lunes, 8 de enero de 2024

DE POLÉMICAS, DINEROS, PREMIOS Y OTRAS HIERBAS


Tengo varias reseñas en el tintero que van a ir saliendo poco a poco, tras haberme tomado las dos semanas de fiestas navideñas como de relax lector. Más que nada porque estaba realmente agotada y colapsada y necesitaba resetear esta cabeza mía que, generalmente, va a más revoluciones de las debidas de forma habitual. Mi idea era traeros una de esas reseñas hoy, pero este fin de semana ha sido un tanto polémico en el mundillo literario y, aun a riesgo de meterme en un frondoso jardín, me apetece opinar. No soy muy dada a este tipo de post, aunque a veces los provoco (mi admirado Sebastián Roa bien lo sabe); sin embargo esta vez quiero exponerlo de primera mano. Y que salga el sol por Antequera.

LA POLÉMICA

A través de la red X (antes Twitter) me llegó un hilo de Lorenzo Silva en el que contestaba a una noticia publicada por el PSOE de Almería. Cuando profundicé no daba crédito. Al parecer Lorenzo y su mujer, Noemí Trujillo, habían estado en Mojácar, invitados por su ayuntamiento, en un encuentro con lectores y posterior firma de libros. En el artículo del partido político se lanzaban directamente contra ellos, así como contra Carmen Mola y Julia Navarro, alegando que habían cobrado del consistorio ciertas cantidades de dinero por ir a la localidad y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, les acusaban de ir solo a hacerse fotos con empresarios, aseguraban que ese tipo de iniciativas poco hacen por la cultura (??) y, de paso, que ni siquiera visitaron la biblioteca municipal "porque no tiene calefacción ni aire acondicionado". La respuesta de Lorenzo, como es su costumbre, fue tan educada como firme: no habían cobrado un duro, estuvieron allí para un encuentro con lectores y lo único que tuvieron gratis fue el alojamiento, el desayuno y una cena, además de los gastos del viaje. Que, por supuesto, ellos no van a hacerse fotos ni con políticos ni con empresarios de ningún tipo, sino a compartir tiempo con quienes les leen y quieren escucharles. 

Conozco a Lorenzo Silva desde hace tiempo, sé que acude a muchos eventos de este tipo sin cobrar nada y que es un hombre sencillo, amable y comprometido con la cultura, al igual que Noemí. Que determinado partido político le use a él y al resto de autores para tirarse a la yugular de la composición del ayuntamiento actual (que, obviamente, es "de los otros") me parece, como poco, miserable. Si quieren exigir transparencia en las cuentas municipales, me parece perfecto, pero sin mezclar churras con merinas. E, incluso, en el caso de que tanto Lorenzo como los otros autores hubiesen llegado a cobrar algo por acudir, ¿es algo reprobable? Ellos usan su tiempo para desplazarse, llegar hasta allí, dar la charla, reunirse con lectores y lo hacen por amor a sus libros y por conocer a quienes compran y leen sus obras. Si fuese un cantante a dar un concierto, ¿no cobraría? Otra cosa es, como ya he dicho en otras redes, que se vaya con un "caché" por delante: vale, voy a tal sitio a presentar mi libro o dar una charla, pero es tanto y de ahí no me muevo. Eso, y es solamente mi opinión, no me parece bien y resulta excesivamente "pesetero". Pero que alguien que se presta a utilizar incluso sus días de asueto para este tipo de actividades se vea cuestionado por si ha cobrado o no, es un recurso muy bajo. Más aún cuando en el mencionado artículo se da a entender que los autores que fueron a Mojácar, y cito literalmente, "se mueven en un ambiente elitista y desproporcionado en el que los autores ponen sobre la mesa un presupuesto muy elevado por dejarse fotografiar con el empresario que les promociona que, en este caso, sería el alcalde". Sinceramente, quien lo ha escrito no tiene ni idea de lo que habla. Para colmo asegura que este tipo de actos no tienen repercusión en el turismo de la localidad porque, al realizar este tipo de actos los miércoles, "el público que asiste no necesitará ni alojamiento ni comida en el municipio". Y esto ya me parece el colmo. Si vas a una presentación o una charla de un autor, a no ser que sea en el marco de un certamen de varios días, no te planteas quedarte después en un hotel. Por norma general acude público del lugar donde se celebra y sus alrededores, desde luego yo no voy a desplazarme desde Madrid para eso y más teniendo en cuenta el buen número de presentaciones que los autores hacen por toda la geografía española. 

