jueves, 25 de septiembre de 2025

YO, TEMPLARIO de Verónica Martínez Amat

Que el nuevo sello de novela histórica de Planeta, istoría, viene pegando fuerte, es ya una realidad. Ediciones cuidadas, tramas potentes y autores con proyección son su carta de presentación. Ya os hablé en una reseña anterior de La mano negra, de Daniel Corpas, y hoy os traigo Yo, templario, de la autora Verónica Martínez Amat, filóloga e investigadora histórica alicantina, que cuenta ya con un buen ramillete de títulos anteriores que incluyen, además de la histórica, la novela negra. 

Los templarios siempre están en primera línea en cuanto a ficción histórica, sea como protagonistas o secundarios, quizá por ese aura misteriosa que se les otorga. Secretos que, dicen, no han salido a la luz y la famosa leyenda negra que se les endosó por intereses, digamos, poco religiosos. Pero siempre están. Esta novela es un claro ejemplo y, además, tiene el plus de que sus protagonistas son templarios dentro del territorio español, algo que los acerca más al lector. Nunca había leído a la autora y, desde luego, tengo que ponerle remedio. Escribe con una fluidez maravillosa, no se pierde en descripciones eternas ni da rodeos innecesarios. Sabe cómo sumergir a quien se asoma a sus páginas hasta el cuello en lo que está narrando y consigue unos protagonistas sólidos, creíbles y llenos de matices, no simples bustos parlantes. Nos vamos, pues, a Tortosa y a finales del siglo XIII...

"NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIAM" - LEMA TEMPLARIO

No a nosotros, señor, no a nosotros, sino a Tu nombre da la gloria. Este lema marca a fuego el carácter de los caballeros templarios para recordar, siempre, que las alabanzas y la gloria han de ser siempre para Dios y no para ellos mismos.

El viaje de Yo, templario nos lleva hasta ese final del siglo XIII y a casa de los Monrós, en Tortosa, una noble e influyente familia. Allí Hug, hijo del señor de la casa, sufre constantes reproches y desprecios por parte de su padre y su hermano mayor, debido a su amor por la lectura y el estudio. Además es torpe y corpulento, lo que no le hace ser demasiado hábil con las armas. La llegada de un caballero templario a visitar a su padre cambia su destino, ya que se fija no en sus habilidades físicas, sino en su intelecto. Ofrece al padre llevárselo para formarlo dentro de la orden y para Hugh se abre un nuevo horizonte. Tres años después, en el camino que lleva a Llutxent, un chiquillo llamado Sunifred es acusado por unos pastores de haberles robado un cordero. Sin achantarse ante los golpes y las amenazas, Sunifred les planta cara hasta que Pedro de Moncada, caballero templario que va de camino a combatir una revuelta mudéjar, le socorre. Pocas horas después, tras una feroz batalla contra los moros, Pedro de Moncada es cogido prisionero. Sin posibilidad de escapatoria, en medio de la noche es liberado sorpresivamente por un guardia, que le explica que un niño le ha pagado con un cordero su libertad. Ante este gesto, Moncada decide llevarse al pequeño con él.

Con el tiempo, Hug y Sunifred comparten vida dentro de la Orden del Temple. Si bien al principio su relación es tormentosa, con el paso del tiempo aprenden a respetarse. Sus orígenes son muy diferentes y también sus maneras de encarar la vida. Sunifred es práctico, no ha perdido ciertas mañas y ha llegado a sargento; Hug es un hombre de profunda fe y férreas convicciones, silencioso y leal, cuya máxima aspiración es ir a combatir a Tierra Santa. Unidos en una misión que les lleva hasta Francia, ambos se van a ver inmersos en una oscura trama que tiene la finalidad de acabar con los templarios.

Como os decía al principio, la novela nos absorbe desde el primer capítulo. La autora no necesita de demasiadas páginas para meternos de lleno en la época y en los lugares por los que transcurre la acción. Es evidente que ha manejado una documentación detallada y rigurosa, pero nunca se recrea en ella, no nos ahoga con multitud de detalles, todo queda perfectamente natural, engarzado dentro de una historia que va creciendo en tensión y en la que la amistad de Hug y Sunifred se va a ver puesta a prueba. Psicológicamente, ambos están maravillosamente perfilados, con sus certezas, sus lealtades, sus dudas, incluso con los sentimientos que procuran no dejar salir.

La Orden del Temple vivía ya un momento complicado en esos años. Tenía muchos enemigos debido al poder alcanzado y se movían muchas piezas para tratar de despojarles de él, aunque fuera utilizando las peores falacias. Ambos protagonistas, tan diferentes uno de otro, van transitar por una historia llena de luchas, de intrigas, de momentos peligrosos y también sangrientos. Estas escenas están tratadas con rigor y con la dureza que requieren, bien coreografiadas y haciendo que sintamos el dolor, el olor de las vísceras tras un espadazo, el miedo y la tensión que acompañan a quienes toman parte. Y es que es una novela en que los sentidos están muy presentes: colores, sensaciones y olores nos rodean, consiguiendo una experiencia lectora completa y muy atrayente

