jueves, 24 de febrero de 2022

EL CORAZÓN DE LOS AHOGADOS de Daniel Fopiani

Por delante de todo hay algo que tengo que reconocerle a Daniel Fopiani: la originalidad en los planteamientos de sus novelas. Si en La carcoma aparecía una angustiosa cuenta atrás en la pared de una cabaña en la que solo vivía el protagonista (que en algunos momentos, a pesar de las diferentes geografía y trama, me traía recuerdos de Un saco de huesos, del gran Stephen King), en La melodía de la oscuridad se atrevió a hacer campar por las calles de Cádiz a un asesino en serie muy especial y poner de protagonista a un policía ciego, desencantado, deprimido y con tanta oscuridad en su alma como en sus ojos. Que ahora nos lleve a un islote español perdido en el Mediterráneo para hacer un homenaje a Agatha Christie y aproveche para hacer una reflexión dura y actual sobre la inmigración ilegal, vuelve a ser una gran vuelta de tuerca.

Si a esto le sumamos que los protagonistas principales son militares, infantes de marina, cuerpo al que pertenece el propio Daniel, hombres y mujeres habituados a enfrentarse a lo peor y que se ven sorprendidos y amenazados por un peligro cierto pero invisible, la originalidad se encarama a lo más alto. Además ¿a qué amante de la novela negra no le gusta una historia en la que los crímenes se suceden y todos son sospechosos? ¿En la que el peligro puede estar más cerca de lo que parece? Pues mucho de esto hay en El corazón de los ahogados. 

TODOS SOMOS ISLAS

En la isla de Alborán, en su pequeño cementerio, aparece una cabeza decapitada rodeada de cadáveres de gaviotas mutiladas colocados como en una especie de ritual macabro. A la isla solo tiene acceso el ejército y algún biólogo estudioso de la peculiar fauna de la zona, por lo que la autoridad militar correspondiente decide envíar a la sargento de infantería de marina Julia Cervantes, al mando de un destacamento, para que intente averiguar qué es lo que ha sucedido. Pocas horas después de su llegada, una terrible tormenta deja sin luz y sin comunicaciones a la isla y, durante la improvisada cena, uno de los militares cae muerto inesperadamente. Los asesinatos empiezan a sucederse, nadie parece estar a salvo. ¿Es el asesino uno de ellos o hay alguien escondido en la isla?

Paralelamente y desde Tombuctú, Doudou y su esposa huyen de la guerra, tratando de llegar a Melilla para cruzar a Europa y buscar una nueva vida. Conseguir subirse a una patera es su sueño, pero para eso habrán de vivir las peores pesadillas a manos de la policía marroquí y las mafias que controlan con mano de hierro quien viaja y quien no. Una vez a bordo descubrirán que la muerte se esconde detrás de cada ola.

Y todo esto en apenas 330 páginas, no se puede pedir más. Porque desde el primer momento, desde la primera página, Daniel Fopiani nos mete hasta el cuello en una intriga que va llenando, lentamente pero sin parar, de ansiedad al lector. Si hay una palabra que puede definir El corazón de los ahogados es angustia, tanto por lo que acontece en la isla como por lo que viven en primera persona Doudou y su mujer y el autor lo consigue creando una ambientación que nos hace revivir pesadillas muy reconocibles: oscuridad, tormenta, la muerte tras cualquier esquina, un lugar sin escapatoria posible, una barca inestable en medio del mar, el agua intentando sepultarnos. Miedo.

Le reconozco a Daniel un salto cualitativo importante en su escritura. Siempre busca ir más lejos, es ambicioso y sabe crear escenarios que, a priori, son tranquilos y casi anodinos pero en los que se desata el terror. Ese que va creciendo y nos hace mantenernos en constante alerta, buscando respuestas y conteniendo la respiración cuando alguno de los protagonistas se interna en un lugar oscuro. Es muy interesante ver cómo utiliza recursos diferentes, de mucho oficio, en la narración, como comenzar una escena desde los ojos de un inocente gorrión y los latidos de su corazón. O darle voz a los que ya no están pero se quedaron para siempre bajo una lápida. Incluso regalarnos las pequeñas historias personales de algunos de los protagonistas a través de una foto o un recuerdo.

