jueves, 20 de diciembre de 2018

AUTOFOBIA de Juan Ramón Biedma (RESEÑA Y ENTREVISTA)

Conocí a Juan Ramón Biedma hace unos años, en Getafe Negro. Presentaba, en aquella ocasión, su novela Tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado (que se ha retitulado para las ediciones más actuales, a mi pesar, como Londres, 1891). Por entonces no había leído nada de este autor y me fascinó el título y lo que se contaba en la charla, así que me hice con él y desde ese día me enamoré del modo de escribir de Juan Ramón. De la ambientación que es capaz de crear, llena de nieblas y frío aunque luzca un sol espléndido. Todo en la narrativa de Juan Ramón es extraordinariamente original, diferente a nada que hayamos podido leer antes. No tiene miedo a tocar temas que puedan resultar incómodos o levantar ciertas ampollas. Tampoco a dejar un regusto de pellizco en el estómago al terminar de leer algunas de sus páginas. Pero eso es lo que a sus fieles, que somos muchos, nos encanta.

Gran conocedor la de literatura gótica y de terror, Biedma es capaz de dar una vuelta de tuerca incluso a los clásicos para hacerlos más turbadores por el simple hecho de hacerlos más próximos. Es posible que tengamos el mito del vampiro ceñido a las capas negras y a los Cárpatos o, los más jóvenes, a bisoños estudiantes de instituto que pegan saltos entre los árboles. Pero qué diferente puede verse cuando nos contempla desde debajo de unos cartones, apestando a alcohol y pidiéndonos una ayuda, por favor. Seguramente no sea una moneda lo que busque.

ES IMPOSIBLE QUE ESTEMOS ESCUCHANDO UN COLUMPIO EN LA BUHARDILLA


Autofobia es una selección de relatos que Juan Ramón Biedma ha elegido de su abundante producción de este tipo de narraciones. Pocos como él son capaces de provocar un escalofrío en apenas dos líneas. Es cierto que su estilo y el modo descarnado de presentar personajes y hechos que se salen por completo de lo habitual no sean para todos los públicos. O la manera en que nos hace caminar por el filo de la navaja entre la realidad y los miedos, tan comunes para todos y, a la vez, tan ocultos detrás de nuestras miradas. Quizá por eso es difícil sustraerse una vez que caes dentro, porque reconocemos pequeños pedacitos de nuestras pesadillas.

En Autofobia vamos a conocer a un monstruo de Frankestein en plena Guerra Civil española. La noche de Reyes de un pederasta. La búsqueda que Gaspar hace de su amigo Antón en una ciudad dirigida y hasta reconstruída por la masonería con el frío del invierno mordiendo los huesos. Y conoceremos a uno de los personajes más inquietantes con los que he tenido la suerte de dar: el padre Full, un sacerdote sin fe que conoce todos los infiernos. 

Juan Ramón Biedma tiene una inquietante capacidad para hacernos mirar hacia aquellos rincones oscuros  que no queremos ver, hacia lo más roto de la sociedad, hacia las mentes enfermas que viven en mundos que nada tienen que ver con el nuestro. Nos enseña las calles abandonadas, los edificios en ruinas en los que se hacinan los que ya no tienen nada que perder, porque hasta el alma han vendido al mejor postor. Las perversiones más bajas, la locura, la aterradora indefensión de los más débiles, las palabras que no curan ni salvan porque quien las pronuncia sabe de su falsedad, los demonios que llevamos dentro listos para saltar o lo que se acercan a un confesionario en una iglesia. 

Hay una enorme calidad literaria en cada uno de los relatos. El oficio de escritor es algo que el autor parece llevar en el ADN. Y ese es solo uno de los motivos por los que podría recomendar la lectura de Autofobia o de cualquier otro libro de Biedma. El principal es que nos saca de nuestra zona de confort, nos hace salir de la experiencia habitual y conocida de leer un libro para llevarnos un paso más allá y que levantemos los ojos de la última página con la sensación de que hemos traspasado un umbral diferente. Puede que no muy confortable y que salgamos arañados, pero merece la pena. Siempre merece la pena.