Yo, templario me ha resultado una lectura apasionante, llena de matices, de emociones, en la que no sobra nada y en la que todo transcurre y se cierra sin trampas ni sacando conejos de la chistera. Históricamente está bien trabajada y tiene un ritmo que se adapta perfectamente a cada una de las escenas que pasan ante nuestros ojos. Porque, al final, estamos dentro y, al mirar alrededor, lo que Verónica escribe sucede junto a nosotros. No dudéis en haceros con ella, porque es fantástica.


miércoles, 17 de septiembre de 2025

HEREJÍA de S.J. Parris

 

Ha sido un verano largo, algo tedioso y de los que te quitan las ganas de hacer nada. No sé a vosotros, pero a mí tanto calor me seca las neuronas y el ánimo. He leído, sí, pero ni todo lo que quería ni al ritmo habitual. También es cierto que he tenido que trabajar buena parte de julio y agosto y que no he salido de casa más que para chapuzarme en la piscina o visitar centros comerciales, tarea de riesgo donde las haya. En resumen: que llevo un atraso en lecturas importante y en reseñas ya ni os cuento. Por eso vamos a paliarlo un poco entre Instagram y el blog, a ver si la cosa mejora.

Y nada mejor que contaros mis impresiones sobre Herejía, firmada por S.J. Parris, seudónimo de Stephanie Merrit, periodista y crítica literaria inglesa, que con la serie de novelas de Giordano Brunose ha convertido en una autora conocida y admirada. Herejía es la primera novela de esta saga, que está publicando en España Ático de los Libros, haciendo gala, como siempre, de su buen ojo. Es una mezcla de novela histórica y novela negra y que, además, contiene interesantes reflexiones sobre teología y filosofía, además de hacernos una precisa descripción de la época y de todo lo que se cocía por Europa en el siglo XVI. Vamos, pues, a conocer a Giordano Bruno.

"EN CADA HOMBRE, EN CADA INDIVIDUO, SE CONTEMPLA UN MUNDO, UN UNIVERSO" - GIORDANO BRUNO

Bruno es un fraile que vive en un monasterio italiano, de mente inquieta, y a quien le gustan las lecturas poco "recomendables" para su estatus. Resulta bastante incómodo para sus superiores. Precisamente, la lectura de un libro considerado prohibido (y que él trata de esconder de forma un tanto peculiar), le obligará a escapar del monasterio para evitar caer en manos de la Inquisición. Sabiendo que en Italia su vida siempre va a correr peligro, viaja a Francia, donde obtendrá trabajos muy diversos pero que le sirven para sobrevivir y para conocer a personas que pueden, en un momento dado, ayudarle. Finalmente, el destino le lleva hasta Inglaterra, a la Universidad de Oxford. Aparentemente va para participar en un debate sobre la teoría copernicana, pero Bruno tiene un motivo oculto mucho más personal: localizar un libro que se cree perdido de Hermes Trimegisto y que desea conseguir a toda costa. Por si fuera poco, extraoficialmente está a las órdenes de sir Francis Walsingham para investigar qué hay de cierto en un supuesto complot contra la reina Isabel II. En Oxford se va a encontrar en medio de los enfrentamientos entre la nueva iglesia protestante y los católicos y, para rematar, comienzan a sucederse una serie de extraños asesinatos en la propia universidad. La mente analítica de Giordano Bruno se pondrá a prueba para unir todas las piezas y atrapar al asesino, pero, mientras observa e investiga, cada vez es más consciente de que el propio trono está en juego.

Reconozco que me ha sorprendido en conocimiento que la autora muestra sobre el pensamiento y los conocimientos de Giordano Bruno. Además se permite narrar la historia en primera persona, dando voz al propio Bruno, un hombre muy inteligente y en constante aprendizaje, de gran cultura, pero también irónico, de lengua rápida, mordaz en ocasiones y con un alto concepto de sí mismo, por decirlo de forma breve. Como protagonista es un hallazgo que, además, nos permite volver a descubrirle, algo que es muy esclarecedor. Creo que desde mis tiempos de COU no había vuelto a tener "relación" con él.

La ambientación es extraordinaria, profundamente sensorial, en la que nos fácil sentirnos dentro, ya sea en los páramos embarrados bajo la lluvia o en los oscuros pasillos de la universidad, en la que parece haber más de un misterio. Lo personajes, dibujados también con detalle y llenos de matices, se nos presentan desde los ojos del propio Bruno, que nos los describe tal y como él los ve, tanto a nivel físico como intelectual. En muchas ocasiones seremos testigos de conversaciones intensas en las que se mezclan la teología y la filosofía, que nos permiten vislumbrar las diferentes corrientes de pensamiento mayoritarias en el momento. Y los encontronazos entre la Europa católica y la Inglaterra protestante, que también afectan a la política y a las relaciones diplomáticas entre los diferentes países, están siempre en primer plano.

Herejía es un brillante ejercicio que se mueve con soltura entre lo histórico, el thriller y el saber. Puede que, en ocasiones, las conversaciones que versan sobre las diferentes teorías resulten un tanto áridas, pero de todas se saca algo interesante. He echado de meno la traducción de las frases en latín e italiano que jalonan la novela de cuando en cuando, porque me parece que aportarían mucho al conjunto; algunas son sencillas e entender, pero otras no tanto. 

Animaos a conocer a Giordano Bruno y su peculiar sentido del humor. Y hacedlo con la mente abierta, porque tiene mucho que ofrecer. Seguro que os acaba cautivando como a mí.