Julia Cervantes, profesional, excelente militar y con buena hoja de servicios, se va a enfrentar, además de a todo lo que sucede en Alborán, a sus propios miedos. A la muerte no superada de su marido. A sus dudas. Pero se mantiene firme aún cuando el mundo entero se tambalea bajo sus pies, enfrentándose a un criminal del que no sabe nada y que sí parece saberlo todo de ellos. Por su parte, la trama paralela de Doudou nos hace reflexionar mucho sobre la inmigración. Está contada de forma dura porque es necesario que sea así y, al leerla, nos planteamos bastantes preguntas y, seguramente os pasará también, se nos caen al suelo algunas certezas que creíamos sólidas. 

Daniel aprovecha el protagonismo de los militares, de los infantes de marina, en la novela, para dejar también algunas reivindicaciones que este estamento reclama y de las que los civiles tenemos poca o ninguna noticia. Lo hace con elegancia, en ocasiones dentro de diálogos, pero remarcando su importancia. Y lo cierto es que lo que se reclama es de justicia. 

La isla de Alborán se convierte, en El corazón de los ahogados, en un misterio de habitación cerrada en el que están presentes, de un modo u otro, todas las imperfecciones y los defectos de la sociedad actual. En pocos metros cuadrados, sin apenas lugares donde esconderse, un asesino va eliminando con metódica crueldad a quienes habitan ese pedazo de tierra, amparado por el sonido de una turbadora nana que canta las muertes una a una. ¿Quedará alguien que cuente su historia?

miércoles, 16 de febrero de 2022

PORTOSANTO de Rodrigo Costoya

Una de las mejores experiencias que se pueden disfrutar en el Certamen de Novela Histórica de Úbeda es la cercanía, las conversaciones y la casi complicidad con los escritores que asisten. Poder compartir con ellos mesa y mantel, incluso cafés relajados o conversaciones nocturnas mucho más ligeras al amor de "La Beltraneja" (el local habitual de copas en este evento), hacen que se destapen los tarros de las esencias y conozcamos con más profundidad sus libros, sus proyectos y sus porqués. A Rodrigo Costoya le conocí en la edición de 2020, una edición peculiar por las restricciones debidas al Covid, en la que había resultado ganador con su novela El custodio de los libros. Su discurso de agradecimiento fue bellísimo y, en ese fin de semana, nos ganó a todos con su vitalidad y buen humor, además de dejarnos con la boca abierta a unos pocos con una presentación en power point (y con unas cervecitas por medio) sobre la novela que hoy os traigo, Portosanto.

Portosanto, publicada por Pàmies en 2021, es realmente anterior a El custodio de los libros, pero originalmente se publicó solo en gallego en 2017 por la editorial Toxosoutos, de Noia. Ambas forman parte de una trilogía, aunque pueden leerse de forma independiente: no es necesario haberse leído Portosanto para centrarnos en El custodio de los libros, como fue obvio a la hora de otorgarle el premio en Úbeda. Pero la época es tan apasionante, los hechos que se narran son tan únicos y fundamentales para la Historia, que merecen una lectura pausada, asimilar muchos detalles, pensar en ellos y fascinarnos. Sean ciertos o no, el tiempo lo dirá, pero al menos hay indicios más que suficientes para tenerlos en cuenta.

PRENDER FUEGO AL UNIVERSO

En una pequeña aldea de Pontevedra llamada Portosanto llega al mundo el pequeño Pedro, un niño bastardo, aunque de padres nobles, al que nadie podía augurar un futuro brillante, pero que crece aprendiendo y apasionándose por el mar y la navegación. Corre el siglo XV y tanto la península como Europa están inmersas en guerras de poder mientras, en el horizonte, el imperio otomano es una amenaza real y creciente, que está bloqueando todos los pasos y rutas, impidiendo la llegada de bienes y suministros. Pedriño crece con el mar como sueño y no tardará en interesarse por el modo de hacer barcos y por interpretar los designios del viento y los caminos que trazan las estrellas cuando cae la noche sobre las velas. Gracias al Roxo, un marinero de la aldea, aprenderá el arte de navegar y, siendo aún un niño, el arte de la guerra con Robert de Gwened, un caballero de la Orden de Rodas.

Paralelamente nos trasladaremos tras los muros de castillos y conventos, en los que se mueven las grandes decisiones que pueden cambiar el curso de la historia y en los que las conjuras y las traiciones están a la orden del día. Castilla va a perderse en una sangrienta guerra fratricida y Aragón puede convertirse en el mejor aliado. La necesidad de abrir nuevas rutas que favorezcan el comercio es ya imperiosa y el destino de Pedro comienza a trazarse rumbo a la eternidad.

