martes, 22 de octubre de 2019

ANTES MUEREN LOS QUE NO AMAN de Inés Plana

Recuerdo perfectamente cómo me impactó el inicio de la anterior (y primera) novela de Inés Plana, Morir no es lo que más duele, y cómo me sorprendió su manera de narrar, su modo de meter al lector en una historia oscura y que se complicaba a cada capítulo. Cómo dibujaba los personajes y nos los mostraba incluso desde su vertiente más vulnerable. Tratándose de una primera obra, el resultado era estupendo y, aun siendo autoconclusiva, había un par de cabos ondenado el viento que merecían ser resueltos y atados.  Y ahora ya tenemos la continuación, Antes mueren los que no aman, y, en ella, Inés da un salto de calidad importante a la hora de plantear las historias, en su modo de ir entrelazando unas tramas con otras manteniendo siempre una tensión creciente y obligándote a querer seguir leyendo casi con una necesidad imperiosa.

No es sencillo enfrentarse a algunas de las cosas que Inés nos describe en esta novela. Aunque sepamos que pasan, que existen, nos ponemos de perfil o directamente de espaldas para no verlas. Pero en cuanto rascamos un poco descubrimos que las tenemos más cerca de lo que pensamos. Y, a veces, nos sentimos profundamente identificados con los sentimientos de los personajes, humanos imperfectos, como todos. Llenos de miedos, de dudas y de costuras mal cosidas que dejan escapar pequeñas gotas de lo que quieren mantener oculto. Antes mueren los que no aman se queda en el lector después de cerrarla y nos ronda durante días, señal inequívoca de que ha sabido sacudirnos con fuerza.

EL DOLOR ES MÁS OSCURO CUANDO SE ENVUELVE EN SILENCIO


Han pasado dos años desde el final de la novela anterior. Estamos en 2009 y España se halla sumida en una crisis económica brutal que afecta incluso a quienes se creían a salvo de cualquier imprevisto. Son vísperas de Navidad y en una oficina de la Seguridad Social, sin motivos aparentes, una funcionaria es empujada contra una cristalera por otra mujer, con la mala fortuna de que el cristal se rompe y le secciona la cabeza. La culpable huye y nadie es capaz de dar con ella. De caso va a encargarse Julián Tresser, el teniente de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que sigue buscando algún indicio que le lleve al paradero de Luba, la niña desaparecida dos años atrás. Inesperadamente surge una pista que le activará todas las alarmas, pero el caso de la funcionaria asesinada requiere también toda su atención y debe enfrentarse a un dilema doloroso.

Luba ha escapado de un sórdido mundo de prostitución y maltrato. Es como un animalito herido que solo busca cómo esconderse y acabará por encontrar refugio en una casa de un pequeño pueblo castellano, en la que viven dos mujeres que esconden en sus conciencias un hecho terrible que les puede arruinar la vida. Luba se esconde en su sótano pero no se atreve a pedir ayuda, aterrada ante la posibilidad de que vuelvan a hacerle daño.

Como puntos de arranque son poderosos, no se puede negar. Ahí te quedas ya, anclada, queriendo saber cuál va a ser el próximo paso de Tresser, qué hará Luba, pero también quién es la misteriosa atacante de la funcionaria y por qué hizo lo que hizo. Lo fascinante es que, cuando crees que tienes la línea argumental puesta ante tus ojos, Inés la hace saltar en pedazos complicándolo todo del modo más inesperado, introduciendo fichas para subir la apuesta y endureciendo la historia. Nos mueve por diferentes escenarios, llevándonos incluso a Galicia donde el cabo Coira, ayudante de Tresser, ha decidido pasar unas vacaciones con su familia y se tropezará con algo que le cuesta concebir. Y el Águila, un personaje turbio, oscuro, envuelto en una ficción de hombre exitoso que tapa lo podrido de todo lo que hace realmente, sobrevuela constantemente buena parte de las páginas dejando a su paso terribles muestras de su crueldad.

Son cuatro tramas intensas, que ya por separado podrían tener empaque suficiente para ser contadas de forma única, pero aquí están engarzadas en un auténtico encaje de bolillos en el que no se escapa ni un punto. Cada una de ellas nos va dejando sin aliento por motivos diferentes y, como lector, notas ese nudo en la boca del estómago que te impele a seguir adelante porque necesitas, imperiosamente, saber qué demonios está pasando. Ese es uno de los grandes méritos de esta novela. El otro, en mi opinión, son los personajes. Todos, de alguna manera, están rotos por dentro. Con relaciones familiares complicadas, a veces insoportables. Con pérdidas que no se superan, con recelos, con silencios creados con la pretensión de no hacer daño pero que solo hacen más profundo el agujero de la soledad. Sin embargo también en todos ellos hay una pequeña luz que brilla marcando el camino. En Julián Tresser, por ejemplo, es esa ternura desconocida que se ha descubierto hacia Luba, la necesidad de encontrarla y darle cobijo, cuidarla, quererla. Y también en el reencuentro con Adelaida, que le da otra buena sacudida en su línea de flotación cuando ya pensaba que su destino en cuanto a relaciones era seguir yendo a la deriva.

