lunes, 23 de mayo de 2022

NADIE PODRÁ QUERERLE COMO YO de Juan Pedro Cosano

Hay figuras históricas de las que damos muchas cosas por sentadas. Y como en este país nuestro tenemos la "maravillosa" costumbre de creernos todo lo que la leyenda negra creada por ingleses y holandeses dice de nosotros, ni siquiera nos molestamos en investigar un poco, en contrastar, en saber. Carlos II es una de esas figuras históricas. Un rey que ha pasado a la historia como casi un monstruo, horrible en su fealdad, contrahecho, con pocas luces e, incluso, se ha llegado a dar por sentado que sufría un retraso mental severo. Además, el hecho de que no tuviese descendencia, emponzoñó aún más el panorama que España tenía en Europa, porque muchos países intentaban colocar a sus candidatos en un trono codiciado y valioso. Las monarquías europeas se lanzaron contra Carlos II y contra España como alimañas oliendo una presa fácil. Personalmente, siempre he sentido lástima por el pobre Carlos. Recuerdo cuando, en pleno bachillerato, leí parte de la autopsia que se le practicó al morir, cómo me impresionó. Sí, es cierto, era un hombre enfermo, pero los métodos, prácticas y mejunjes que se le aplicaron no ayudaron en absoluto a su mejoría. Solo pensar en las tan usadas sanguijuelas me aterra. Enfermo sí, pero no tonto, ni lelo, ni poco inteligente, ni nada parecido. Y, al menos, pudo tener diez años de relativa felicidad.

Son esos diez años los que Juan Pedro Cosano nos va a poner ante los ojos en Nadie podrá quererle como yo, los que duró el matrimonio entre el rey español y María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV. Un matrimonio de conveniencia que, para sorpresa de propios y extraños, fue feliz y estuvo envuelto en cariño y complicidad. Solo la "supuesta" infertilidad de la reina ensombrecía la unión. Estamos ante una novela de las que abren los ojos y el corazón, de las que nos empujan a querer saber más. De las que hacen cambiar opiniones y eliminar prejuicios. Pasad, que os daré detalles.

MI QUERIDA LISI

Tras un matrimonio concertado y por poderes en Fontainebleu con el rey español Carlos II, María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV de Francia (el Rey Sol), llega a España. Carlos, tras siglos de endogamia entre las casas reales y con problemas desde su nacimiento, es un hombre feo, medio tullido, al que los cuadros de la época, por más que lo intentan, no consiguen agraciar. Nadie da nada por el matrimonio de los nuevos reyes aunque, contra todo pronóstico, son felices. Pero va pasando el tiempo y la reina no queda embarazada, lo que se convierte en la comidilla de la corte y la coloca en el punto de mira de los enemigos del rey y de quienes aspiran a hacerse con el trono español. Sin que nadie lo espere y de forma trágica y rápida, María Luisa muere, dejando al rey completamente desolado. La sospecha de que haya podido ser envenenada empieza a susurrarse. El rey Carlos, a sabiendas de que no puede fiarse de nadie, encarga una investigación al dramaturgo real, gran admirador de la reina, Francisco Antonio de Bances y Cardamo. El Imperio Español comenzaba a tambalearse y las grandes potencias pugnan por colocar a sus candidatos bien situados en la linea de salida al trono. 

Estamos frente a una novela histórica bien armada y mejor contada y también frente a uno de los misterios históricos que tanto llaman la atención en cuanto se rasca un poquito. ¿Realmente la reina María Luisa fue envenenada? El autor, Juan Pedro Cosano, en el encuentro que mantuvimos con el en el Club de Lectura, nos contó que le "saltaron las alarmas" cuando leyó una biografía de la reina escrita por el Duque de Maura en la que más que hablarnos de la vida de María Luisa se dedicaba a intentar convencer al lector de que no había sido envenenada. Si casi tres siglos después alguien como él le dedicaba sus páginas, algo habría. También están las palabras de la propia reina en su lecho de muerte, asegurando que la habían envenenado. 

