jueves, 19 de abril de 2018

CONOCIENDO NUEVOS AUTORES: JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ JUAN

Hace unas semanas recibí un correo en el mail de este blog en el que José Luis Fernández Juan se ponía en contacto conmigo para presentarme su libro Pinceladas de Harmonía. Me ofreció conocerlo y se puso a mi disposición para traerlo a todos vosotros, cosa que hago encantada por la confianza que me otorgó como por la originalidad de su libro.

José Luis Fernández Juan es valenciano y de siempre ha manifestado una gran curiosidad por el arte. Ha participado en diferentes proyectos de cine, teatro y publicidad. El libro que hoy os presento, Pinceladas de Harmonía, autoeditado, vio la luz por primera vez en 2014 y, desde entonces, ha encadenado cuatro ediciones con la editorial Círculo Rojo. Actualmente acaba de publicar su segundo libro, El Diccionario de JLFJ en el que, como en el anterior, juega con el idioma, las metáforas y los diferentes estilos literarios. José Luis es profesor de Lengua y Literatura Castellana para alumnos de ESO y Bachillerato en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar en Valencia.

Pinceladas de Harmonía intenta llevar a la literatura conceptos tan diferentes como la psicodelia, el conceptismo y hasta el culteranismo y lo hace a través de 17 peculiares relatos. Muy cerca de las vanguardias literarias, tan en boga a principios del siglo XX en Europa, hay mucho en esos relatos de surrealismo pero también de un benéfico buen humor que no es el habitual, sino más inteligente, más para hacer pensar, para sonreir mientras lo asimilamos. El propio autor, en diferentes entrevistas, ha manifestado que esta obra bien puede servir para sus propios alumnos para potenciar el conocimiento de la lingüística y la semántica y cree que es un canto a lo sencillo y a lo fácil que puede resultar llevarse bien con los demás y con lo que nos ocurre. 

Una vez leído el libro, José Luis me contestó a unas breves preguntas en las que nos aclara la intención que subyace bajo las páginas de su libro, sobre los motivos que le impulsaron a escribirlo. Y también contestó a preguntas más "incómodas" ya que, leyéndolo, me hizo preguntarme si realmente podía considerarse una lectura apropiada para los alumnos, debido a la complejidad del vocabulario y de las figuras retóricas que utiliza en él. Aquí os las dejo para que conozcáis mejor a José Luis Fernández Juan y sus Pinceladas de Harmonía.

JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ JUAN Y SUS PINCELADAS DE HARMONÍA


- ¿De dónde surge la idea de este libro? ¿Qué te llevó a escribirlo?

Surge por una necesidad vital de experimentar con las palabras y con las ideas. Me seduce la idea de construir a partir de los referentes literarios que han marcado mi vida. Experimentar la fusión con el momento, con la estética, con la emoción, con las imágenes y con la pasión me pareció una motivación suficientemente atractiva como para embarcarme en la creación de una obra literaria.
Pinceladas de Harmonía es un cielo, cada episodio es un viento y cada palabra, una nube. Yo estoy contiguo a esta realidad. Les doy libertad de acción, los observo y me dejo llevar.
El acto de escribir me posibilita llegar a una nueva realidad más enérgica y valerosa. Para mí, escribir es la rebeldía de la exaltación de lo inédito.

- ¿Cuáles son tus influencias a la hora de escribir? ¿Qué autor que te ha marcado especialmente?

Preferentemente los autores del Siglo de Oro y los de la primera mitad del siglo XX. En estos dos períodos literarios podemos encontrar la esencia de nuestros valores literarios.
Me gusta implementar figuras literarias en la prosa para consustanciar el idealismo con el realismo y poder así meditar con más enjundia sobre los avatares de nuestra existencia. Esto se lo debo fundamentalmente a Cervantes.
Por otro lado, el placer por la experimentación riesgosa me viene de movimientos literarios como el Modernismo o el Surrealismo. En Pinceladas la huella de Darío o Lorca es más que evidente. El anhelo de naturalizar el mundo, el ir más allá, la liberalización total o la pretensión de provocar acciones son rasgos que aparecen en cada página.
La influencia de estos movimientos y autores ha moldeado definitivamente el estilo literario de Pinceladas de Harmonía y ha traspasado los lindes de su invención.


