viernes, 2 de febrero de 2018

LOS VIKINGOS NO TENÍAN CUERNOS de David Botello y Lorenzo Gallardo

Que me apasiona la Historia, así, con mayúsculas, creo que no es un secreto para nadie que me conozca un poco. Que me suelen tocar las narices (por decirlo con elegancia) las teorías revisionistas, en las que algunos optan por juzgar hechos del pasado con varas de medir del presente, también es de dominio público. Pero si hay algo que me gusta de manera especial, y yo lo he puesto en práctica en mis años de clases, es contar la Historia de manera que pueda sacar hasta sonrisas o yéndome al cotilleo de la época. Mi experiencia me dice que gracias a lo accesorio (las anécdotas) se recuerda lo esencial (la política matrimonial de los Reyes Católicos, por poner un ejemplo) y así conseguí que aprobasen alumnos completamente desahuciados de la asignatura.

Conocí a David Botello cuando publicó Felipe el Hermoso. Anatomía de un crimen. El libro, que si no habéis leído os recomiendo con pasión, me fascinó por completo. No sólo por la apabullante documentación histórica que tenía detrás, sino por su estilo un poco irreverente, contando los hechos con una naturalidad pasmosa y consiguiendo sacarte más de una carcajada al leerlo. Tuve la suerte de coincidir con él en la Feria del Libro, me lo firmó y charlamos un rato. Desde entonces le he seguido, hemos coincidido y admiro profundamente su amor por la Historia y su manera de contarla.

En Los vikingos no tenían cuernos ha contado como coautor con Lorenzo Gallardo y tiene la colaboración de Francisco Molina. Lorenzo ha compartido con él la presentación del programa de Telemadrid El punto sobre la historia, una delicia para los que amamos Madrid, en el que se nos contaban crónicas de la villa, biografías de personajes ilustres, historias de palacios, casas y monumentos, anécdotas, leyendas y hechos históricos acaecidos en mi ciudad guapa. Y lo hacían con ese punto de humor que les caracteriza, consiguiendo que mucha gente se interesara y desease conocer más, lo que creo que es un mérito innegable.

LOS AUTORES: DAVID BOTELLO Y LORENZO GALLARDO (CON LA COLABORACIÓN DE FRANCISCO MOLINA)


David Botello, madrileño y Licenciado en Imagen, lleva una larga trayectoria profesional a sus espaldas, tanto en televisión como en teatro y en el mundo literario, siendo guionista, escritor y storyteller (el arte de contar historias de una manera diferente) . Ha participado en el guión de series de ficción como   La pecera de Eva o Frágiles. Además del libro sobre Felipe el Hermoso, que contó como coautor con Jose María Rodríguez, es autor de Luis Alfonso de Borbón. Un rey sin trono. Como dramaturgo, es autor de Más allá del puente. En televisión su carrera contiene trabajos muy diversos: desde oficial de información de los Juegos Olímpicos de Barcelona a coordinador de contenidos del primer Gran Hermano, además de guionista y director de varios documentales y reportajes de actualidad tanto en cadenas nacionales como autonómicas.


Lorenzo Gallardo es escritor, comunicador y guionista de radio y televisión además de presentador. Co-responsable de El punto sobre la Historia, concebido como un proyecto multiplataforma de divulgación histórica, es también un apasionado de los viajes y se define, entre otras cosas, como "loco por aporrear malamente un piano". Es autor del libro Esto no estaba en mi libro de Historia de la Literatura, publicado por Almuzara.

ESAS ESQUINAS DE LA HISTORIA, TAN DESCONOCIDAS...


Seguro que pocos sabéis que la mozarella la creó la mismísima Lucrecia Borgia. O que la reina Isabel la Católica  le tenía una manía importante al ajo. Seguramente tampoco sospecháis que los vikingos conquistaron Sevilla y acabaron por echarles a gorrazos o que hay una teoría que dice que Napoleón perdió en Waterloo por un ataque de hemorroides. Y que para magnicidios de presidentes, en España nos llevamos la palma con cinco, reíros de JFK. ¿Os habéis preguntado alguna vez de dónde surge la palabra "guiri", con la que llamamos a los extranjeros? Pues así se llamaba a los liberales que lucharon en las guerras carlistas y de ahí nos llega el término. Incluso seguro que os interesa leer las apasionantes entrevistas al ojo, al antebrazo destrozado y a la pierna amputada del gran Blas de Lezo o conocer los detalles de la vida del Cid Campeador que no son tan brillantes.


Contar la Historia, conocerla, no tiene por qué ser aburrida ni una árida sucesión de fechas, reyes o guerras. La Historia es algo vivo que resulta apasionante cuando saben ponértela delante con colores, con diálogos, con personas de carne y hueso que vivieron esos momentos y que, son nuestra proverbial mala memoria histórica, muchas veces ni conocemos. Qué daño han hecho las leyendas negras creadas por ingleses, franceses e historiadores "sesudos", pardiez. Y eso es lo que intentan en este libro David y Lorenzo: mostrarnos que la Historia no sólo es interesante sino que puede resultar un ejercicio divertido enterarnos de todos sus recovecos. Incluso de los cotilleos de alcoba de quienes vivieron antes que nosotros.
 
