jueves, 30 de mayo de 2019

CÓMO VIVIR UNA ENFERMEDAD INCURABLE de Carolina Torres Fernández

El mejor regalo, sin duda, que me dejaron los años que estuve participando y dejando opiniones en la página de Ciao! fue conocer a tanta gente maravillosa con los que, aún hoy y después de que la página se cerrase tras una larga agonía, sigo teniendo contacto y amistad. De todos ellos, una de las más especiales es mi querida Conxi, que siempre es una luz que ilumina cualquier oscuridad y una de las personas más generosas y estupendas que conozco. Hace unos meses Conxi me habló de su amiga Carolina y del libro que esta había escrito después de pasar por una etapa terrible de su vida. Carolina era un ejemplo de superación y me pidió que le hiciese un huequito en este blog para darlo a conocer. Y aquí estoy, dispuesta a cumplir mi promesa y a presentaros un libro que, creo, puede ayudar a muchas personas a encarar no solo enfermedades incurables, como la de Carolina, sino otras que nos incapacitan temporalmente o que nos hacen someternos a tratamientos largos y desesperantes. 

He tenido la suerte, además, de que Carolina me explicase de primera mano qué quería conseguir con este libro, como veréis al final de este post.

Cómo vivir una enfermedad incurable nos trae en primera persona lo que le sucedió a la propia Carolina con su salud. Falta de aire, vértigos, síncopes que la dejaban sin conocimiento durante horas... los médicos achacaban todo a un tema psicológico, alegando que estaba somatizando el dolor por la pérdida de su hermana pocos meses antes. Los síntomas fueron a peor, incluso llegó a estar dos días tirada en el suelo de su casa, recuperando la consciencia a cada rato pero sin poder moverse. Se queja, con razón, en las primeras páginas de la actitud de los médicos y los servicios de urgencias que la tildaban de loca y le recetaban ansiolíticos mientras ella sabía que todo iba mal y que agonizaba. Finalmente fue diagnosticada de hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad silenciosa y muy grave. Los especialistas tuvieron que pedirle disculpas por no haberla detectado a tiempo, lo que acortaba su esperanza de vida, pero Carolina, deportista, vital y valiente, decidió no rendirse e iniciar una vida renovada a pesar de todo.

Hoy día, con una bomba de perfusión pegada a su cuerpo, Carolina solo quiere vivir y hacerlo de la manera más plena y feliz posible, de ahí este libro. Un libro en el que da consejos de todo tipo para que la enfermedad no se adueñe de todo tu ser, para que no dejes de ser tú y de seguir haciendo, de alguna manera, lo que te gusta. Para alejarte de los días oscuros o, al menos, ser capaz de sobrellevarlos, para organizar tus propias escalas de valores sin importar el qué dirán, para gestionar el estrés. Pero también hay consejos de alimentación, de ejercicios, de posturas cuando estás postrado en la cama y para aumentar y mejorar la autoestima. Una lectura que es un canto a la vida y a las ganas de seguir adelante a pesar de todo.

Y aquí os dejo las palabras de la propia Carolina, que son la mejor carta de presentación.

1. ¿Qué me motivó a escribir el libro?

Me motivó mi vivencia. El proceso de estar muriéndome sin saberlo y llegar a ingresar en la Unidad de Curas Intensivas (UCI) muy grave y con pocas esperanzas de sobrevivir. Ver que no podía irme sin aprender a amar de verdad y a disfrutar de mi existencia, sentir el placer y la paz de ser feliz simplemente porque estaría viva. Si moría, no habría cumplido con este cometido. Tuve experiencias cercanas a la muerte y entendí que podía vivir una segunda oportunidad independientemente de cómo quedase físicamente. Solo quería saber vivir mejor de lo que había vivido. Automáticamente vi un cilindro de luz muy denso y potente que me atravesaba el corazón y los pulmones. Empece a llorar de felicidad. Sentí una paz que nunca había sentido, me sentí salvada. A medida que pasaban los días en la UCI iba mejorando. Los médicos también lo dieron todo, confiaron en que algo mágico también podía ocurrir y respetaron mis necesidades en cambios de protocolo o directrices. El líquido que llenaba mis pulmones y corazón fue disminuyendo, en un mes ya había desaparecido por completo, en tres semanas pude levantarme de la cama, en dos meses me quitaron el suministro externo de oxígeno, en tres salí del hospital… y ahora que han pasado dos años puedo andar hasta 7 km en un dia.