Muy visuales, pero sin caer en un exceso de datos vacíos, son las descripciones de los lugares por los que transcurre la acción. Puedes sentir el frío de los campos nevados de Castilla, con su invierno mordiente que hace crujir hasta el aire. Las calles del pueblo de la familia de Coira, con su olor a mar y su pequeño puerto, que tanto me han recordado a aquel de la costa de Lugo en el que pasé varios veranos. El Madrid de la crisis, de los barrios, en los que las luces de navidad suenan a excusa. Hay muchos matices de gris en esas imágenes de Madrid.

A pesar de que en la novela se cuentan hechos terribles, algunos de difícil digestión (el tema de la prostitución de Luba llega a ser desgarrador), Inés ha revestido todo de elegancia, en un intento de no regodearse en lo peor. Lo cuenta, pero no lo convierte en algo gore ni innecesariamente descriptivo aunque sea capaz de helarnos el alma en algunos pasajes. 

Inés siempre cuenta que la música le sirve como inspiración al escribir y, sin embargo, yo lo que escuchaba al leer eran los sonidos de la calle, el silencio del campo, el ruido del motor del coche, la musiquita infame de las máquinas de monedas de los bares, el mar rompiendo en la costa, una televisión encendida. Como la banda sonora de fondo de una película que podría ser, perfectamente, en blanco y negro.

Reitero lo que decía más arriba: Antes mueren los que no aman es un gran paso adelante en la carrera de escritora de Inés Plana. Se ha enfrentado al reto de superarse y lo ha hecho de forma brillante, con valentía. Julián Tresser volverá, eso seguro, pero disfrutemos añora de una novela que nos lleva a conocer lo peor del ser humano y también lo mejor. Leerla a veces duele, pero la realidad puede ser aún peor. Ya me contaréis.




9 comentarios:

  1. De tu reseña me impacta hasta la portada y el título del libro. Me gustaría echarle una lectura a estos libros, me gustan los libros que se protagonizan en tiempos de crisis porque suelen aportar cosas muy interesantes basándose en el caldo de cultivo en el que planean.

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  3. "Lo fascinante es que, cuando crees que tienes la línea argumental puesta ante tus ojos, Inés la hace saltar en pedazos complicándolo todo del modo más inesperado, introduciendo fichas para subir la apuesta y endurecer la historia". Qué reseña más intensa, qué bien expresada, cuánto espíritu de la historia hay en estas líneas, cuánto me emociona que mis personajes y sus encrucijadas hayan calado tan hondo durante la experiencia lectora. Yolanda Rocha Moreno, querida Yolanda, gracias desde el alma por esta maravillosa reseña en tu blog literario. ❤️❤️❤️❤️🙏🙏🙏🙏🙏

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  4. Hola guapa,
    a pesar de tu excelente reseña hoy no me lo llevo; leí el anterior y no me gustó nada, se me hizo largo y pesado así que no me animo a repetir. Me alegra que lo hayas disfrutado.
    Un beso

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  5. Ya sabes cuanto me ha gustado esta ovela, pero sin ninguna duda esta reseña es tan estupenda, que de no haberlo leido ya estaria haciendolo

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  6. Yo no me animé con el anterior, tenía mucho pendiente y alguna reseña negativa me hicieron descartarlo y no sé, creo que con este tampoco me voy a animar a pesar de que después de leerte me siento muy tentada.
    Besos

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  7. A mí la anterior no me convenció y no pensaba leer este libro, tu reseña en cambio me hace replanteármelo y quizás le de una nueva oportunidad.
    Un beso

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  8. Este libro es un gran paso en la carrera de la escritora... Me quedo con esa frase. No te leo más guapa porque me llegó el libro hace un par de días y creo que la autora viene por aquí. No leí el anterior, aunque me apetecía. Me estrenaré con este. Besos

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  9. ¡Hola Yolanda! Tienes un blog con lecturas muy interesantes. He visto la primera novela de esta autora en la biblioteca (por cierto he intentado buscarla por aquí porque me apetecía leerla y no he sabido encontrar algún buscador) y me llama mucho la atención. Lo que cuentas sobre esta segunda parte también me atrae bastante, así que me la llevo como posible lectura futura
    Besos

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