- En alguna entrevista te he leído que este libro es un “recurso didáctico” para alumnos de la ESO y Bachillerato, pero ¿crees que son relatos comprensibles para ellos, dado el lenguaje que usas en ellos? ¿Aciertan a entender por completo su esencia?

En Pinceladas de Harmonía podemos hallar los rasgos arquetípicos del Conceptismo, Culteranismo, Modernismo y Surrealismo. Estos movimientos son los más enrevesados (y más seductores) de nuestra literatura. La dificultad de sus dispositivos retóricos genera la necesidad de tener que acompañar muy de cerca a los alumnos para que estos puedan asimilarlos con tino.
La Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora o algunos Sonetos de Quevedo o Lorca no son recomendables (por su extrema dificultad) para interpretar la inherencia de estos movimientos que se han de estudiar porque están en los programas educativos de ESO y Bachillerato. Han de seleccionarse con sagacidad otro tipo de textos para comentarlos; bien de estos mismos autores, bien de otros. De lo contrario, podemos cometer el error de que los alumnos lleguen a aborrecer estos períodos tan jugosos como complejos.

Una alternativa interesante para absorber, descifrar y comprender estos contenidos sería elegir como opción de lectura Pinceladas de Harmonía. Aquí aparecen todos los sesgos de estas corrientes literarias, pero de una forma más afable y complaciente. El contexto de la obra se desarrolla en esa sociedad tecnológica y moderna en la que los alumnos se desenvuelven de forma cotidiana. La identificación con el pueblo Harmonía es inmediata. Si además vehiculamos el humor como motivo permanente de seducción, la simpatía hacia la lectura de la obra queda garantizada.
Descifrar los significados patentes y latentes de las frases de Pinceladas se convierte en un solaz motivante y cautivador. Conseguir que el alumno aprenda jugando es el reto que me marco. Leer Pinceladas de Harmonía equivaldría a mirar de forma caleidoscópica una realidad con idioma propio.

- ¿Qué opinas de las lecturas obligatorias en esas edades? Siendo profesor de lengua y literatura ¿cuáles son las que tú recomendarías?

Las lecturas obligatorias (aunque no me agrada el adjetivo calificativo) se convierten en una necesidad perentoria para que el alumno mejore su vocabulario, su velocidad lectora, su comprensión, su creatividad y su imaginación. Además con la lectura de estos libros seleccionados potenciará su capacidad reflexiva y crítica, así como su autoestima, seguridad y determinación.
Conocer obras como La Celestina, La vida es sueño, El lazarillo de Tormes,  Don Juan Tenorio, Tres sombreros de copa o la Antología poética de Machado o de la Generación del 27 son algunas obras que yo recomiendo en mi colegio y que considero imprescindibles para la formación intelectual de nuestros discentes. Estas lecturas lejos de ser aburridas, son un arma de construcción masiva para vencer a los juegos antipedagógicos que las nuevas tecnologías han traído para estrechar el buen juicio y entendimiento de nuestros alumnos. Tendrían que inventarse juegos digitales en donde la lectura total o parcial de estos clásicos “enganchase” al alumnado y les expandiera la mente. Invertir en leer (no importa si en digital o en papel) mejora la empatía, alivia el estrés y favorece la concentración. La lectura de un libro es un beneficioso viaje artístico y vital al que ningún alumno tiene que renunciar; sea obligada o de libre elección.

- En tu trabajo ¿qué dificultades sueles encontrar a la hora de impartir tus asignaturas? ¿Cómo consigues mantener el interés de tus alumnos en unas edades en las que suelen “dispersarse” con facilidad?

La mayoría de los adolescentes estudia por inercia. Sus centros de atención poco tienen que ver con estudiar las asignaturas que impartimos. Nosotros intentamos revertir esta realidad.
Para que los alumnos estén “centrados” considero fundamental que en las primeras clases todos tengamos diáfano cuáles son nuestros roles en el aula. Hay rutinas y procedimientos fijos que se han de asimilar y mantener a lo largo del curso. Intento ser más maestro que profesor. Más que aprendan los temas de una materia (que también), me interesa que se formen como personas. En cuanto puedo relaciono cualquier contenido con el espacio-tiempo de los chavales para que ejerciten la reflexión. Las clases suelen ser activas; interactuamos permanentemente con actividades pragmáticas en donde empleamos recursos digitales y trabajos cooperativos. Ellos siempre son los auténticos protagonistas; forman parte de los contenidos transferidos.