La autofobia es, en realidad, el miedo a nosotros mismos, a la soledad, a ser conscientes de lo que somos en realidad. Y descubrirnos quizá no sea un ejercicio muy placentero porque todos tenemos esquinas en las que no queremos que entre la luz, en las que escondemos lo peor de nosotros mismos. Esas mismas esquinas que Juan Ramón Biedma convierte en recodos reales de calles reales habitadas por gentes capaz de lo peor. Sí, exactamente como podemos llegar a ser cualquiera si se tocan las teclas adecuadas. 

Aunque penséis que no es vuestro tipo de lectura, dadle una oportunidad. A veces es mejor bajar un poco al inframundo. Se sube, en cierto modo, renovado.

Para terminar os dejo una pequeña entrevista con Juan Ramón. Puede parecer que alguien capaz de escribir cosas como las que él escribe nos haga pensar que vamos a encontrarnos con una especie de señor oscuro sentado en un salón en tinieblas y apenas amueblado. Pero es todo lo contrario: un hombre que emana una calidez que envuelve, generoso, con un enorme sentido del humor y capaz de abrazarte solo con la mirada. 


1.      Los relatos contenidos en “Autofobia” los has ido escribiendo en los últimos años y han sido publicados en medios muy diferentes ¿Cómo surge la idea de recopilarlos en este libro?
En realidad han sido los lectores los responsables de su gestación, por eso este libro tiene ese carácter tan particular, una especie de encargo de todos. Hace mucho tiempo que me preguntaban dónde podían encontrar ciertos relatos que fueron editados en antologías hoy descatalogadas, además de la dificultad que supone buscar en muchas fuentes distintas,
De ahí que cuando Grupo Tierra Trivium me propuso el proyecto, me pusiera rápidamente manos a la obra.

2.      Tus novelas han sido catalogadas en muchos casos como inclasificables por la mezcla de géneros que suelen albergar (negra, policíaca, de ficción, sobrenatural…), algo que también podríamos afirmar de tus relatos, en los que te mueves con mucha soltura. Pero ¿prefieres uno de los géneros sobre el otro?
No puedo decir que lo prefiera pero sí es cierto que el policíaco prevalece sobre los demás aunque también debería decir que, fusionado con ellos, los articula, los refuerza y los compacta.
Aún no me tropezado con ningún tema o peripecia que no puedan ser presentados al lector bajo la forma de una novela delictiva.

3.      Conociendo la intensa planificación con la que afrontas tus novelas ¿qué es lo que te inspira a la hora de escribir un relato? ¿Algo que ves, que te llama la atención? ¿Una noticia, una imagen?

Tu pregunta me hace retroceder y analizar un proceso en el que raramente reparo y me deja un poco descolocado, hasta concluir que aunque es cierto que en ocasiones hay determinados estímulos del exterior que me turban lo suficiente como para ser susceptibles de terminar convertidos en narración, la mayoría de las veces se trata de una búsqueda de los elementos que conforman una historia cuyo origen termino olvidando en la transición.
Es necesario tener que presente que algunos de estos relatos parten del requerimiento de antólogos que ya me proponen un tema o un género; mi trabajo consiste entonces en respetar esos parámetros pero hacer saltar los límites en pedazos para que no sofoquen mi propio estilo.

4.      El padre Full es protagonista de varios de los relatos. Un sacerdote que podríamos denominar “peculiar” y que puede provocar cierto escalofrío. ¿Quién es el padre Full? ¿De dónde sale? ¿Qué le mueve?
El padre Full surge de los guiones de una serie radiofónica que se emitía de madrugada en Canal Sur hace quince años. Ya en aquella época llegamos él y yo a un buen entendimiento y de vez en cuando sigue resurgiendo entre mis páginas.
Al contrario de lo que se podría pensar, Full no tiene problemas de conciencia -ahí estriba su singularidad-. De ninguna clase. Hace ya tanto que dejó de creer en Dios que Dios ha dejado no sólo de ser un problema para él, sino hasta un componente de su ecuación. Le queda el resto de la gente y un tedio interminable, así que se dedica a ponerse y a ponernos a prueba para ver qué es lo que ocurre.

5.- En todos los relatos de “Autofobia” aparecen personajes que parecen sacados de algún infierno cercano. También calles o lugares que van más allá de lo marginal, casi propios de una pesadilla. ¿Te inspiras en la realidad o más bien optas por crearlos, por dibujarlos con palabras?
La realidad está aquí, más pujante, envolvente, chirriante, asquerosa, amenazante, adictiva y enloquecedora que cualquiera de mis personajes o escenarios, pero es que salimos poco.