Como ya sabréis muchos, Portosanto, subtitulado El enigma de Colón, recoge la teoría del origen gallego del Almirante y de su verdadera personalidad. Esta teoría, que no es creación de Rodrigo Costoya, sino que ya lleva bastante tiempo rondando por determinados círculos, se basa en hechos muy concretos que no voy a descubrir para que los disfrutéis en esta novela. Incluso hay una antigua tradición oral en Galicia que la recoge. Pero sí os adelanto algo que nos explicó un profesor de Historia en su día y que siempre me rondó la cabeza: para ser supuestamente genovés, Colón no hablaba nada de italiano, necesitaba siempre intérpretes. Tampoco lo escribía. Curioso ¿verdad? Y otra curiosidad: en su novela Cuchillo de palo, César Pérez Gellida, en boca de un secundario de lujo, le cuenta al protagonista, con bastantes datos, su certeza acerca acerca de la teoría de la "galleguidad" de Colón.

Si hay algo que caracteriza la escritura de Rodrigo es el ritmo. Consigue que siempre fluya con cierta velocidad amparándose en capítulos cortos y en diálogos muy vivos, que suenan completamente reales. Tampoco abusa de las descripciones, ni físicas ni de lugares, y, respecto a los personajes, deja que sean sus acciones las que los enmarquen y den personalidad. Pocos datos de su aspecto nos ofrece de ellos, pero lo que hacen y lo que dicen es más que suficiente para que nuestra imaginación llene los huecos. El lenguaje es el adecuado: no se complica la vida (ni la del lector, sobre todo) buscando un estilo más ampuloso, usando términos o expresiones de la época que pudieran no ser entendidas, sino que lo adapta para que no resulte inadecuado y sea, al mismo tiempo, accesible. Del mismo modo, todos los personajes resultan profundamente humanos, con sus luces y sus sombras, no hay en ellos ni arquetipos ni estatuas parlantes.

Me ha gustado también, de forma especial, el modo en que recrea las diferentes luchas de poder del reino de Castilla, cómo los protagonistas principales se van posicionando en lo que fue una larga y compleja partida de ajedrez, partiendo del reinado de Juan II de Castilla. De las cinco partes en que se divide el libro, cuatro comienzan con un mapa o un árbol genealógico (el de los Trastamara en concreto) para que nos pongamos en situación. Es evidente en todo momento la exahustiva documentación que ha debido manejar Rodrigo, pero la entreteje de tal manera en la trama que en ningún momento la novela se convierte en un tratado de la época: la vivimos mientras la leemos, pero sin tener la sensación de estar ante un documental. Los diálogos, como os mencionaba antes, tan naturales y expresivos, contribuyen a que nos sintamos espectadores pivilegiados de hechos trascendentales y de otros más pequeños, pero que acabarán por cobrar importancia. 

No hay saltos en el tiempo en Portosanto: la narración es lineal, aunque sí va pasando de unos escenarios a otros. Será la vida de Pedro la que sujete con fuerza el hilo conductor de la novela, con sus alegrías y sus tristezas y su evolución desde pequeño hasta convertirse en uno de los caballeros más influyentes de Galicia. La ficción está perfectamente enlazada con los hechos históricos: no hay nada que chirríe, todo funciona como una máquina muy bien engrasada. Y siendo novela histórica, tiene también toques de novela de aventuras, hay intriga, viajes, escenarios diferentes...la Historia cobra vida y pasa ante nuestros ojos.

A la espera de que en unos meses se publique la tercera parte de la trilogía, que también podrá leerse de forma independiente, merece mucho la pena perderse en Portosanto y El custodio de los libros y dejarse arrastrar por la escritura de Rodrigo Costoya. Es una marea que os llevará siempre a buen puerto.