Fomentar el sentido de pertenencia resulta clave en este tipo de educación inclusiva y emocional que defiendo y que, por supuesto, aparece en Harmonía.
Por otro lado, piensa que yo sigo aprendiendo con la literatura; es apasionante. Esa pasión se la intento transmitir a los alumnos para que vean en la asignatura una razón de ser.

- Leyendo el libro aprecio un uso del lenguaje realmente rico, a veces rozando lo barroco. También abundantes metáforas e, incluso, párrafos que pueden rozar el surrealismo de las vanguardias ¿Actualmente crees que este tipo de literatura es accesible, en este tiempo de mensajes de whatsapp y vocabulario cada vez más escaso?

Constatas lo que te he comentado antes. Intento proponer un estilo diferente como alternativa a la realidad digital que ha generado la adicción a las TIC. Las habilidades verbales se han depauperado con la comunicación cibernética.
La “escritura” de mensajes por móvil con faltas de ortografía, frases sesgadas, carencia de signos gráficos o abreviaturas se ha convertido en una infausta realidad. La involución comunicativa lleva a una regresión cultural altamente preocupante.
El estilo de Pinceladas sería una apuesta “alternativa” por la comunicación culta y placentera; Una apuesta entre los mensajes cincelados y polisémicos frente a los mensajes inmediatos carentes de profundidad. Tú eliges.
La literatura “trabajada” de Pinceladas de Harmonía es atractiva porque se interpreta como un juego de búsqueda, acertijo y placidez, y… ¿a quién no le gusta jugar?
La moda de la TICdependencia pasará; Pinceladas de Harmonía siempre te estará esperando.

- Son 17 relatos en los que impera el positivismo en un mundo idílico, en los que hay un esfuerzo por el triunfo del buen humor ¿Crees que la literatura actual adolece de ese buen humor?

El humor en la literatura siempre ha existido: Cervantes, De la Serna, Tomeo, Quevedo, Macías, Valle-Inclán… Pinceladas continúa con la tradición.
Con el humor aprendemos a comprender mejor el mundo; y si este mundo está en crisis, mejor que mejor. Aporta la delicadeza del saber con la mirada del percibir.
Pinceladas es una obra divertida que garantiza el entretenimiento. El humor tiene valor literario. Si nuestra sociedad es absurda, el humor es sensato. Garantiza la lógica y rigor que falta para poder entender mejor las relaciones entre los humanos. El humor siempre ha volado por la literatura. En Pinceladas se posa y descansa en una propuesta absolutamente intransferible.

- ¿Qué es lo mejor que te han dicho sobre tu libro?

Que es diferente. Esta frase es lo más a lo que puede aspirar un autor.

- He leído algunas reseñas publicadas sobre Pinceladas de Harmonía ¿Hasta qué punto crees que han acertado con el contenido de tu libro? ¿Te sientes comprendido?

Las reseñas que he leído hasta ahora han sido muy positivas; estoy muy contento. La crítica literaria ha emergido con el avance de las nuevas tecnologías y muchas revistas literarias y medios de comunicación se han hecho eco de la publicación de obras literarias.
Yo, como autor, agradezco cualquier opinión que ayude a difundir el valor de un libro. Cuantas más opiniones se den, más se conocerá una obra y más lectores podrás ganar.
Particularmente no me marco como reto que Pinceladas obtenga una difusión inmediata y masiva. Prefiero que se vaya descubriendo y saboreando poco a poco. De momento vamos por la cuarta edición. Con el tiempo espero tener más. Como te he comentado antes, Pinceladas es un libro siempre te estará esperando.

- ¿Estás trabajando en algún otro proyecto actualmente? ¿Puedes adelantar algo?

Acaba de salir mi segunda obra: El diccionario de JLFJ; un repertorio de palabras con significados distorsionados y exprimidos. Te avanzo algunos:
Abundespués: Copioso en el futuro tanto como en el pasado.
Caramar: Cefalópodo comestible con rostro de ponto.
Diatribu: Discurso ultrajante realizado por un grupo uniforme con tierra propia.
Grabitación: Atracción mutua que sobreviene en un cuarto.
Jorlnada: Día sin niños.
Numeroso: 8245913706073195428.
Procastinar: Postergar el proceso de selección para elegir al elenco del espectáculo.
Santurrón: Dulce gazmoño navideño.
Trenquete: Frontón cerrado por vagones móviles engarzados.
Vencemento: Plazo que la arcilla y demás materiales calcáreos disponen para una vez cocidos y molidos se puedan mezclar con el agua y consigan convertirse en una masa compacta, sólida y dura.

