintes clásicos tanto a Malpartida como a los ambientes en los que se mueve. Recomendable, sin duda.







9 comentarios:

  1. Es interesante lo que cuentas, y no me importaría nada leerla si me cruzo con ella.
    Un beso ;)

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  2. Muy interesante además había escuchado cosas buenas del autor. Besos

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  3. La sombra de Bogart, Humphrey Bogart es alargada y los hombres se aferran con desesperación al mito de que el hombre anónimo, feo, cuasi alcohólico y sin pizca de atractivo también puede ligar con macizorras y no solo el apolineo y siempre atractivo Bond, James Bond .Por qué no, se dicen los hombres si a Humphrey le funcionó? El detalle es que Hum ligaba, si, pero no por ser un oscuro y alcoholizado detective y sí por ser un famoso ( y también alcoholizado) y millonario actor.Un pequeño detalle sin importancia que a veces se olvida pero el mundo es duro y la vida cruel, los hombres también necesitan de incentivos para levantarse de la cama cada día, tampoco es necesario quitarles esa ilusión...

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    1. Es posible que tu teoría sea cierta, pero es un tópico demasiado manido. Si eso mismo se cuenta de una mujer habría que escuchar los comentarios. Creo que lo del doble rasero no lo llevo demasiado bien...

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  4. Hola Yolanda!

    Me lo ofrecieron pero nunca llegó así que lo dejé pasar, tiene buena pinta lo que cuentas pero tengo tanto esperando que a no ser que se cruce en mi camino no creo que lo lea por el momento.

    Un beso

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    1. Es entretenida y se lee casi del tirón, aunque como digo en la reseña, no he logrado que el protagonista termine de caerme bien.

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  5. Por ahí lo tengo esperando su turno, que como siga así va a pasar a formar parte de la lista de eternos pendientes del reto ese de Carmina y Kayena...

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    1. O para la Yincana Negra y Criminal, que creo que empieza en abril..

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  6. Hola, creo que esta lectura es una buena oportunidad para conocer al autor, del que me han hablado muy bien.

    Saludos.

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