Cuando intuyes que puedes vivir y quieres tomar la enfermedad como camino de aprendizaje, existe una fuerza sobrenatural y un acompañamiento incondicional. Este camino y esta experiencia, pensé que debía estar descrita para dar esperanza a otras personas que están en situaciones graves e intentan vivir para ser mejores a pesar de lo que les haya sucedido. Esta experiencia que te hace evolucionar como persona también puede repercutir en el físico, yo me estoy recuperando de una enfermedad cardiopulmonar grave, progresiva y mortal.

2. ¿Qué espero de él y de sus enseñanzas?

Que ayude a todas  las personas, enfermas y no enfermas, porque es un canto a la vida. Mi libro está lleno de mensajes y aprendizajes para todo ser humano. Debemos entender que lo único importante es qué alma entregamos en el momento de morir, no que cuerpo vamos a dejar. Debemos entregar algo mejor de lo que se nos fue dado al nacer.
Con el método flowing health descrito en el libro, el cual significa fluir en tu estado de salud, las personas enfermas pueden aprender a ejercitarse cuando están en la cama hospitalaria y en casa sin poder moverse mucho. También incluye tres meditaciones imprescindibles para vivir cualquier proceso de recuperación o vital, funcionan! Puedes vivir cualquier proceso con más serenidad y confianza, en ti mismo y en la situación.
El método que he creado a partir de mis conocimientos y aprendizaje personal me ha salvado la vida y me está ayudando día a día (estoy mejorando físicamente y a pesar de mi diagnóstico, vivo feliz!).

Un abrazo,
Carolina Torres.






lunes, 27 de mayo de 2019

EL EDÉN DE LAS MANITAS DE CERDO de Enrique Pérez Balsa

Lo cierto es que en los últimos años el Premio Wilkie Collins de Novela Negra me está trayendo muchas alegrías. En general las obras ganadoras son un soplo de aire fresco en el género, arriesgan, se salen de los cánones habituales. Ya hace dos años quedé completamente impactada con Ya no quedan junglas adonde regresar, de Carlos Augusto Casas, una historia oscura, dura, sin concesiones, con un plantel de personajes entre los que ninguno destacaba, precisamente, por su bondad y que fue una de mis mejores lecturas del año. Hoy día la sigo recomendando y más después de saber que Netflix ya tiene los derechos para llevarla a la pantalla. 

Este año el ganador ha sido Enrique Pérez Balsa, con una novela de título sorprendente y contenido más sorprendente aún, El edén de la manitas de cerdo, con la que reconozco que he disfrutado una barbaridad. No solo por la originalidad del planteamiento y de la historia, sino por algunos episodios que me han hecho, literalmente, llorar de risa. Y seguramente la pregunta sea si caben esas carcajadas en una novela negra: la respuesta es que sí, sin duda, porque no están forzadas ni son un intento de hacer la trama más ligera para ganarse al lector y porque la risa, al fin y al cabo, forma parte también de nuestra realidad.

ELEGÍ UN MAL DÍA PARA CAMBIAR DE VIDA...


Luis lleva una vida anodina y absolutamente gris. Divorciado, con una relación tensa con su ex mujer, dos hijos adolescentes, con un sueldo del que la mitad se le va en pensiones y harto de todo y de todos. En su trabajo tampoco las cosas van mejor, porque su jefe parece experto en ponérselo todo muy difícil. Aún puede contar con sus padres, que siempre están para lo que necesite, pero el resto de su mundo es un completo desastre. El tema del dinero es el que más le escuece porque sabe que no puede comprar a sus hijos lo que le piden ni permitirse ninguna "alegría" a nivel personal. Sigue comiendo más o menos bien porque su madre le surte de tápers pero hay poco más de lo que pueda sentirse feliz.

