lunes, 17 de abril de 2017

SYLVIA de Celso Castro

Había visto la portada de la novela en redes, pero tenía (y tengo) tanto pendiente por leer que casi no le presté atención. Hasta que leí un comentario de Noelia Terciado, del blog Leer al acostarme, en el que hablaba maravillas de ella. Su opinión es de las que más de fío y más cuando me aseguró que era un libro que me iba a gustar, que tenía que leerlo, que era diferente y muy intenso. Y aquí estoy dispuesta a darle la razón por completo. 

Sylvia no tiene nada que ver con nada que podamos leer. No sólo por el estilo utilizado por Celso Castro, con su absoluta falta de mayúsculas, sino también por la manera con el protagonista se dirige a nosotros: en primera persona y casi lanzándonos sus verdades y su existencia a la cara, a veces de forma caótica, como haríamos cualquiera en una conversación en un bar o entre amigos. Soprende la profundidad con que habla de sus sentimientos, de sus miedos, de su vida. Del amor devastador que siente por Sylvia que duele, sí, pero que también le ofrece esperanza.

EL AUTOR: CELSO CASTRO


Nacido en La Coruña en 1962 (o en 1957, depende de quién y cómo se le pregunte) comenzó enla literatura escribiendo poesía. Sus primeras obras las publicó con el seudónimo de M de Venganza. Colabora con revistas de poesía y crítica literaria como Nordés y Clave Orión. Además de dos obras de antología poética, la narrativa de Celso Castro está muy influída por la poesía. La ausencia de mayúsculas da a sus obras una estética muy particular que sumerge al lector en un universo muy especial.

ENTONCES LLEGÓ SYLVIA, LLEGÓ EL AMOR DE MI VIDA


Sylvia es la historia de un amor que desgarra y que redime, una historia nada fácil narrada en primera persona por un casi adolescente de apenas veinte años (quizá algo más, muy poco). Es su historia de amor, de la pasión que el protagonista siente por Sylvia, una mujer bella, culta, cosmopolita, mayor que él, subdirectora de la revista de poesía Minotauro. Pero también es su propia historia, bajo los recuerdos de un padre muerto en circunstancias traumáticas, con la presencia y los cuidados casi obsesivos de su madre, con sus problemas de autocontrol aumentados por las drogas y el alcohol.

Discrepo mucho con el resumen de la contraportada del libro cuando habla de que el amor del protagonista por Sylvia no es correspondido. A veces los resúmenes ayudan poco, y este es un ejemplo claro.

¿CUÁNTOS LABIOS CABEN EN UN BESO?


El protagonista de Sylvia no tiene nombre. Celso no nos lo da en ningún momento. Y esto, junto con su modo de escribir sin mayúsculas, es marca de la casa desde siempre. Es un anonimato buscado, para que quienes leemos podamos sentirnos dentro de él, podamos entenderle cuando habla desde sus propias entrañas. También es muy joven, casi adolescente, algo que se ha repetido en novelas anteriores del autor como entre culebras y extraños (está bien escrito, ya sabéis, en minúsculas), aunque en ese caso lo es aun más. Y, como un hilo conductor, también está sobreprotegido por su madre.

La manera de narrar de Celso Castro es visceral, extraña, pero llega dentro. No necesita las mayúsculas para que nos quedemos pegados a sus páginas. Sí utiliza signos de puntuación y aparece de modo constante el uso de guiones, a veces explicando, a veces como segundos pensamientos y, a priori, esto puede echar para atrás a más de un lector "normal" (con todo mi respeto a esa definición). Para mí ha sido una delicia, a pesar de que el constante discurrir del monólogo del protagonista a veces se hace a mordiscos con la vida, a puro dolor.