Cosano, que ya me había fascinado en su anterior obra, El rey del Perú, cambia el registro y el momento histórico para situarnos en Madrid, en la corte de Carlos II, para regalarnos una ambientación fabulosa, tanto de la ciudad y todos los estratos sociales, como de la vida en palacio. Y lo que es, en mi opinión, lo mejor de todo: nos descubre a un Carlos II alejado de los estereotipos. No se queda en lo físico, sino en sus características como hombre y como gobernante. Un rey que mantuvo intacto el poder del Imperio Español, que consiguió sanear la economía aumentando el poder adquisitivo de sus reinos, que recuperó las arcas públicas y que supo rodearse de ministros de talla, los cuales, a su vez, colocaban en los puestos importantes a conocedores de las materias y no a nobles por su apellido. Un rey de paz, que se alejó de los conflictos y las guerras.

Además de tratarse de una fantástica novela histórica, tenemos una interesante subtrama de "detectives", en la que Candamo se ve inmerso para tratar de averiguar la verdad sobre la muerte de la reina. De este dramaturgo hay muy poca información, pero tuvo que ser todo un personaje por el que el rey Carlos II sentía un gran afecto y simpatía. Curiosamente, tras la muerte de la reina María Luisa, la obra de Candamo, vibrante y alegre anteriormente, se tornó más oscura y con más tintes políticos. Curiosamente, también se sospecha que murió envenenado.

Por las páginas de Nadie podrá quererle como yo aparecerán muchos personajes históricos de la época, dotados, todos, de una naturalidad apabullante, fuera, como en el caso del rey, de cualquier estereotipo. Los diálogos fluyen y la narrativa de Cosano nos envuelve consiguiendo emocionarnos y que nos sintamos parte de lo que está ocurriendo. Que nos pongamos, casi, en la piel de un rey que parecía sumar todas las desgracias físicas, pero capaz de sentir, de amar, de tomar decisiones. Con un elenco de secundarios sobresaliente, cada uno perfilado de forma admirable y que encajan en cada momento sin estridencias y sin parecer meros figurantes.

Que he disfrutado mucho leyendo esta novela creo que es evidente. Me gustan muchísimo, los libros que, además de entretener y mantener mi atención, me enseñan, me crean interés para investigar. Y este es un gran ejemplo de literatura para deleitarse y también para aprender. Para buscar. Para hacernos preguntas y sacar conclusiones. Para reivindicar la figura de Carlos II como hombre y rey y olvidarnos de leyendas negras y de mentiras una y mil veces repetidas. 

"Y se alejó hasta perderse, como un fantasma, feo y contrahecho pero tremendamente digno, en la claridad lechosa del inmenso Salón de Reinos."


lunes, 16 de mayo de 2022

LÁGRIMAS DE ORO de José Luis Gil Soto

Siempre es una alegría que una novela me sorprenda por su planteamiento y su originalidad. Y, si es una novela histórica, más aún, quizá porque este género acostumbra a ser bastante "canónico" en cuanto a estructuras, temas y desarrollo. Cosa que no me parece mal, en absoluto, lo importante es que la historia sea sólida, que no esté llena de arquetipos y, por supuesto, que no contenga esos regustos de "presentismo" que parecen haberse puesto de moda en los últimos años. José Luis Gil Soto me ganó como escritor con su novela anterior, Madera de savia azul, que nos trasladaba a un mundo medieval legendario con una prosa realmente bonita, pero Lágrimas de oro me ha gustado mucho más. Creo que el mestizaje de estilos, del que os he hablado en otras ocasiones, sienta bien y mejora la salud de las novelas. Y aquí tenemos una novela histórica pero también un thriller cuyo eje principal es el robo de obras de arte y el oscuro mundo de los coleccionistas, capaces de lo que sea para conseguir lo que desean. Y funciona de maravilla.

