Que este no está siendo un año fácil, ya lo sabemos todos. No voy a abundar en la tristeza, en las vidas que se siguen perdiendo ni en las restricciones que, nos gusten más o menos, nos sirven para mantenernos a salvo del dichoso Covid. Hoy quiero loar la valentía de quienes, a pesar de esta marea que nos arrastra y nos pasa por encima, pelean porque la cultura siga siendo visible, que se mantenga por encima de esta especie de manta de tristeza y calles vacías en que se nos ha convertido la vida.
La organización del Certamen de Novela Histórica de Úbeda ha luchado con todas sus fuerzas para que este encuentro de autores, público, medios y recreaciones históricas pudiese celebrarse. Con todas las medidas de seguridad y cumpliendo hasta el último detalle de la normativa aplicable en el caso de Andalucía, lo que provocó una reestructuración de los actos y cambios de horarios hasta el último momento. También sufrió bajas tanto de autores participantes como de medios que suelen estar presentes; la amenaza del virus es poderosa, los transportes no funcionan con normalidad y la preocupación y el temor a compartir espacio con más personas son motivo suficiente.
Con todo, que el Certamen pudiese celebrarse con cierta "normalidad" creo que era una prioridad. Una demostración de que la cultura es segura, de que este tipo de eventos deben seguir adelante aunque sea con un calendario más reducido y una menor presencia de público. El Certamen de Novela Histórica de Úbeda ha adquirido la suficiente entidad e importancia para que se merezca estar ahí: vivo, visible y brillante a pesar de todas las circunstancias. En mi caso, acudir era también una prioridad. Tras tantos meses sin salir apenas de casa, disfrutar de encuentros en directo con los autores y volver a compartir charlas con los miembros de la organización y el resto de medios presentes ha sido un regalo. Un bálsamo para curarme un poquito las heridas. Gracias, Pablo Lozano y gracias a la organización por no rendiros, por pelearlo y por vuestro inmenso trabajo.
El primer evento del Certamen tuvo lugar el jueves 12 de noviembre con la entrega del premio "Ivanhoe" a toda su trayectoria a Santiago Posteguillo, que lo recogió personalmente y que señaló en su discurso que "hay que seguir haciendo cultura, porque con la cultura la vida es menos dura". Agradeció también a la organización por mantener el certamen pese a las dificultades. Posteriormente presentó su última novela, acompañado de Javier Velasco, Y Julia retó a los dioses, antes de pasar a la sesión de firmas y mostrar su intención de volver más veces al Certamen.
VIERNES 13 DE NOVIEMBRE
Tras una visita guiada por Rocío, de SEMER Turismo y Cultura, al hermoso Palacio Vela de los Cobos y una comida conjunta con los escritores y medios ya presentes en la ciudad, por la tarde tuvimos un encuentro, en el patio del Hotel Álvar Fáñez, con Juan Luis Pulido para hablar de su novela Lloran las piedras por Al-Andalus. Presentado por Pedro Pablo Uceda, en su obra, viajamos al siglo XIII, a los años posteriores a la derrota de los ejércitos musulmanes en las Navas de Tolosa, un marco histórico que, según Pulido, "no está demasiado trabajado ni tratado en la literatura". En esta ocasión, la narración nos llega desde la perspectiva de un andalusí. Dos visiones del mundo, enfrentadas, y dos culturas que nada tenían que ver una con la otra. Los árabes llamaban también a la Batalla de las Navas de Tolosa la Batalla de la Cuesta, desde donde les llegó un vendaval de hierro y furor que fue extendiéndose por Jaén, Córdoba, Sevilla... Los andalusíes no entendían cómo eso era posible, ya que se sentían superiores a los cristianos.
El autor nos explicó que siempre busca la verosimilitud dentro de la historia que narra, aunque pueda jugar con la Historia, ya que se trata de ficción, y que le gusta, sobre todo, que el lector se sienta dentro de esa historia. Por eso busca el equilibrio entre los hechos históricos y la ficción: su gran reto es encontrar ese equilibrio perfecto.