No es el primer autor que escribe saltándose las normas oficiales de la gramática. Recordemos la obra Cómo Es de Samuel Beckett, un libro de ochenta páginas que el autor escribió sin ningún signo de puntuación. O las frases eternas, llenas de subordinadas, de Marcel Proust en En busca del tiempo perdido, porque Proust detestaba los puntos y sentía un amor desaforado por las comas. En el caso de Sylvia Celso se limita a evitar las mayúsculas. Sólo eso. Pero llega un momento en que ni siquiera eres consciente de que es así.

Como os decía antes, discrepo profundamente con el resumen de la contraportada del libro cuando habla de un amor no correspondido. Sylvia sí ama al protagonista a pesar de la diferencia de edad y a pesar de los muchos problemas que el chico arrastra, con un historial de desequilibrios y violencias ya amplio. Si no le amase ¿para qué casarse con él? ¿por qué su enorme tristeza cuando él quiere dejarla? Nuestro protagonista, a pesar de tener un interior devastado por su propia historia personal, se considera poeta. Y es capaz de pensamientos tan intensos y llenos de metáforas que nos quitan el aliento:

"...noto un chasquido en la cabeza, como una descarga cerebral, como un chispazo eléctrico que me recorre el cuerpo entero, me lo atraviesa de arriba abajo ¿entiendes? y al momento esa electricidad se transforma en un desfile de muertos apretujados, una hilera larguísima, interminable de muertos (...) y...lo que te decía, que siento todos esos muertos dentro de mí, arrastrándose ¿no? arrastrando los pies por unos senderos de color azul pálido, muy sucio y desvaído, y desapacible, frío... y me van caminando por dentro..."

Ambientada en La Coruña, es fácil reconocer las calles y lugares por las que el protagonista se mueve. Suele reunirse con amigos de inquietudes parecidas en un bar, que es donde conoce a Sylvia. Y ella pasa a ser su amor con mayúsculas en un mundo de minúsculas. Pasa a ser destino, inspiración, obsesión, único punto de referencia. Pero también inseguridad, temor a perderla casi sin tenerla aun, dolor cuando ella no dirige sus ojos a él en exclusiva. Sylvia también le ama. Hay algo muy tierno en el amor de Sylvia. Quizá ve el desvalimiento de él, su necesidad de ser querido... pero es diez años mayor, tiene una vida hecha y no podemos reprocharle que quiera seguir con ella porque su mundo, al contrario que el del protagonista, es más grande que sólo amor. El protagonista vive, se nutre, duerme y siente sólo por Sylvia y para Sylvia. Ella, aun amándole, tiene más amplias sus fronteras.


La relación del protagonista con su madre es algo más que sobreprotección. El padre murió de forma extraña y su figura permanece sobrevolando el hogar familiar, con recuerdos dentro de una vitrina que más parece un exvoto al que adorar. Ahí está su pasado, un pasado que no le gusta y que le tiene lleno de costuras sin cerrar, pero no puede dejar de mirarlo. Quizá por eso, en una de sus crisis, la emprende a golpes con ella y la destroza, para no tener que seguir mirándola. Su madre hace lo posible y lo imposible por él y, como no podía ser de otra manera, no ve con buenos ojos a Sylvia. Una Sylvia de la que sólo sabemos lo que el protagonista nos cuenta de ella; nada de sus pensamientos, de sus decisiones. Pero creo que los actos hablan por ella: por las veces que le consuela, por el modo en que le trata, por la dulzura de su cariño. Incluso cuando en un momento tiene que irse unos días, lo único que tenemos delante es la desesperación creciente del protagonista, que lo toma como un abandono y que le va hundiendo en un pozo cada vez más oscuro. Pero Sylvia vuelve. Y con ella la luz y el amor.