En Lágrimas de oro viajaremos al siglo XVI, al imperio inca y a su conquista, y también al XXI, con una investigación intensa y compleja. Os aseguro que vamos a disfrutar.

"NI EL MISMO SOL PODRÍA OPONÉRSELES"

En 1524, en Castilla del Oro, Panamá, se reunen Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando Luque para decidir si emprenden una expedición hacia las tierras del sur, atraídos por las noticias de las posibles riquezas que allí habría, en lo que es el inicio de un camino muy complicado y peligroso. A su vez, en ese mismo año, en la capital del imperio inca, Cusco, los incas bregaban con sus propios problemas, empujados a una lucha fratricida entre Huascar y Atahualpa y también entre diferentes regiones del propio imperio. Siglos después, en 2019, la teniente Rebeca Parma ve interrumpidas sus vacaciones al tener que acudir a investigar el robo de un collar de oro y esmeraldas que lucía la Virgen de la iglesia de San Lorenzo, situada en el pueblo de Conquista de la Sierra, cerca de Trujillo.

Con estas premisas y una vez leída y acabada, la primera impresión es que se trata de una novela muy ambiciosa. No solo por la mezcla de géneros, sino por la cuidada documentación y la estupenda narración que el autor hace de principio a fin. La parte histórica es apasionante, con unas descripciones del mundo inca muy visuales, llenas de detalles y con una ambientación fantástica en todos los detalles: el paisaje, las ciudades, la ropa, las enfermedades, la comida...Ahí es donde resulta más evidente la gran documentación que ha debido manejar el autor, aunque la va filtrando, dejando que empape el texto y al lector, sin que se note. Sin largas páginas de explicaciones.

Las dos tramas (como comentamos en el podcast del Certamen de Novela Histórica de Úbeda Pedro Pablo Uceda y yo) se pueden sostener perfectamente de forma independiente. Podrían ser dos novelas separadas, aunque funcionan como una maquinaria bien engrasada juntas. Las historias se van entremezclando, alternando los momentos históricos con agilidad, de ahí el magnífico ritmo de la novela que, a pesar de sus casi seiscientas páginas, su lectura corre como la pólvora.

Me ha gustado de manera especial cómo se trata la figura de Pizarro, que en ese momento no es ningún jovencito, ya que acarrea cincuenta años a sus espaldas. Y, sin embargo, físicamente es un titán, capaz de dejar atrás a soldados más jóvenes, de no comer, de dormir apenas nada y seguir adelante con una determinación pétrea. Pizarro arriesgó su dinero y su hacienda en esta gesta y, de hecho, unirse a Almagro y Luque lo hizo casi en exclusiva por motivos económicos.

Tal como nos explicó José Luis Gil Soto en un encuentro que mantuvimos con el club de lectura, el nexo de las dos tramas históricas, la de los incas y la de Pizarro, es la crónica que el inca Garcilaso de la Vega, el primer gran escritor hispanoamericano, de madre inca y padre español, hace del encuentro entre Atahualpa y Pizarro. Y, aunque lo cuenta de oidas, por lo que sabe gracias a la familia de su madre, es de un valor histórico innegable. Su crónica es la más creíble, aunque también contiene algunos errores, introducidos, quizá, para limpiar, de alguna manera, la imagen de su padre, que en su día fue acusado de traición.

Una de las cosas que más me han gustado de Lágrimas de oro es que se mantiene alejada de la "leyenda negra" y también de la "rosa" de la conquista. Además incide en las similitudes en cuanto a los comportamientos humanos. Da igual que sean españoles o incas: en muchas ocasiones se mueven por las mismas ansias de poder y el afán por controlar el territorio. Y nos hace ver, como claridad, que el imperio inca no fue esa Arcadia feliz que muchos se empeñan en contar, sino que también estuvo forjado a sangre y fuego y sus luchas intestinas fueron sangrientas y crueles.