SÁBADO 14 DE NOVIEMBRE
Por la mañana tuvimos ocasión, por vez primera en el Certamen (y es una actividad que, seguramente, se irá intensificando en ediciones posteriores), de un encuentro solo para medios (periodistas y blogs invitados) con Francisco Bocero. De su mano conocimos su última novela, El último sueño del rey, en la que nos traslada al siglo XVIII, un siglo que él cree que ha quedado oscurecido por la decadencia producida en el XVII y la conflictividad social y política del XIX. Viviremos los últimos días del rey Fernando VI, recluido en el mal llamado Palacio de Villaviciosa de Odón, ya que se trataba de un pabellón de caza, sumido en la depresión y la melancolía tras la muerte de su esposa, Bárbara de Braganza. Un rey que no estaba destinado a reinar, muy prudente y que, durante toda su vida, trató de que España no se viese inmersa en ningún conflicto bélico.
Paco Bocero nos habló de la época, del reinado de Fernando VI, de su matrimonio, de las relaciones con su padre, Felipe V, y su madrastra Isabel de Farnesio. También de los dos grandes ministros de su reinado, Carvajal y Ensenada, posteriormente sustituido por Wall. Y, como no, del gran Farinelli, el divino castrado, que trataba, con su voz y como ya hizo con Felipe V, aliviar la profunda pena en que se hallaba inmerso el rey.
Tras esta interesante charla, nos dirigimos al Hospital de Santiago para asistir a la
entrega del Premio Ciudad de Úbeda de Novela Histórica a Rodrigo Costoya, merecedor del galardón en esta edición por su obra El custodio de los libros. Tras los discursos oficiales, Rodrigo nos habló de sueños, cumplidos y por cumplir. De cómo vivir junto a la Catedral de Santiago de Compostela, en esos últimos metros del Camino de Santiago, le había hecho llegar los sueños y los deseos de todos los que caminaban bajo su ventana. También nos habló de Colón y de su origen gallego y agradeció profundamente el premio y la valentía de la organización, por primar la cultura por encima de todo.
Después nos presentó, de la mano de Javier Velasco, la novela ganadora, una novela ambientada en Galicia y en un pequeño convento junto a la ría de Arousa, Misarela, lugar al que llega Luis de Ligunde con un cargamento especial y secreto: los libros que se encontraban en la Escuela de Traductores de Toledo y que han de ser salvados de las llamas. Misarela existía en esa época y también la mayor parte de los personajes que aparecen en el libro. Aseguró que la define como una novela de ambientación histórica, incluso de aventuras y que parte de hechos históricos ciertos, aunque añadiéndole una serie de elementos y un ritmo concreto para que no resulte aburrida al lector. "Pasan muchas cosas al margen de los hechos históricos. Y son cosas que les pasan a las personas, que marcan sus vidas".
A continuación le tocó el turno a Santiago Mazarro y sus Senderos salvajes, novela que fue finalista en la edición del pasado año. Pedro Pablo Uceda fue el encargado de su presentación y de hacer las preguntas sobre el momento histórico y el argumento, basado en la vida de Manuel Lisa, un auténtico pionero en el Oeste del actual Estados Unidos. Un español emprendedor, aventurero y con una clara visión comercial, que llegó al entonces desconocido Parque de Yelowstone, que trató de buscar un camino transversal y fluvial que llevase del Atlántico al Pacífico y que levantó puestos fronterizos en los actuales Montana y Luisiana. Sus tratos con tribus no conocidas hasta el momento y su éxito comercial con pieles le convirtieron en toda una figura, caída hoy en el olvido. A través de los ojos del sobrino de Lisa (único personaje no real junto con el naturalista de la expedición) conoceremos ese mundo nuevo que Manuel Lisa puso en los mapas. Tengo que agradecer, de manera especial, la mención que Pedro Pablo hizo de la reseña de Senderos salvajes que colgué aquí en el blog. Esas cosas calientan el corazón.
Para finalizar la jornada, tuvimos a Luis Manuel López Roman y Oscura Roma, la primera entrega de la saga de Marco Lemurio. La presentación corrió a cargo de Javier Velasco y la entrada de ambos provocó gran hilaridad, al llegar al escenario del Hospital de Santiago vestidos a la usanza romana.