Nuestro joven protagonista apenas tiene nada más en su vida que sus recuerdos, su inestabilidad, su mal control de los impulsos y sus adicciones (de las que se nos habla como de algo que a él le ayuda a controlarse). No trabaja, no estudia, no tiene nada más en su vida que el amor por Sylvia. Y esa sensación que que a quien ama es lo único verdadero y lo único que le ata a la vida. Es algo fácil de entender, a pesar de todo. Cuando a nuestro alrededor todo se ha derrumbado con estrépito y acumulamos un desastre tras otro, sentir que amamos y que nos aman es lo más parecido a una redención. Pero también puede hacernos caer en la locura. La simple ausencia del amado nos destroza porque sólo deseamos estar con ella, con él, sentir su calor, escuchar su voz. Y la distancia nos hace pensar que el amor que nos tiene desaparecerá con la misma velocidad con que se aleja. Para el protagonista, Sylvia acaba por ser lo más parecido a un dios: es su referencia, su pasión y su credo. Todo lo que hay alrededor no es nada, ella es la luz, la que le dice esas cosas que lleva toda la vida queriendo escuchar y que le acaricia no sólo con las manos, sino con su atención y su cariño.

Por eso la posibilidad de perderla se vuelve enfermedad, dolor físico y gritos. Y a pesar de lo que la quiere, sabe darle donde más duele. Ahí seremos conscientes también de la fragilidad de Sylvia, de cómo no es cierta la afirmación de que ella no le ama. Simplemente su amor es, creo, más maduro y tranquilo, no arrasa con todo. Lo vive con pasión pero no lo sufre desangrándose a cada paso, como él.

No todo en Sylvia es tan demoledor. Hay golpes de humor realmente geniales, reacciones del protagonista con las que no sabes si echarte a reir o pegarle dos gritos. Pero sobre todo es una novela que, en su brevedad, sabe meterse debajo de nuestra piel. ¿Que no es una lectura con las habituales? Cierto, pero ahí está su magia. Dadle la oportunidad de que os toque con su varita.

Gracias Noelia, por recomendármela. Y gracias a Alba Fité y a Destino por la complicidad.




sábado, 15 de abril de 2017

I CERTAMEN LITERARIO "LETRAS Y DIEZMO" - GANADORA -

A principios de año mi gran amigo José Ramón me pidió colaborar en una de sus fantásticas iniciativas. Desde que se hizo cargo del Hotel Rural La Casa del Diezmo en Buitrago (Soria), ha retomado sus inquietudes culturales y su pasión por la organización y, por entonces, había decidido convocar un certamen literario de cuentos en los que la temática debía girar en torno al espíritu numantino. Buitrago se encuentra a poca distancia de las históricas ruinas de Numancia, famosa por su heroica resistencia ante los ejércitos romanos, así que la inspiración era casi obligada. José Ramón me pidió que fuese jurado en el concurso y, aunque consideré que la tarea me quedaba grande, a él nunca puedo decirle que no. Sólo me pidió una cosa: que publicase en este blog el relato ganador y aquí estoy, cumpliendo mi palabra y orgullosa de haber tomado parte como jurado en el certamen, que ha contado con un buen número de relatos de una gran calidad.


El relato ganador lleva por título Hasta ellos se equivocan y su autora es Esther Domínguez, a la que se le hará entrega del fantástico trofeo creado para la ocasión en fecha próxima. Aquí os lo dejo.

GANADOR I CERTAMEN LITERARIO "LETRAS Y DIEZMO"

HASTA ELLOS SE EQUIVOCAN - Esther Domínguez.

Los dioses contemplaban el malestar de los numantinos. Desde su mirador, observaban  los distintos grupos que se unían o se dispersaban para formar otros nuevos que continuaban discutiendo. Hasta sus oídos llegaban las opiniones. Un pastor se quejaba, los techadores habían dejado su trabajo. Los hombres que vigilaban el valle desde la muralla agarraban sus lanzas. Las mujeres lloraban y los ojos de los niños reflejaban miedo. Hasta los perros ladraban sin motivo aparente y el pelo de los gatos estaba erizado. Una diosa algo corta de vista –esas cosas también les pasan  a los inmortales- intentaba identificar los rostros, los rictus. Al no conseguirlo, se dio por vencida y se volvió al dios principal.


  - ¿Qué les pasa?


  - Los romanos andan cerca. Los humanos discuten si sería mejor rendirse a las legiones o plantarles cara.