Si tienen dudas con las cuentas presentadas por el ayuntamiento, que les reclamen por los cauces habilitados para ello, pero que no echen porquería sobre los escritores. E insisto, aunque hubiesen cobrado, ¿qué mal hay en ello? ¿No tienen derecho? En este país pocos son los autores que pueden permitirse vivir de las rentas de su trabajo y cuando les invitan a certámenes, festivales, presentaciones o charlas, como mucho se les ofrecen los gastos del viaje, el alojamiento y las comidas, casi nunca hay una contraprestación económica. Y eso lo sé de primera mano. Desde aquí quiero mandar todo mi apoyo y mi cariño a Lorenzo Silva y a Noemí Trujillo y pedir a los partidos políticos que dejen de meter cizaña en todo de una buena vez. Hay ya demasiada ponzoña en el ambiente para embarrar también con sus mañas la cultura.

EL PREMIO

Como cada año, el 6 de enero es la fecha señalada para otorgar el Premio Nadal, uno de los más prestigiosos de nuestro país, y en esta ocasión ha recaído en César Pérez Gellida, el conocido autor de novela negra, por su novela Bajo tierra seca. Vamos por partes, que diría Jack el Destripador. Personalmente me alegro por César, a quien conozco y con el que he disfrutado de muchas horas de buenas lecturas. ¿Me sorprendió el premio? No. Varios meses atrás ya me había llegado el rumor de que un importante escritor del grupo Penguin Random House iba a dejar la casa, un rumor que fue creciendo de manera exponencial. Poca gente quería poner nombres dentro de ese rumor, pero era bastante evidente de quien se trataba. Mis sospechas las confirmé cuando, llegado octubre del recién terminado 2023, no había noticias ni anuncios de nueva novela de Gellida en Suma de Letras, cuando es un escritor que va a novela por año y publica siempre en las mismas fechas.

Ganar el Nadal lleva a Gellida de cabeza a la Editorial Planeta, a tener un premio prestigioso en sus vitrinas y a volver a la primera línea de ventas que, si bien siempre han sido altas, en los últimos tiempos no brillaban tanto sus números. Incluso había medios, blogs y opiniones que aseguraban que la calidad había descendido y que empezaba a repetirse. Sobre esto no puedo opinar, porque sus tres últimas novelas no las he leído, me quedé en Todo lo peor, aunque he de confesaros que en ella encontré regustos de tramas anteriores. Sea como fuere y como os decía, me alegré por César pero me volví a plantear el tema de los premios literarios. Y la pregunta que más me viene a la mente es si se están utilizando como estrategia para que un autor cambie de editorial y como fichaje estrella. Vaya por delante que tengo muy claro que el mundo editorial se mueve por beneficios. Son empresas, esto es de cajón. Y hay autores que venden mucho y, obviamente, hay interés en atraerlos. Pero ¿otorgarles un premio importante prácticamente a dedo no es un poco un fraude para tantos y tantos autores que han presentado sus novelas al concurso? Sí, en este jardín me estoy clavando todas las espinas, pero voy a explicarme.

Ya en su día un buen amigo, que está muy al tanto de los entresijos del mundillo literario, me contó quiénes eran los Carmen Mola (mucho antes de que se diesen a conocer) y me aseguró que saldrían a la luz cuando se les concediese un premio literario de tronío. "Y tú ya sabes a cuál me refiero", me dijo. Resultó ser un oráculo: se les concedió el Premio Planeta, salieron a la luz y claro, dejaron Alfaguara (Penguin Random House) para "fichar" por la editorial que concede el premio. Un premio que, además, ese año aumentó su dotación, lo que hizo que muchas malas lenguas asegurasen que lo habían hecho de cara a que los tres componentes de Carmen Mola se llevasen un buen pellizco. Pero ¿realmente el premio fue otorgado por la calidad de la obra o como maniobra para que Planeta contase con ellos como autores de la casa, con los beneficios añadidos que eso le podía reportar? No ha sido el único caso. Tampoco quiero cansar, pero echad un ojo a los premios importantes de los últimos tres años, por ejemplo, y atad cabos. 