Web del autor:




jueves, 12 de abril de 2018

LA TRAGEDIA DEL GIRASOL: ENTREVISTA CON BENITO OLMO


Hoy, 12 de abril, se pone a la venta La tragedia del girasol, la nueva novela de Benito Olmo tras el gran éxito y el soplo de aire fresco para el género negro que supuso La maniobra de la tortuga. De nuevo tendremos a Manuel Bianquetti como protagonista, las calles de Cádiz como paisaje y una trama potente, actual y con mucho más de lo que promete el resumen. Bianquetti , tras esta segunda aparición, va camino de convertirse en un referente de la novela negra. 

Tengo que agradecer de una manera muy especial a Benito Olmo por su generosidad conmigo, por su complicidad y por haberme puesto las cosas tan fáciles en esta entrevista. Y por facilitarme la fotografía que la ilustra, realizada en el pasado Tenerife Noir. Desde aquí sólo puedo desearle a Benito toda la suerte del mundo en esta nueva aventura del inspector Bianquetti. Os recomiendo, convencida, leer La tragedia del girasol. Sé que los amantes del género la vais a disfrutar muchísimo. Y los que no conozcáis a Benito Olmo, dejaos llevar por esta novela y por su estilo, por su manera de narrar. Os seducirá sin remedio.



«Lo que tenía ante él respondía más bien a un sentimiento enfermizo, que colapsaba la parte más racional de su cerebro y le nublaba el juicio y la capacidad de pensar por sí mismo, convirtiéndolo en un títere en manos de aquella mujer. "Como un girasol -se dijo-, condenado hasta el final de sus días a seguir el movimiento del sol que le da la vida; el mismo sol que al cabo de unas semanas se la quitará, achicharrándolo".»
Suspendido de empleo y sueldo, el exinspector de policía Manuel Bianquetti se ve obligado a malvender sus servicios como investigador privado hasta que recibe un encargo aparentemente sencillo: proteger a un importante empresario durante su estancia en la ciudad.
Sin embargo, lo que parece un trabajo rutinario desembocará en un reguero de muertes que obligará a Bianquetti a dar rienda suelta a su instinto de investigador para sobrevivir, llevándole a descubrir que, a menudo, el sol que más calienta también es el que más quema.

ENTREVISTA A BENITO OLMO


- Hoy se pone a la venta “La tragedia del girasol” protagonizada, como tu anterior novela, “La maniobra de la tortuga”, por el poco convencional policía Manuel Bianquetti. ¿Esperabas, cuando se publicó la anterior, el éxito que ha tenido y recuperarle como protagonista?
No esperaba tanta repercusión, para nada, pero te puedo asegurar que lo di todo en la escritura de aquella novela. Es un gustazo que los lectores hayan querido recompensar el esfuerzo.
Creé a Bianquetti con la intención de utilizarlo en varias novelas, con la entidad de un personaje de saga, pero claro, en realidad esa decisión no era mía. Los lectores son los que deciden y si el personaje no cala, no gusta o pasa desapercibido, está claro que no tiene sentido darle continuidad. Por fortuna, son muchos los que me están demandando más aventuras de Bianquetti.

-   ¿Qué nos vamos a encontrar los lectores en “La tragedia del girasol”?
Una novela negra con ritmo de thriller. Un tipo enamorado hasta el absurdo, capaz de hacer cosas terribles por amor. Un monstruo disfrazado de persona respetable. Corrupción. Caos. Bianquetti.

-   Bianquetti ha calado hondo en los lectores de “La maniobra de la tortuga”. Aun yendo siempre a contracorriente y saltándose muchas normas, es imposible que no caiga bien, que no se le acabe admirando. Pero ¿quién es Manuel Bianquetti realmente? ¿Qué hay detrás de su fachada dura, de su carácter? ¿Te inspiraste en alguien concreto para crearle?
Bianquetti es ese boxeador sonado que, por más golpes que se lleve, siempre vuelve a por más. Tiene un cometido, una misión en la vida; un ideal de justicia que no siempre se corresponde con esa otra justicia, la que está basada en leyes y convenciones sociales. Está convencido de que las segundas oportunidades hay que ganárselas y no concibe que los criminales puedan quedar sin castigo.
Mi personaje tiene mucho del Flanagan de Andreu Martin y Jaume Ribera, del Harry Bosch de Michael Connelly y del Marv de Frank Miller. Admiro a estos autores por su capacidad para crear unos personajes tan sólidos.