 - ¿Se rendirán? –la divina cabeza negó, el gesto triste. - ¿Se les enfrentarán? - nuevamente la cabeza se movió, esta vez, afirmativamente.  La diosa temió preguntar. Finalmente lo hizo. - ¿Cómo acabará todo esto?


 La respuesta llegó como un  trallazo. –Muy mal. Los romanos son muchos y los numantinos  muy pocos.


 La diosa no se dio por vencida. -¿Por qué no paras a esta gente? Tú todo lo puedes.


 -Son demasiado orgullosos. Contra eso, poco puedo hacer.


 -¿Y los romanos? ¿Tampoco?  -La diosa calló. ¿Qué más podía decir? El dios la miró con gesto avergonzado.


 -Les dimos demasiada ambición a unos y demasiada dignidad a los otros. Cuando  acogieron a los fugitivos de los Bellos y ganaron la batalla a Roma, se granjearon  el odio eterno de un imperio humillado. No supimos ver el peligro –se encogió de hombros. –A veces, hasta los dioses nos equivocamos.


Todos se fueron retirando en silencio. El mirador quedó vacío. En el cielo nubes de tormenta.




miércoles, 5 de abril de 2017

SEGUNDA EDICIÓN DE LOS PREMIOS "VUELA LA COMETA"

El pasado mes de noviembre se falló la segunda edición del Concurso Vuela la Cometa, de Arola Editors. Los que me seguís sabéis que el pasado año os traje al ganador y al finalista en sendas reseñas y organicé un sorteo de ejemplares que la propia editorial se encargó de enviar a los ganadores. Este año ha resultado ganadora la novela Habrá valido la pena de Daniel Morales y finalista El alma dividida de Luciano Sívori.

El Concurso Vuela la Cometa es un premio internacional de narrativa en castellano dirigido a menores de 38 años. En esta última edición se han presentado más de noventa manuscritos. La edición de las obras ganadora y finalista se hace siempre de cara a Sant Jordi y a la posterior Feria del Libro de Madrid y la editorial suele aprovechar para promocionar un título más, por su interés para los lectores. En ese ocasión será Tarraco 179 d.C. Colonia y Metrópoli de Xavier Climent. 

Próximamente os informaré de las inciativas que Arola Editors va a poner en marcha para la promoción de los nuevos autores, con fechas de presentaciones y firmas, y también del sorteo de ejemplares que organizaré aquí en el blog. Siempre es importante dar a conocer a nuevos talentos y concederles un empujoncito de cara a la promoción. 

Os avanzo las portadas y los resúmenes.


Habrá valido la pena. Daniel Morales. Hannah es una chica inteligente, educada y bonita. Lo tiene todo para ser feliz pero hay demasiadas cosas que no entiende. El sexo, por ejemplo. Todos dicen que no hay nada mejor, pero a ella le está costando cogerle el truco. O la vida, en general. A Hanna le han dicho que debe vivir al máximo, pero ¿en qué consiste tal cosa? Eso no se lo han dicho. Ha nacido en un mundo, el nuestro, donde ya nadie sabe por qué o contra qué luchar. Hoy todo es o aburrimiento o diversión, y ni lo uno ni lo otro dan para llenar una vida; nos cansamos de ambas cosas y pensamos: ¿y ahora qué? Y nadie responde. Hay quien se resigna y hay quien, como Hannah, se lanza a la búsqueda de respuestas que la llevará a embarcarse en aventuras alucinantes, conmovedoras, diveridísimas, y a conocer a personas inolvidables.



 


El alma dividida. Luciano Sívori. El hijo primogénito de un maltratador soportó en silencio las humillaciones y golpes que recibía su madre hasta que un día su hermano menor, sordomudo, se interpone entre ellos y es también objeto de la ira paterna. Alberto, de 23 años, reacciona entonces violentamente propinándole tal paliza que sumergirá a su padre en estado de coma y, a él, lo llevará a huir incrédulo sin comprender cómo ha podido ensañarse de esa manera. En su devenir averiguará si él es la buena persona que creía ser o es el monstruo que de tanto mirar al abismo, como afirmó Nietzsche, acaba sintiendo que es el abismo el que lo está mirando a él.