Sin esperarlo, una puerta parece abrirse: el contable de su empresa, en la comida de Navidad, le habla de la posibilidad de un negocio seguro y muy lucrativo que, además, le pondrá al día en sus apolillados asuntos sexuales: inscribirse en una web de citas como "acompañante" de mujeres que lo solicitan. A pesar de las comisiones que debe pagar de lo que cobre y de saber más bien poco acerca de lo que se va a encontrar, Luis ni se lo piensa. Dinero y sexo fácil. Un chollo. Pero no todo iba a ser tan sencillo, claro. Las mujeres que solicitan sus servicios no son las sumisas muñecas que aparecen en las películas porno: exigen, saben lo que quieren, reclaman, sin complejos, que su dinero sirva para cumplir lo que desean, sea lo que sea y Luis se ve enmedio de un mundo en el que no sabe que esperar. Un mundo en el que hay proxenetas violentos y una peligrosa red delictiva que le van a exigir los pagos debidos y no precisamente de forma amable. Por si fuera poco, un crimen inesperado pone a Luis en el punto de mira de la policía y todo comienza a torcerse y a volverse muy turbio.

Narrado en todo momento en primera persona por Luis con un lenguaje sencillo, coloquial, a veces coloquial y vulgar sin llegar a ser chabacano, El edén de las manitas de cerdo consigue algo fundamental en una lectura: agarrarte con fuerza desde la primera página. Es fácil empatizar con el protagonista: un antihéroe absoluto rendido ante las circunstancias de su vida y que pocas veces se atreve a decir lo que piensa de verdad, aunque dentro de su cabeza tenga respuestas para todo:

" - ¡Qué bastardo más simpático!, como te pille en un callejón sí que vas a parecer que te has caído por un barranco, pero después te ha sepultado un alud y luego te han roído las alimañas. Y podías tener un mínimo de respeto, ya que vienes a comer por la gorra, que, por cierto, como no te quites esa gorra de mierda, te la meto por el culo y te la saco por el aro ese que tienes en la oreja...
   - Papá - me interrumpe mi hija - ¿qué te pasa? Te has quedado sonriéndole a Nano y murmurando algo que no hemos entendido."

Un tipo gris, sin demasiadas ilusiones, que de repente cree que se le abren las puertas del paraíso, que va a tener sexo a destajo y que, encima, le van a pagar por ello. Que podrá comprar el ordenador y el móvil que le piden sus hijos. Que va a ser un triunfador. Hasta que la cruda realidad se impone y las sucesivas citas que va teniendo son cualquier cosa menos noches de gozo de macho dominante. Y que, para colmo, las comisiones que debe abonar a la organización en la que ha entrado le son exigidas con métodos muy poco cordiales. El miedo se va imponiendo y más cuando se ve involucrado en un crimen del que no puede dar muchas explicaciones.

Como os decía arriba, hay pasajes realmente hilarantes no solo por lo que se cuenta en ellos sino por cómo se cuenta. Los efectos de una sobredosis de viagra, las peticiones de algunas de sus "clientas", los resultados de alguna cita que no son los esperados... he llegado a tener serios problemas para contener ataques de risa en el metro. Pero también, como buena novela negra, además del crimen, de la investigación y de la tensión que se va incrustando en la vida de Luis, hay una fuerte carga de denuncia social, empezando por esas páginas de citas que esconden trastiendas escabrosas de las que nadie te habla.

El Madrid más popular sale a la palestra, el de los barrios y los bares de toda la vida, para ser el escenario de las peripecias de Luis y su entorno. La narración es dinámica, muy ágil, sin perderse en largas descripciones. Enrique Pérez Balsa sabe ir dosificando la tensión haciéndola crecer en cada capítulo, pero sin salirse del peculiar modo que tiene Luis de contar las cosas, intercalando incluso conversaciones de whatsapp o correos electrónicos. Su vida, tal como la conoce, está a punto de volar por los aires y él no sabe desde dónde le va a llegar el próximo golpe o el siguiente mal rato. Por más que intenta controlarlo todo hay demasiadas cosas que se le escapan y cada vez va más a la deriva, pero sin perder su singular modo de pensar y actuar. Y eso es lo que hace esta novela tan especial.

Definitivamente El edén de las manitas de cerdo es una novela que os invito a conocer porque sé, positivamente, que la vais a disfrutar y que encontraréis en ella una propuesta original y diferente dentro del género negro. Una apuesta ganadora, sin duda.