Respecto a la trama que sucede en la época actual, hay una interesante llamada de atención acerca de los robos que se cometen en las iglesias de la España rural, una realidad sangrante y poco conocida. Esas iglesias, que muchas albergan en su interior auténticas joyas, están desprotegidas y al alcance de gente sin escrúpulos. También me ha gustado conocer esa faceta más oscura del coleccionismo, el acaparador, el de la rapiña, encarnado en la figura de Julio Adelman, un hombre fetichista y obsesionado con los objetos de una determinada época. Y, por supuesto, es muy enriquecedor comocer cómo trabaja el Grupo de Patrimonio Histórico de la UCO, tan desconocido como necesario. 

Os reconozco que he disfrutado muchísimo de Lágrimas de oro y no me canso de recomendarla. Os aseguro que es una lectura para perderse en sus páginas y olvidarnos del mundo mientras vivimos en ella.


martes, 3 de mayo de 2022

EL ÚLTIMO VALLE VERDE de Mark Sullivan

Recuerdo con una sonrisa la presentación de la novela anterior de Mark Sullivan, que la editorial Suma de Letras organizó en su sede de Madrid. La Navidad ya lo llenaba todo y hubo tiempo para hablar del libro, compartir brindis con amigos y para recibir un regalito muy especial que aún guardo con mis adornos navideños y saco cada año para colocarlo en algún lugar especial. Descubrimos entonces, en Bajo un cielo escarlata, la historia real, aunque ficcionada, de Pino Lella, en plena Segunda Guerra Mundial, que tuvo que abandonar su sueños y su juventud para unirse a una red clandestina que salvaba judíos a través de los Alpes. Y aunque en algunos momentos tuve la impresión de que la acción era algo plana y con poco desgarro emocional para lo que se estaba narrando, en general me gustó. 

En esta nueva novela, El último valle verde, Sullivan nos vuelve a descubrir una historia real que, hoy día, resulta de dolorosa actualidad: la terrible y peligrosa huida de una familia entera desde Ucrania rumbo a Alemania en pleno 1944, buscando la libertad que los soviéticos amenazan cada vez más. Un viaje lleno de coraje pero también plagado de riesgos, en el que sus vidas estarán expuestas más de una vez. Al igual que en la novela anterior, hay flecos que no han terminado de llenarme y que os contaré más abajo, aunque no deja de impresionar a qué está dispuesto el ser humano para salvarse y salvar a los suyos.

EL EXILIO DE LOS VOLKSDEUTSCHE

A finales de marzo de 1944, con las tropas soviéticas avanzando en el territorio de Ucrania, el matrimonio formado por Emil y Adeline Martel se encuentra en una encrucijada terrible: esperar a que esas tropas terminen de invadirles y correr el riesgo de ser enviados a Siberia o unirse a la caravana que los nazis, que huyen del país, han organizado para salir de allí. No se fían de ellos, saben de lo que son capaces, han vivido sometidos a su tiranía, pero han jurado proteger a quienes viajen a su lado. No todos los ucranianos que lo deseen pueden partir en esa caravana, pero los Martel son una de las muchas familias de ascendencia alemana cuyos antepasados llegaron a Ucrania para cultivar los campos. Los Martel, como tantos compatriotas, han sufrido lo que es vivir bajo el terror del régimen de Stalin, por lo que acaban decidiendo unirse al convoy nazi. Deberán enfrentarse a terribles dificultades, a encontrarse, muchas veces, en pleno campo de batalla entre dos ejércitos poderosos, pero su unión como familia y la esperanza de una vida mejor les dan fuerzas incluso en los peores momentos.