Tarraco 179 d.C. Colonia y Metrópoli. Tarraco se complace a sí misma. Son los años de apogeo dentro del globalizado mundo romano. Anfiteatro, Circo y Teatro resplandecen en los juegos de Augustus. Sin embargo, el bienestar de la colonia, desde donde la Metrópoli gobierna la mitad de Hispania, se altera por la acción de un desaprensivo sobre el 'Aqua Maior', el principal acueducto de la ciudad. Marcus se verá obligado a resolver el problema. Pasiones obsesivas, vidas licenciosas, amistades inquebrantables, luchas, traiciones, recuerdos, huidas, reencuentros y venganzas crean la trama de esta novela que, como todos los caminos, conducen a Roma. Allí Fabia, hija de su anfitrión, enciende en Marcus una llama que creía extinta, mientras le guía por algunos de los edificios y foros más espectaculares de la capital del Imperio que gobernó sus vastos territorios bajo una sola ley, una sola lengua y un único culto. Pero el sosiego y la calma parecían no tener cabida en el mundo de Marcus.






lunes, 3 de abril de 2017

PRESENTACIÓN DEL PREMIO PRIMAVERA DE NOVELA 2017

El pasado jueves, 30 de marzo, se presentaba en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la novela ganadora del Premio Primavera de Novela 2017. Este año ha recaído en No soy un monstruo, de la periodista Carme Chaparro, galardón que en el momento en que se hizo público tuvo sus más y sus menos. Son muchas las voces que se muestan poco partidarias de que premios con esa importante dotación económica (y un mínimo de ejemplares en primera tirada muy alto) se concedan a personajes famosos o a autores con cierta fama, ya que preferirían que sirviesen para sacar a la luz a nuevos talentos. Nunca suelo juzgar antes de leer un libro, ya me he equivocado varias veces y he optado por esperar a hacerme una idea propia. Además el resumen de la novela ganadora tiene innegable atractivo, os contaré en cuanto pueda disfrutarla con calma. Pero sí es cierto que un nombre conocido junto al título tiene un gran tirón de cara a los posibles lectores y las editoriales, al fin y a la postre, se mueven por volumen de ventas, ventas que redundan en beneficios que, a su vez, pueden favorecer que se publiquen títulos de autores noveles. Conste que con esto no quiero decir en absoluto que los premios importantes se concedan sólo por un nombre o una fama, pero sí recojo un debate que en las últimas semanas se ha reactivado.



La cita, como os decía, era a las 8 de la tarde en el teatro del Círculo de Bellas Artes, decorado para la ocasión. La presentación del acto corrió a cargo de las televisivas Pepa Bueno y Nuria Roca, aunque en primera instancia tomaron la palabra Ana Rosa Semprún y Ramón Pernas para introducir el acto. Explicaron que a esta XXI Edición del Premio Primavera de Novela se presentaron más de mil manuscritos que obligaron a un trabajo ingente del equipo de lectura, que son los que han de elegir las mejores para pasarlas al jurado. Lo sorprendente, afirmaron, es que este año apenas hubo discusión en las deliberaciones del jurado porque sus miembros quedaron fascinados por una autora desconocida que les entusiasmó con su novela, de la que no supieron el nombre real hasta quese abrió la plica. Están convencidos de que todo el que lea la obra ganadora la considerará uno de los thrillers del año y no dudaron en resaltar que Carme Chaparro es una autora que ha llegado para quedarse. 