Tanto César Pérez Gellida como Carmen Mola son superventas y, desde luego, las editoriales buscan beneficios además de calidad. En ocasiones, a veces, en detrimento de la calidad, pero eso es otra historia y no voy a meterme en ella ahora. Sin embargo no puedo dejar de pensar en los cientos de escritores que presentaron sus manuscritos a los premios, en sus ilusiones, en su esperanza y que si realmente es verdad que esos premios están ya concedidos de antemano (aún con cierta certeza quiero seguir pensando en que no siempre es así), ¿dónde quedan ellos? ¿Para qué presumir de haber recibido mil novelas, si ninguna va a ser tenida en cuenta?

Y OTRAS HIERBAS

Quería poner el colofón de este post con otra cuestión que me llama mucho la atención y que he tocado de pasada en el punto anterior: la obligatoriedad de ciertos sellos para que sus autores saquen una novela al año. Que sí, que es cierto que actualmente la literatura es un poco de usar a tirar. Salen tantos títulos, tantísimos, que hay que mantener la atención de los lectores más fieles. Y eso a muchos escritores les supone estar amarrados al banco de la escritura como galeotes a los remos. Ni siquiera puedo imaginar cómo debe ser haber terminado una novela, con el esfuerzo que supone, y tener que estar ya pergeñando una nueva, como si la imaginación y la tarea de escribir fuesen algo mecánico. Se lo decía ayer mismo a un gran amigo (y también escritor): se acaban convirtiendo en funcionarios de la literatura. Los hay, incluso, capaces de sacar dos o tres, cosa que ya me parece más que sorprendente. Luego pasa lo que pasa, que la calidad se resiente, que hay ideas que se repiten, que la labor de edición también va a matacaballo y salen novelas con errores (algunos de bulto).

No solo eso, es que esos mismos autores se ven impelidos a estar constantemente en el candelero de redes sociales con tal de que no ser olvidados. Con constantes entradas de lo que sea, pero dejando caer de cuando en cuando lo fantástica que va a ser su próxima novela (algo muy loable y que me parece perfecto) para mantener la atención. El trabajo se les duplica o triplica. Sumemos, además, presentaciones, firmas, asistencia a algún certamen o charlas. Al final, ¿de cuánto tiempo disponen realmente para escribir? Así pasa, que muchos se ven sometidos a un estrés descomunal, teniendo que entregar sus obras en plazos casi inasumibles, sin tiempo apenas para correcciones o repasos. Y sí, finalmente la novela se publica cumpliendo lo de "una al año" pero, ¿en qué condiciones? Somos muchos los lectores que venimos notando una considerable merma de calidad en muchos de los títulos que se publican y puede que, en parte, se deba a todo esto. Parece que importa más la cantidad que la calidad.

Me gustaría conocer vuestra opinión. Respeto profundamente a los escritores, cuento con maravillosos amigos entre ellos y sé que hacen lo imposible por regalarnos las mejores historias. Ojalá los tiempos que corren no se lo pusieran tan difícil.



 

14 comentarios:

  1. Yolanda, de acuerdo con tus comentarios.

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  2. Eso daría para un buen debate.
    Yo me alegro mucho por César, pero el premio me dejó descolocado porque era la confirmación de muchos terribles

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  3. Querida Yolanda, cómo siempre, es un gusto leerte. Respecto a lo de Lorenzo, con el que coincidí en algunos años de.la carrera, estoy totalmente de acuerdo en tus afirmaciones. Además, como bien indicas, si pagamos por escuchar a un cantante porqué se ve mal pagar por escuchar a un escritor. Yo no vería mal que hubiese cobrado ya que es un escritor de prestigio. Me gustaría saber si lo escritores que se hubieran acercado a esta localidad fueran más de la linea del partido acusador si los comentarios hubieran sido los mismos. En fin,.ya sabemos o conmigo o contra mi.
    En el tema de los premios poco puedo opinar pero también veo lógico 1ur si ganas uno patrocinado por un grupo editorial pases a ser parte del elenco de escritores de la misma. La verdad es que si es así como nos lo cuentas sería una pena .Y lo de los plazos literarios pues bueno supongo que los autores ya conocían las condiciones antes de firmar y a lo que se comprometían. Si esto merma la calidad de sus obras se reflejará al final en la opinión de los lectores como nosotras que a lo mejor dejamos de serlo de sus historias. Un placer leerte siempre y ya sabes que coincidimos en muchas cuestiones.

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  4. Rumores quería escribir. Bien es verdad que Carmen Mola sigue publicando con Penguin.