6.- Una nota común en lo que escribes es tu capacidad para estremecernos con apenas dos pinceladas. Con la descripción de un sonido, tal vez. O con una sombra que no sabemos si va a moverse. ¿Está el miedo en nosotros mismos? ¿Qué es lo que a ti te da miedo?
No creo que tuviera más de seis o siete años la última vez que experimenté miedo artístico (ese terror delicioso provocado por novelas, cómics o películas). Desde entonces me paso la vida observando e intentando desentrañar los mecanismos que provocan esa clase de miedo en los demás, que, por cierto, constituye una de las emociones más fascinantes del ser humano, por su cualidad de atracción / rechazo.

7.      No temes enfrentarte a temas tan delicados como la pederastia, la prostitución, las drogas, los gustos sexuales extremos. ¿Hay algún límite a la hora de trasvasarlos al papel? ¿Te impones tú algún límite?
No sólo procuro no censurar ningún tema, por extremo, odioso o inaceptable que sea, sino que considero que cualquier escritor está obligado a manejarlos si sus tramas los conducen hasta ellos.
El problema no está en el tema sino en el tratamiento con el que lo presentemos. Encontrar ese punto en el que, sin faltar a lo que nosotros consideremos verdad, podemos  vencer las convenciones sociales y espolear al lector, sin caer en excesos ni en torpes sobreactuaciones es lo auténticamente complicado.

8.      “El sueño de la razón produce monstruos” ¿Lo ratificas o lo desmientes?
La estupidez produce aberraciones. Esto, sin duda es una gran verdad. Algunas de las más implacables. Pero la inteligencia también produce monstruos, monstruos con poderes muy refinados con una capacidad de transformación que los hace aún más peligrosos.

9.      ¿Qué autores son tu referencia, a los que te gusta volver, esos que hacen que te sientas como en casa?
Me encanta como me formulas la pregunta, porque no quieres saber cuáles son mis autores preferidos (cuestión que en cada ocasión respondo con una terna distinta).
Verás, me siento perfectamente acogido en las novelas y en la obra dramática de Enrique Jardiel Poncela, en los policíacos de Edgar Wallace y de Sax Rohmer -tan próximos al folletín, tan de otra época-, en los cuentos de Arthur Machen y de Juan García Hortelano... Todos medio olvidados, todos muertos.

10.   ¿En qué estás trabajando ahora? Hasta donde puedas contar…
Pues trabajo en diversos frentes, querida Yolanda.
Reviso una novela que está a punto de publicarse, un policíaco situado entre Sevilla y México. Escribo a cuatro manos una obra de no ficción con una estupenda compañera y preparo la documentación de mi nueva novela: una actualísima historia de fantasmas ubicada en la Sevilla del siglo pasado.





8 comentarios:

  1. Me alegra muchísimo ver reseñas de antologías de relatos pues es un género muy descuidado y al que se le tendría que prestar más atención. ¡Me lo apunto sin ninguna duda! Muchas gracias por tu reseña.

    Nos vemos entre páginas
    La vida de mi silencio

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  2. Magníficas la reseña y la entrevista. Recuerdo perfectamente la foto que las acompaña y a Isabel mirándote con esa cara de decir: “niña , mira a ver con quién te juntas “.

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  3. Yo soy poco de relatos, la verdad, pero te agradezco mucho esta completa entrevista con el autor. Besos

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  4. Me atrae mucho lo que cuentas de su forma de escribir, lo que no me convence tanto es que se trate de relatos de los que no soy muy fan. Besos.

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  5. No he leído nada del autor, pero no soy muy entusiasta de los relatos, aunque algún libro cae.
    Buena entrevista.
    Besos

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  6. ¡Hola!

    No conocía a este autor, ni el libro. Me ha encantado la entrevista, y el libro me da curiosidad.

    Un besito.

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  7. La verdad es que los relatos no son lo mío, me quedo como a medias ¿sabes? Pero me gusta lo que cuentas.
    Besos.

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  8. Y yo que no he leído nada de Juan Ramón todavia!!! (emoticon de manos en la cabeza)... Uff, me da hasta vergüenza. Algún día lo haré. La verdad es que tengo alguna novela en casa pero los relatos me encantan con lo que no descarto empezar con este. Besos

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