Oscura Roma transcurre en el año 67 a.C. en la Subura, uno de los barrios más oscuros y peligrosos de Roma. La novela tiene todo el telón del momento histórico en que transcurre, pero incluye algunos aspectos sobrenaturales que le dan un toque distinto. La ambientación de un barrio del que hoy día se sabe poco, es uno de los alicientes de la novela y el trabajo de Marco Lemurio, que se dedica a "espantar fantasmas" en casas de patricios romanos. convierten a
Oscura Roma en una feliz sorpresa literaria. Los misterios de su pasado, los detalles de su vida, de la vida de su madre y una sombra que parece perseguirle añaden "chispa" a esta novela.
Por la tarde estaba prevista la recreación de la Evacuación de Sennar, pero tuvo que ser aplazada al domingo por la lluvia, que nos sorprendió en medio de los ensayos. Y es que en esta ocasión hemos sido muchos los que nos hemos apuntado a participar en las recreaciones, incluidos autores.
DOMINGO 15 DE NOVIEMBRE
El único evento literario del día era la de la novela El primer senador de Roma, de Juan Torres, en el Hospital de Santiago, a quien tuve el placer de presentar (gracias a la organización por su confianza). En una charla distendida, hablamos del marco histórico, el siglo II a.C., durante la Tercera Guerra Púnica, un periodo del que Juan nos aseguró que era poco conocido a pesar de su intensidad. Hablamos también de Escipión Emiliano, protagonista de la novela, al que el autor tildó de "oscuro" y bastante arribista; de Cornelia y sus luces y sombras y de Catón, obsesionado con la idea de que Cartago fuese derrotada a cualquier precio. Estamos ante una novela que contiene intrigas políticas y familiares, alianzas, deslealtades y que nos presenta unas escenas bélicas muy visuales, muy reales, narradas con fuerza y con la dosis justa de violencia.
La escena política romana era un avispero y El primer senador de Roma sabe contarnos todos los detalles de una época por la que Juan Torres siente una gran admiración y nunca deja de interesarle.
El mediodía del domingo, soleado, con calorcito y unos cielos azules de postal, nos permitió disfrutar de las dos recreaciones históricas previstas para esta edición. En primer lugar la aplazada Evacuación de Sennar, en Sudan, una ciudad situada a orillas del Nilo Azul, sublevada bajo la guerra santa proclamada por Al Mahdi. Las tropas y ciudadanos europeos que allí residían trataron de escapar, pero la mayoría no lo consiguió. Y, a continuación, la Batalla de Rorkes Drift, dentro de la guerra anglo-zulú, en la que apenas 150 soldados británicos se enfrentaron a más de 3000 guerreros zulús para defender, con éxito, una estación misionera. Una victoria que se produjo apenas unas horas después de la humillante derrota británica en Isandhlwana.
La priotecnia, los uniformes, la puesta en escena, la participación del público y la dirección de Pablo Lozano convirtieron las dos recreaciones en dos momentos brillantes e inolvidables.
CONCLUYENDO
Como os decía al principio, esta ha sido una edición extraña y diferente, pero ahí ha estado el Certamen de Novela Histórica capeando el temporal y mostrando la cara más luminosa de la cultura. Quiero agradecer de nuevo a Pablo Lozano y a la organización su invitación un año más, su trabajo, su dedicación y su energía, incluso sus noches sin dormir, que sé que han sido unas cuantas. A la comisión lectora, por el enorme trabajo que hacen leyendo y seleccionando las novelas que llegan para participar en el premio de novela. Al jurado, por su buen hacer. A Jesús Delgado, por sus maravillosas fotografías, algunas de las cuales ilustran esta crónica. Al Ayuntamiento de Úbeda y las entidades colaboradoras, por su apoyo. A los recreadores, que cada año nos sorprenden y nos emocionan. A los periodistas y blogs presentes, por promocionar un evento tan maravilloso.
El próximo año será la X Edición y ójala, para entonces, tengamos tiempos más propicios y hayan vuelto los abrazos, la cercanía y la normalidad para poder celebrarla a lo grande, como se merece. Volveremos.
Larga vida a la novela histórica.