-   A fecha de hoy, “La maniobra de la tortuga” se sigue vendiendo en sus diferentes formatos y sigue contando con reseñas y opiniones muy positivas. ¿Cuál crees que ha sido el secreto de esa gran aceptación?
La honestidad, sin duda. A día de hoy, y obviando los gustos de cada cual, nadie me ha llegado a decir que mi novela está mal escrita, mal rematada o que no se creen alguna escena. Los lectores se quedan satisfechos después de leerla. Creo que la consecuencia lógica de esta aceptación es la fidelidad de esos lectores.


-   ¿Cómo se consigue algo así?
 Pues trabajando duro. No hay otra.

-   La ambientación en las calles de Cádiz, mostrando la parte más oscura de la ciudad, la que no aparece en las guías de turismo, otorga a la narración mucha carga de realismo.
Es que ese es el Cádiz real: Una ciudad con desempleo, con problemas de drogas, con delincuencia y con muchas sombras. Evidentemente, esos factores no se muestran cuando se trata de vender la ciudad al turismo. A los ojos del forastero, Cádiz aparece como si todo fuera luz, playa y carnaval. Sólo un idiota puede creerse algo así.

-   Jesús Cañadas, gaditano también y autor de “Las tres muertes de Fermín Salvochea”, dice que, en su caso, quería mostrar la ciudad que nadie conoce, la de las nieblas y las calles peligrosas. ¿Te sientes más cómodo en paisajes conocidos, en tu ciudad? ¿Coincides con esa apreciación de Cañadas?
Coincido con Jesús y, además, creo que los lectores agradecen que se les hable de lugares reales con toda su crudeza.
Disfruto recorriendo los lugares sobre los que escribo, sintiendo a pie de calle todo lo que luego tengo que trasladar al lector. Escribir así es difícil, pero también muy satisfactorio.

-   La maldad en el ser humano está presente tanto en “La maniobra…” como en “La tragedia…” ¿Cuáles son los comportamientos que más te asustan o los que más te indignan?
Me aterra la impunidad. Ese tipo de impunidad de la que sólo disfrutan los poderosos. Las cárceles están llenas de pringaos, mientras los verdaderos delincuentes están esquiando en Baqueira o disfrutando de las vistas de sus áticos pagados con dinero negro.

-   ¿Hay algún motivo para el paralelismo entre los dos títulos de estas novelas?
El paralelismo es deliberado. Quiero que los lectores identifiquen este tipo de títulos, que cuentan más de lo que dicen, y los relacionen con Bianquetti.
Esto añade una dificultad todavía mayor a la hora de buscar títulos, lo que ya de por sí es una tarea bastante ardua. No soy bueno bautizando novelas. Siempre recurro a mi amigo César Pérez Gellida, que es un genio y tiene una imaginación cojonuda.

-   ¿Dónde buscas la inspiración? ¿Te basas en algún hecho real, en alguna noticia? ¿De dónde parte la idea del argumento de “La tragedia del girasol”?
Hay muchas cosas que me han llevado a escribir esta novela, pero por encima de todas está el amor. El amor es tan complejo que podría pasarme la vida escribiendo sobre él.
Pero ojo, que no me refiero al amor sano, natural. Hablo de ese otro amor. El sentimiento tóxico, enfermizo, que nos lleva a hacer cosas terribles y es capaz de anular a cierto tipo de personas. Uno de los personajes de la novela sufre ese tipo de enamoramiento. De ahí el título: los girasoles están condenados a seguir durante su corta existencia al sol, allá donde vaya. El mismo sol que terminará abrasándolos sin piedad.