Los vikingos no tenían cuernos desmonta muchas de las cosas que en Historia creíamos tener seguras y sabidas. Y lo hace teniendo detrás una documentación apabullante pero sin tirarte los tomos de la enciclopedia a la cara para que sepamos el trabajo que ha llevado escribirlo. No, lo que hacen sus autores es contarnos con un envidiable e irónico sentido del humor (en ocasiones casi surrealista, pero brillante en cualquier caso) esos hechos que no salen en los libros. Ponen luz en las esquinas oscuras para que las veamos bien y comprendamos el porqué las cosas fueron como fueron y son como son. Para que no nos olvidemos de lo que fuímos y entendamos quienes somos. Si no tenemos todo eso, realmente no somos nada. 
 
El hecho de que se haya dado a este libro un tono gracioso y muy ocurrente no tiene que hacer pensar que no se han tomado la Historia en serio. Al contrario. En cada página, en cada capítulo, son evidentes el trabajo y las horas que David y Lorenzo han debido dedicarles. Nada hay accesorio o que sobre y lo que es mejor: consiguen que sonrías o que (a mí me ha pasado en pleno Metro de Madrid) sueltes una carcajada al leer ciertos detalles. No es un estilo el suyo ortodoxo ni al uso, pero nos hace no querer parar de leer, nos crea una burbuja gozosa en la que es difícil no olvidarse de todo mientras estamos entre sus páginas. Haciendo un repaso de nuestra Historia desde los vikingos hasta la Guerra Fría (con un último capítulo dedicado a detalles de la saga Star Wars que es una feliz curiosidad) nos vamos a enterar de tantas anécdotas, de tantos hechos que mantenemos en el olvido, de tantos detalles que ni siquiera imaginábamos, que, quizá, nos apetezca seguir indagando. Y eso es ya en sí mismo un regalazo a nosotros mismos. 

Pero también este libro tiene un tono reivindicativo, como bien queda señalado en este párrafo: 
 
"Lo que pasa es que nos han escrito una leyenda negra y nos la hemos creído (...) Por eso estudiamos la catástrofe naval de Felipe II y llamamos Armada Invencible a la Grande y Felicísima Armada, y la gesta de Blas de Lezo no aparece en los libros de texto. Por eso nos hemos olvidado de tantos héroes nacionales. Porque nadie se ha preocupado de contar nuestra historia y hemos dejado que nos la cuenten los ingleses (...) O sea, que un pueblo que no conoce su historia es un pueblo sin identidad, un pueblo que no sabe quién es. Dicho esto, a nosotros nos parece que si no sabes quién eres, ni sabes de dónde vienes, ni sabes hacia dónde vas, tienes un problema."

Quizá sí. Quizá sea ese nuestro problema. Que hemos olvidado nuestra historia y vivimos acomplejados cuando deberíamos levantar la cabeza y reivindicar todo lo que nos hizo grandes. Y dejarnos de demagogias y buenismos o de contarla según nos convenga o maquillarla y cambiarla según dónde vivamos, porque eso no nos lleva a ninguna parte. Hacerlo como se hace en este libro, poniendo el humor por delante, puede ser un buen comienzo.

"Cuenta lo que fuimos, Íñigo", le pide Sebastián Copons a Íñigo Balboa en la película Alatriste, cuando los Tercios españoles se negaron a rendirse en Rocroi a pesar de saber que no había nada que hacer, a pesar de tener la certeza de que iban a morir. Yo se lo pido desde aquí a David, a Lorenzo y a Francisco: seguid contando lo que fuimos y seguid consiguiendo que la Historia, con mayúsculas, siga viva.


7 comentarios:

  1. Pues yo creo que lo pasaría en grande con esta lectura así es que me lo llevo sin duda.Una manera diferente de ver la historia.
    Un beso

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  2. Una propuesta interesante y diferente. Aunque a mí me frena el humor.
    Un beso ;)

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  3. Me apunto el libro, que la historia me encanta y el saber reírse de algunas cosas también. Besinos.

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  4. Los conozco del programa de tv y de los podcasts de El punto sobre la historia y tienes razón en que acercan la historia de forma agradable con anécdotas divertidas. Ya le había echado n vistazo al libro y ahora tu reseña me lo ha recordado. Me haré con el.
    Besos

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  5. Hola!!! No te seguía pero ahora ya lo hago. Me parece muy interesante la entrada que has traído! Gracias por escribirla! El libro parece fascinante. Un saludo!!! :)

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  6. Me lo apunto, es interesante conocer otra visión de la historia y si es con humor...mucho mejor. Besos

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  7. No sabía que fueras profe de Historia... Te confieso que la poca historia que sé -nunca fue una asignatura hecha para mí- la he aprendido leyendo. Yo también leí el anterior de David Botello. Muy bueno. A distancia pude hacerle una entrevista a ambos autores y fue genial. Este nuevo libro me lo estás descubriendo tú. A mi marido le encanta la Historia así que creo que sería una buena propuesta para él. Besos

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