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  5. El remate de que los premios grandes no son más que un escaparate para autores que las editoriales quieren aupar o rescatar de una trayectoria en bajada, por si alguien tiene dudas, nos lo han despejado estos Reyes.

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  6. De acuerdo contigo en todo Yolanda ,cómo lo has descrito de bien .

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  7. Desde que Vallejo Nájera ganó el Planeta con su historia sobre Pepe Botella, después de haberla plagiado palabra por palabra de la biografía sobre José Bonaparte, cuyo autor fue Claude Martín, no he vuelto a creer en ese premio. Por cierto, Martin fue el jefe de prensa del Mariscal Pétain durante el gobierno de Vichy; y al que, al final de la guerra mundial, condenaron a muerte in absentia, porque Víctor de la Serna, el periodista, usó la ruta de las ratas de su amigo Otto Skorzeny, para que huyera a España, donde ejerció como profesor particular de francés para los opositores a la Escuela Diplomática, hasta pocos días antes de morirse, hace muy pocos años.

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  8. Muchos de los datos que das los desconocía por lo que me has ayudado mucho en conocer la trastienda de lo que se cuece detrás de los premios. Como siempre, es un placer leerte, Yolanda.

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  9. Al final no deja de ser todo un negocio. Unas veces con más cordura y otra con más postureo que otra cosa. El caso es entre tanta hierva encontrar los buenos espárragos.

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  10. Totalmente de acuerdo. Para mí ya no es una garantía un premio literario… quizás los finalistas me animan más a leer.

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  11. Desconocía mucho de lo que comentas. Me ha encantado leerte.

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  12. Yolanda estoy de acuerdo con tu post en su totalidad. Y pienso exactamente igual que tú, se mueven más por la cantidad que por la calidad. Y en cuanto a lo de sacar un libro al año es marketing pero deja a los autores como vulgares trabajadores a los que hasta cierto punto no se les valora como deberia.

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  13. Yolanda, comparto, punto por punto, tu opinión sobre los tres asuntos. Lo has retratado tal cual yo lo pienso.
    No conozco personalmente a Lorenzo Silva, pero defiendo que los escritores deben cobrar por su trabajo y parte de este es acudir a encuentros literarios con sus lectores y demás actos relacionados con su profesión. Sobre los premios, ¿qué decir, que huele bastante a amañado, sobre todo cuando lees algunos libros premiados y se te cae el alma a los pies de ver la poca calidad que tienen. Y sobre las hierbas, el poder ganar un pastón y ser súper famoso tiene su cruz: la presión por tener cada año un libro nuevo. Quién se somete a las reglas del mercado, sabe lo que se le exige. Y los que escribimos sabemos que es muy difícil sacar año tras año buenas obras que no se repitan por lo que la calidad ya sabemos cuál va a ser. Está en mano de los lectores no alimentar la trituradora del mercado comprando masivamente esos libros y dar la oportunidad a autores menos conocidos, pero no tan publicitados.
    Mil gracias por este maravilloso artículo, Yolanda. Verdades como puños.

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  14. Tema Lorenzo Silva. Los políticos dejan tanto que desear, sean del color que sean, que no pueden ya caer más bajo en sus estrategias de acoso y derribo, como si los que estuvieran en la oposición (insisto, sean del color que sea) no fueran más de lo mismo. En este país, hace ya muchísimas legislaturas que no se hace política, ni a nivel nacional, autonómico ni local. En fin, a mí me parece que, como apuntas, Silva y Trujillo han contestado como suelen hacer, con educación -cosa que no les han demostrado a ellos- y con argumentos irrefutables.

    Punto número dos. El tema premios es un jardín muy trillado. Los que llevamos años metidos, de un modo u otro, en esto, conociendo a autores, editores y editoriales, ya sabemos cómo va la cosa. A mí no me sorprende nada. La pela es la pela y eso hace que la calidad literaria baje bastante, lo que entronca con el punto tres de tu post. Pero para cerrar el tema premios, mira esta publicación de Facebook de Antonio Tocornal. https://www.facebook.com/antonio.tocornal/posts/pfbid084At38bL6QEiWFnSBLZS2fk5s8Bd9h8qmrSe2fqNmk8MYKyYkSBXvrC7n9wcTgApl?locale=es_ES

    En cuanto a publicar un libro por año... ufff, a mí se me amontona el trabajo. No me gusta nada eso y creo que es muy contraproducente. Tanto para el escritor como para el lector.

    Un besote.

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