 -   A la hora de planificar tus novelas ¿cómo es tu proceso de creación? ¿Tienes todo estructurado y detallado o dejas paso a la improvisación si es necesario?
Aproximadamente un 50% mapa y un 50% brújula. Al comenzar a escribir preparo un esquema a grandes rasgos de lo que va a ser la novela, pero mientras la desarrollo improviso mucho. Me rompo los esquemas a mí mismo a cada momento, para añadir sorpresas y que el lector no se vea venir ciertas cosas.
Luego está la reescritura, claro, que es lo que convierte un manuscrito en una novela decente.  

-   ¿Corriges mucho?
Reescribo y corrijo mucho, en ocasiones capítulos enteros, y quito toda la información accesoria. Escribo bajo la premisa de que todo es mejorable.
Para que te hagas una idea, el borrador original de ‘La tragedia del girasol’ tenía casi 600 páginas. Después de corregir y podar todo lo que me parecía prescindible, se ha quedado en unas 400. 

-   Lorenzo Silva me dijo en una ocasión que narrar escenas de sexo explícito a veces le daba la sensación de estar describiendo ejercicios de gimnasia sueca. En tu caso ¿qué escenas te resultan más complejas de narrar?
Las más aburridas. Cuando un investigador recaba información, navega en internet en busca de pistas, realiza llamadas para confirmar coartadas... Son escenas necesarias, pero me abruma la posibilidad de aburrir al lector. Quiero que quien me lea esté atento a lo que sucede en todo momento.
Por eso en mis novelas no hay descripciones enrevesadas, parrafadas sin sentido ni nada accesorio. En cada capítulo sucede algo. ¿Sabes eso que dicen algunos magos? «Si pestañeas, te perderás el truco». No quiero dar tregua a mis lectores

-.César Pérez Gellida utiliza un secador encendido para concentrarse mientras escribe. Eloy Moreno se pone sonidos de lluvia. ¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
El silencio. Necesito silencio absoluto para escribir. Y si me pongo música tiene que ser instrumental, porque si no me lanzo a cantar y se va al garete la concentración. 

-   ¿Qué opinión te merece el “mestizaje” dentro de la novela negra, la mezcla de estilos y de géneros?
Creo en el mestizaje y me encanta que se enriquezca el género con apuestas arriesgadas. Es lo que hacen David Llorente, Paco Gómez Escribano y Claudio Cerdán, por ejemplo.
Lo que no soporto es el oportunismo. No se debería llamar novela negra a lo que no lo es. Muchos se apuntan al carro de la novela negra porque es el género que más vende ahora mismo, y de esto tienen gran parte de culpa muchos editores que quieren hacer caja a toda costa. Presentadores, actores, youtubers... Luego veo a esos autores en algunos festivales de novela negra y se me revuelven las tripas.
Le tengo especial odio a la denominación «Domestic noir». Me parece una mamarrachada. 

-   ¿Crees que la novela negra actual debe usarse también como una forma de reivindicación social, de reflejo de la sociedad actual?
Más allá del puro entretenimiento, la novela negra «debe» ser una forma de reivindicación y denuncia social. Los autores tenemos un privilegio, en ocasiones inmerecido: hay gente que nos lee. Por eso estoy convencido de que debemos aprovechar esa circunstancia para hablar de todo aquello que nos parece mal y que creemos que se puede mejorar. Por desgracia, el papel del escritor está bastante denostado en la actualidad.

-   Ya sean clásicos o modernos ¿cuáles son tus autores de referencia? ¿Hay algún libro o alguna novela que te haya marcado de manera especial, que te guste releer?
Tengo muchos autores de referencia, pero voy a citar solo a tres que me han marcado profundamente: Raymond Chandler, Andreu Martín y César Pérez Gellida.
La novela que me convirtió en lector, y más tarde en escritor, fue ‘Todos los detectives se llaman Flanagan’, de Andreu Martín y Jaume Ribera. La he leído tantas veces que la tengo destrozada.

-   ¿Qué personaje de ficción es tu favorito?
Batman.

- Ahora que por fin ve la luz, ¿qué esperas de “La tragedia del girasol, qué te gustaría que se pensase de ella? Y sobre todo ¿cómo la recomendarías?
Espero que haga disfrutar a los lectores, tanto a los adictos al género negro como a los que no suelen acercarse a la narrativa policiaca. Quiero que se queden con un buen sabor de boca. El resto llegará solo.
En lugar de recomendarla, voy a lanzar un desafío: Estimado lector, hágase con un ejemplar de ‘La tragedia del girasol’ y lea las primeras páginas. Después pare de leer, si puede.