La historia de la familia Martel es, como señalo en el resumen, una historia de superación, de riesgos, de hambre, violencia, miedo y sangre. Pero también una historia de esperanza, que es lo único que acaba por empujarlos a seguir a pesar de todo. Los Martel son descendientes de los llamados Volksdeutsche, los "alemanes del Mar Negro", que llegaron a Ucrania ya en el siglo XIX para repoblar inmensos territorios y cultivar los campos, cosa que hicieron con gran habilidad y éxito. Nunca asimilaron la cultura rusa que se les impuso y, a finales de 1941, tras la invasión nazi de las regiones occidentales de la URSS, los soviéticos deportaron a muchos de ellos a Siberia acusándolos de ser espías alemanes. De ahí la decisión de Alemania de evacuarlos bajo su protección.

La novela es una suerte de "road movie" literaria, ya que seguimos el viaje del matrimonio Martel y sus dos hijos, a quienes acompañan los padres y la hermana de Emil y la madre y la hermana de Adeline en tres carromatos diferentes. Nada es sencillo. Desde el primer momento han de decidir qué llevan y qué no y abandonar la que ha sido su casa durante años, abandonar su pueblo, a sus amigos, sus rutinas. En diferentes momentos, los recuerdos de alguno de ellos nos retrotraen a cómo se conocieron, a cómo era su vida, a su boda y, especialmente, al espantoso Holodomor, el feroz genocidio ucraniano organizado por Stalin, que mató literalmente de hambre a más de millón y medio de ucranianos con la excusa de una "colectivización forzosa". Para conseguir que las tropas nazis los reconozcan como descendientes de alemanes solo cuentan con una Biblia que contiene los nombres de la familia, como tantos otros, pero es lo que les sirve de salvoconducto.

La narración nos va llevando prácticamente día a día del éxodo de los Martel y del resto de la gran caravana organizada para ello. En el camino se enfrentarán a la muerte de muchos miembros de esta gran muchedumbre que huye. Y Emil, por su parte, cargará no solo con el miedo por su familia y su futuro, sino, además, por un secreto relacionado con el mayor Haussman, del ejército nazi, que, de alguna manera, "ayudó" a conseguir su puesto en la larguísima columna de carromatos. El pánico a ser reconocido por él se convierte, en muchas ocasiones, en algo físico y atroz.

Creo que El último valle verde es una buena novela para comprender lo que sucedió, para conocer unos hechos que a mí, personalmente, me han resultado novedosos y para volver a estremecernos ante lo que es capaz el ser humano en su peor vertiente. Pero también en la mejor. Una historia de superación y de sacar fuerzas de donde no quedan para seguir en pie y caminando con tal de que tus hijos alcancen el sueño de una vida tranquila, un techo y comida cada día. Hay escenas duras, aunque, para mi gusto, les falta algo de brío, de "calor" al contarlas y eso es algo que, como os decía al principio, no ha terminado de convencerme.

Y es que, a pesar de todas las penalidades que los Martel sufren y, como ellos, todos los ucranianos que escapan de los soviéticos, me ha faltado empatía con su dolor por parte del autor. Creo que peca de frío, de no poner el corazón en lo que nos muestra, como si fuese un mero documental. Incluso en las reacciones de los personajes existe esa sensación de poca emoción. Está todo bien contado pero carece bastante de dramatismo, de emotividad, algo que ya detecté en la novela anterior del autor. Hay. incluso, alguna escena que debería resultar terrible y estremecedora y que acaba convirtiéndose en algo que chirría por el modo aséptico con que nos la presenta. Y no se si será debido a la traducción, pero la palabra "carromato" se repite hasta la extenuación, llegando a aparecer seis o siete veces en un par de párrafos.

A pesar de todo, creo que merece la pena leer El último valle verde para conocer lo que fue aquel periplo extenuante y lleno de dureza que sacó a tantos ucranianos de su tierra. Es un canto a la valentía y al coraje de quienes lo dejaron todo buscando otra vida, con la ilusión y la esperanza como únicas certezas. Y os recomiendo que investiguéis sobre la vida de los Martel, os van a sorprender.