 


viernes, 11 de febrero de 2022

¡CÓMANSE LA ROPA! de Valentín Trujillo

Esta entrada me hace una ilusión especial. Tenía muchas ganas de hablaros de este libro porque en pocas ocasiones (por no decir prácticamente nunca) tenemos oportunidad de leer novela histórica escrita en hispanoamérica. Tuve la suerte, como todos los que estuvimos presentes, de conocer a Valentín Trujillo en el pasado Certamen de Novela Histórica de Úbeda y nos conquistó a todos con la exposición que hizo de esta novela como por su carismática personalidad, su buen humor y su implicación en todos los actos programados. Incluso se unió al ejército inglés, en una de las recreaciones, perfectamente uniformado, para dejarse masacrar por el Mahdi. Valentín es uruguayo, escritor, profesor y periodista y, aunque comenzó escribiendo poesía, en poco tiempo se pasó a los relatos y a la novela. Ha obtenido algunos de los premios literarios más prestigiosos de su país, como el Bartolomé Hidalgo o el Legión del Libro. ¡Cómanse la ropa! fue su primera novela, publicada en 2017, con la que ganó el Premio Onetti, y desde 2020 es el director de la Biblioteca Nacional de Uruguay.

¡Cómanse la ropa! está publicada por la Editorial Cuervo y en librerías tradicionales puede ser un poquito complicado adquirirla aquí en España. En Madrid podéis encontrarla en la Librería Iberoamericana de la calle Huertas, 40. También está disponible en Storytel. Personalmente, me ha parecido un hallazgo feliz: el estilo, el modo de narrar, los paisajes, el momento histórico visto desde otra perspectiva... todo hace de esta novela una pequeña joya, una lectura apasionante que impacta por lo diferente que es a la novela histórica a la que estamos más acostumbrados. Voy a intentar convenceros.

CUALQUIER GUERRA ES TODAS LAS GUERRAS

"Con treinta años no tenía nada salvo la derrota, una llaga invisible."

Costa del Perú, 1823. En plena guerra de la independencia y tras un terrible naufragio, los supervivientes, soldados patriotas, deben enfrentarse a la supervivencia en condiciones absolutamente hostiles, al borde del delirio por hambre y sed. Uno de ellos es el coronel Carlos Federico de Brandsen, destacado jinete francés que había luchado en el ejército de Napoleón y que, tras la caída de este, marchó a América, para continuar su lucha por la libertad de las incipientes repúblicas. El esfuerzo de las marchas a través de los Andes, desfiladeros, pueblos fantasma, caminos tortuosos, desiertos eternos con un sol inclemente y el ejército enemigo al acecho, van limando las conciencias y la fidelidad a la causa de los protagonistas.


La historia que se cuenta en ¡Cómanse la ropa! está basada en hechos verídicos y la figura de Bradsen es real
. Un Bradsen al que la derrota de Napoleón sumió en una severa depresión y que buscó en las luchas de otros un modo de seguir viviendo, de dar un salto adelante. Aquí viviremos una parte de su vida en América del Sur y el título de la novela hace referencia a una orden que el propio Bradsen, exhausto, da a los hombres que comanda en una situación horrible y desesperada de sed, hambre y abandono. El coronel Bradsen luchó, principalmente, en territorio altoperuano y Valentín Trujillo nos introduce en su mente en muchos momentos de la novela: desde esa depresión que os decía antes (él, realmente, no sabe hacer ni ser otra cosa que un soldado a caballo) hasta los momentos en que descubre que, de alguna manera, América es una suerte de Francia paralela pero con muchas más carencias.

En muchos momentos de la narración se nos recalcan las penosas condiciones en las que los soldados luchaban, pasando semanas casi sin comer, usando ropa y zapatos de cadáveres y siempre sometidos a los designios de los poderosos. Bradsen es un soldado y actúa como tal, pero no se puede evitar sentir, en muchos momentos, mucha compasión por él. Al estar dentro de sus pensamientos, sabremos por qué hace lo que hace, de dónde vienen las decisiones que toma. A su lado camina otro personaje que también despierta nuestras simpatías, el sacerdote que acompaña a las tropas, el padre Pancracio, generoso y altruista, que no duda un momento en usar páginas de la Biblia para hacer fuego porque eso es lo que necesitan los hombres.

En esta novela se pone muy en entredicho el sentido de la guerra, pero también el sentido del honor y del patriotismo: vamos a ser testigos de que el hombre es tan enemigo de los demás como de sí mismo. Pero en ningún momento resulta una lectura pesada o llena de reflexiones huecas: Trujillo le da un ritmo muy ágil, cada capítulo (algunos muy breves) contiene, de alguna manera, una nueva "aventura" que no siempre tiene un buen final pero sí ciertas dosis de suspense por lo que va a pasar después. Y también tiene algunos toques de humor negro muy brillantes. Los momentos en que la mente de Bradsen se traslada a su realidad paralela, en la que mezcla sus recuerdos con el presente, tienen un cierto toque simbólico en el que los caballos toman protagonismo. Al ser jinete de caballería, el caballo es una prolongación de sí mismo y aparece en diferentes instantes a su lado: a veces es real, a veces imaginado, pero siempre una ayuda, un soporte, un referente.