A continuación, en el escenario del teatro convertido en el Monte del Pilar, con las ruinas del Palacio de Cotoblanco tras los árboles, las presentadoras y Carme comenzaron una agradable charla sobre el libro y su contenido. El motivo de elegir esa ambientación y esas ruinas tiene su explicación en la novela, ya que en ellas sucede algo importante que no quisieron desvelar. Pepa Bueno comenzó destacando que No soy un monstruo es un trhiller actual que tiene como columna vertebral una investigación policial, pero que también trata de esos acontecimientos cotidianos pequeñitos que pueden determinar el resto de nuestra vida. En la novela se habla, además, de los medios de comunicación con una gran valentía y en ella vamos a encontrar no sólo misterio e investigación sino que también están la vida, el amor y el  monstruo que todos llevamos dentro pero que nunca queremos reconocer que existe.

Carme, para ponernos la miel en los labios, comenzo hablándonos de una escena del principio de la novela en la que una madre debe tomar una decisión dolorosa y complicada. Pero ¿eso la convierte en un monstruo? Posteriormente iremos viendo cómo hay varios personajes que han de decidir si sale o no el monstruo que llevan dentro. Preguntada por Nuria Roca de dónde salió la historia, qué la inspiró, Carme contó que su experiencia como presentadora de informativos tuvo bastante que ver en ella, porque en uno de ellos tuvieron que contar un caso muy parecido al de esa madre. Eso le despertó algo dentro y lo primero que pensó fue en el final. Lo hizo así porque hasta que no se lee la última línea del libro no hay una explicación para todo, todo encaja como un puzzle. Al conocer aquella historia en el informativo se planteó qué habría sucedido si alguien hubiese sido culpable de lo ocurrido y no se tratase sólo de un accidente.

Respecto al amplio "trabajo de campo" policial que Carme tuvo que hacer para documentar la novela, la autora nos contó que la generosidad de varios miembros de la Policía Nacional ha sido fundamental para que la investigación quedase creible. Incluso llegaron a crearse un grupo de whatsapp en el que ella formulaba preguntas y ellos respondían o le explicaban determinados pormenores. El grupo, dijo entre risas, funcionaba las 24 horas y le sirvió para dar mucha verosimilitud a cómo se indaga en las entrañas de un caso complicado. 

Nuria se mostró interesada por el modo en que Carme había logrado compaginar la escritura con su trabajo en televisión y la familia. Carme aseguró que se tenía que "sacar" la historia de dentro y, para eso, se llevaba el ordenador a todas partes. Que, incluso, hubo un personaje, Laura, que se le ocurrió en una visita al dentista. Lo que ha intentado es que todo lo que sucede en la novela sea rápido, que se quiera seguir leyendo porque la acción va a bastante velocidad. Hay en No soy un monstruo capítulos muy duros que escribió desde las tripas. Pero la segunda parte, la más trepidante, la escribió despues de una parada terapeútica de dos semanas, tiempo que necesitó para interiorizar el sufrimiento de algunos personajes y para recolocarse a sí misma.

Respecto a lo muy cinematográfica que le ha resultado la novela a Pepa Bueno, se le preguntó a Carme sobre si le gustaría ver su obra en la pantalla del cine o de la televisión, y Carme aseguró que le encantaría. Por temática, por ritmo y por tensión podría ser perfecta en imágenes.


Tratando de resumir un poco, Carme cerró el acto manifestando que No soy un  monstruo es una novela negra que tiene como protagonistas a dos mujeres muy distintas entre sí pero sobre todo muy fuertes. Y están acompañadas de personajes masculinos también fuertes, muy sólidos. Los monstruos que escondemos no siempre salen, pero esta novela indaga sobre la posibilidad de que sí suceda, incluso del alma de las mejores personas. Y nos invitó a conocer su novela y a disfrutarla.

Posteriormente se sirvió un cóctel en la Sala de Columnas, anexa al teatro, en la que pudimos charlar con otros blogueros y miembros del Grupo Planeta en un ambiente distendido y muy agradable, lo que cerró la presentación de la mejor manera posible.

Gracias a Laura Fernández y al Grupo Planeta por la invitación y por darme la ocasión, un año más, de disfrutar de una tarde literaria fantástica.