¡Cómanse la ropa! contiene constantes recuerdos y algunos "flashback", la narración no transcurre de forma lineal, sobre todo porque en la cabeza de Bradsen se mezclan los delirios del presente con los de batallas pasadas. La lucha por la superviviencia que está atravesando con sus hombres enredada con las atrocidades de la campaña de Rusia. Quizá porque está peleando en un conflicto que no acaba de entender del todo. Y nos traslada un mensaje que es una bofetada de realidad: los hombres no son nada ante la inmensidad del mar o del desierto. Hay un poco de escritura surrealista, muy hermosa por cierto, en algunas escenas referidas al propio Brandsen y también algunos pasajes de una belleza inesperada dentro de la tragedia que los protagonistas están viviendo.

Lo reconozco: me he enamorado de ¡Cómanse la ropa!. Por diferente, por evocadora, por dura, por ofrecer otra visión de las guerras en Iberoamérica y por darme a conocer la figura de Carlos Federico Bradsen, que tiene una biografía apasionante (investigad, investigad). Pero, sobre todo, por la manera en la que Valentín Trujillo escribe. Si tenéis ocasión, no la dejéis escapar. Es fantástica.

miércoles, 9 de febrero de 2022

EL VALLE DE LOS ARCÁNGELES de Rafael Tarradas Bultó

Con su primer libro, El heredero, Rafael Tarradas logró un gran éxito tanto de ventas como de público, al publicar una historia de ficción, pero basada en hechos de su familia, y ambientada en la primera mitad del siglo XX, con la Guerra Civil como telón de fondo de muchas de sus páginas. Ahora, Rafael nos lleva a la Cuba del siglo XIX con una novela que él mismo cataloga de aventuras en un mundo que termina y que está llena de color, de olores, hasta de música. Todo en ella es un estímulo sensorial, la ambientación resulta brillante y real.

En un momento histórico muy convulso para España, con una crispación política extrema y con un reinado, el de Isabel II, que marcaba sus últimos compases, la novela comienza en 1864, apenas cuatro años antes de la llamada Gloriosa que forzó el exilio de la reina y provocó el inicio de un periodo de total inestabilidad y luchas de poder. Pero, en la novela, esta etapa la vamos a vivir en Cuba, en los grandes ingenios (fincas dedicadas al cultivo de caña de azúcar, algodón o café), con todas sus luces y sus sombras y las desigualdades entre clases que se producían. Estamos ante una historia que, si bien tiene los regustos de la narración más clásica (ambición, injusticias, paisajes fabulosos, pasión, amor, traiciones y todos los componentes que tanto reconocemos y nos gustan), también nos ofrece una nueva visión de lo que en Cuba se vivía y se sufría. Crucemos el Atlántico sin miedo.

CORAZONES ESCONDIDOS

Gabriel Gorchs, el único hijo del barón de Santa Ponsa, no deja de pensar en cómo cambiar su anodina vida entre las paredes del decadente palacio gótico de su familia en Barcelona. La suerte parece aliarse con él cuando recibe una carta de su tía Lucía en la que le pide que viaje hasta Cuba para hacerse cargo de la gran plantación que ella posee allí, ya que su marido e hijo han muerto en trágicas circunstancias. La oportunidad es única y acepta. Por su parte, Pepa Gómez, una mujer que ha vivido siempre en la miseria y con el maltrato rondando cerca de continuo, consigue trabajo en un palacio de Barcelona. Es guapa, inteligente y tiene una gran determinación: sabe que ese trabajo puede ayudarla a ascender poco a poco socialmente y no dudará en llevarse por delante a quien sea si se interpone en su camino. Pero esa soberbia le hará cometer un error que la llevará a tener que huir de la ciudad.

Gabriel y Pepa coincidirán a bordo del barco que les traslada a Cuba. Su destino es el mismo: el Valle de los Arcángeles, en el que brillan los ingenios de las familias Serrano, Viader y Abbad, que viven en ellos en armonía y con gran opulencia. Pero una serie de asesinatos comienzan a producirse para los que no hay ninguna explicación y esa armonía puede saltar en pedazos.

En el Valle de los Arcángeles conviven dos formas de ver la riqueza y el poder: por una lado está la aristocracia de toda la vida, que lleva décadas al mando de la economía del país; por otro, las nuevas generaciones de ricos que aspiran a hacerse con ese hueco y ese poder y que usan cualquier tipo de artimaña para conseguirlo. Bajo ellos, esclavos que trabajan en circunstancias muy extremas y que son los que realmente sacan adelante las labores de los ingenios. Los primeros quieren conservar sus privilegios y los segundos forzar un cambio que les beneficie. Ahí es donde se coloca Pepa, que carece por completo de escrúpulos, a la que le da igual mentir, que sabe a dónde quiere llegar y que va a hacer lo posible por conseguirlo. Al precio que sea.

Pepa es la "mala" oficial de la novela, un personaje muy bien dibujado por Rafael Tarradas (ya sabemos que no hay nada como un buen malo) y a la que vamos a conocer muy bien. Pero es que ella se conoce muy bien a sí misma, sabe perfectamente cuáles son sus puntos fuertes, sus mejores facultades y que, viniendo de donde viene, sabe que ya solo puede ascender. La miseria que la precede marca muchas de sus decisiones porque no quiere volver allí. Lo que ella no sabe es que también guarda en su interior la capacidad de amar, y eso lo descubrirá cuando sea madre. La otra gran protagonista, Lucía, la tía de Gabriel, tiene ciertos paralelismos con Pepa. Es una mujer emprendedora, más fuerte de lo que parece y muy segura de sí misma, pero su concepción de la vida es completamente opuesta. Quiere ser valorada por lo que hace, pero sin llevarse a nadie por delante. 

Como os decía arriba, esta novela es muy sensorial, llena de color, de olores, de una naturaleza desatada y hermosa. El autor se ha documentado con mimo para describirnos todos los detalles, desde los cultivos hasta las instalaciones de los ingenios o los lugares donde viven los esclavos. Las calles más oscuras y peligrosas de las ciudades. El brillo de las grandes mansiones, sus fiestas, los vestidos... es fácil imaginarlos según vamos leyendo. Siendo una ficción histórica, Rafael Tarradas nos ofrece una narración brillante, con personajes vivos y creíbles, con viajes, aventuras y un punto de suspense muy atractivo que completa el círculo.

Aunque el Valle de los Arcángeles es invención del autor, conoceremos también lugares reales que se recrean de forma muy convincente: la Barcelona de la época, Matanzas o La Habana. Pero son sobre todo los ingenios los que se convierten en un personaje más de la novela. Como el propio Rafael nos comentó en la presentación de su novela para el club de lectura, todos sabemos de las grandes plantaciones en Estados Unidos, pero apenas nada de estas inmensas fincas de las que salía el azúcar que endulzaba el mundo. También esta novela es una reivindicación de los ingenios, de su trabajo y de la prosperidad que llenó la Cuba del momento.

Hay un pequeño "pero" que me gsutaría mencionar. Por supuesto que no empaña la novela ni la estropea, pero en ocasiones el autor repite en exceso ciertas explicaciones o ciertos hechos. Supongo que su intención es que el lector no se pierda o que tenga claro por dónde se está moviendo aunque, en mi opinión, muchas de estas repeticiones sobran. Como os digo, no es algo terrible, aunque reconozco que a mí (y a mi proverbial vena tiquismiquis), se me aparecían como piedras en las que tropezar en una historia que se lee de maravilla, en las que las páginas nos vuelan entre las manos y que no hace decaer el interés del lector en ningún momento.

El mundo, tal como lo conocen los protagonistas, estaba a punto de cambiar para siempre. Un imperio se venía abajo sin remedio. Las injusticias del sistema esclavista van jalonando la novela marcando a fuego esa profunda brecha entre ricos y pobres y Rafael Tarradas nos la cuenta con toda la gama de grises necesaria, porque hay mucho arco entre el blanco y el negro. Diálogos naturales, ambientación cuidada, personajes creíbles y llenos de matices y un momento histórico apasionante son los puntos fuertes de El Valle de los Arcángeles. Animaos a descubrirlo.