La portada de este libro me llamó poderosamente la atención. El resumen de la contraportada no tanto, y eso que procuro no leer esos resúmenes antes de ponerme con el libro en cuestión. Pero me terminó de convencer el booktrailer, realmente atractivo, y la pasión que la autora puso en la presentación. Hacía mucho que no leía un libro de fantasía que pudiera orientarse más bien hacia el público juvenil y, aunque ha habido cosas que me han cojeado un poquito (quizá porque por mis lecturas habituales espero siempre más contundencia) en general me ha resultado una novela entretenida, con buena ambientación y con los ingredientes suficientes para atraer. Incluso Raquel se permite traernos a personajes de la mitología celta, no demasiado conocidos para el gran público, pero que portan un aura especial y diferente alejados de vampiros, zombies o brujas, mucho más habituales.
Vamos, pues, a perdernos en las calles de Ballymote y a conocer a algunos de sus peculiares habitantes.
LA AUTORA: RAQUEL VILLAAMIL
Nacida en Madrid, de padre asturiano y madre estadounidense, siempre ha sido una apasionada de los libros. Comenzó a escribir cuentos con apenas seis años y se animó con una novela a los nueve. Ha trabajado durante bastante tiempo como arquitécto técnico y actualmente es guionista de videojuegos. Antes de El aviso de los cuervos ha publicado Manhattan Beach y El año perfecto.
BALLYMOTE
Tras la dolorosa pérdida de su madre, Brigit se encuentra no sólo desolada sino angustiada por no saber qué hacer con su vida. No tiene dinero ni amigos, porque la vida con su madre ha sido una continua huída escapando de su padre, a quien apenas recuerda. Pero una llamada de una enfermera del hospital de Ballymote, en Vermont, le avisa de que su abuela paterna está ingresada allí y que sería conveniente que acudiese a verla. Brigit no se lo piensa y, ante la falta de otras perspectivas y con el deseo de saber algo de su historia, emprende viaje hasta allí.
Brigit vivió el Ballymote en su niñez, pero casi no recuerda nada de aquellos días. Al llegar descubre un pueblo casi desierto, como abandonado a su suerte. En el hospital, en el que se respira un ambiente extraño, se reencuentra con su abuela y conoce a alguna de las enfermeras. Una de ellas le facilita la dirección de una casa en la que su dueño, Mist, alquila un pequeño estudio para que Brigit deje el motel, no demasiado cómodo ni limpio.
A medida que los días se suceden, Brigit va conociendo a algunos de los pocos habitantes del pueblo, personas extrañas que parecen no querer siquiera hablar con ella. Pero también conoce a Ethan Bran, un atractivo joven que asegura conocerla a ella y a los suyos, y que es, junto a su familia, propietario de una gran finca con una hermosa mansión.
El pueblo de Ballymote y su abandono, los bosques extraños y tupidos que lo rodean, esconden algo misterioso y amenazante, algo que Brigit parece intuir de sus recuerdos. Habrá de buscar respuestas a sus muchas preguntas sobre ella y su familia. Pero quién sabe si preferiría no encontrarlas.
RECUERDOS NUEVOS DE FANTASMAS ANTIGUOS
"Encuentras mis palabras oscuras. La oscuridad está en nuestras almas ¿no crees?"
James Joyce - Ulyses
Como os decía al principio, el género de fantasía no es de mis favoritos. Sí, he leído algunos libros, pero no termina de engancharme si exceptuamos la monumental El señor de los anillos. Y si, además, se une al género romántico (al menos así lo ha catalogado Roca Editorial), menos aun. Pero decidí darle una oportunidad porque la portada me parecía fantástica y porque, como comentaba, en la presentación su autora contó algunas cosas que me llamaron mucho la atención, como el haber usado personajes de la mitología celta o la inspiración que le llegó con el poema de El cuervo, de Edgar Allan Poe.
Brigit apenas recuerda nada de su infancia. Lleva dieciseis años de su vida sin arraigarse en ninguna parte porque su madre huye con ella de ciudad en ciudad de Estados Unidos. La sombra de su padre está siempre presente como una amenaza oscura. De aquellos años, antes de escapar, sólo le llegan imágenes, sueños, sensaciones, pero nada concreto. La llamada desde el hospital de Ballymote le da el empujón para que viaje allí e intente averiguar quién es ella, de dónde viene, qué hay de verdad en lo que su madre le contaba. Pero Ballymote es una puerta cerrada en sí mismo, un pueblo casi abandonado y deshaciéndose bajo el sol. Tampoco a la gente que va conociendo le sirve de mucha ayuda. Sólo encuentra una cálida bienvenida en su abuela; el resto es extraño, casi intimidante.
Gracias a la enfermera que cuida a su abuela consigue un alojamiento mejor que el motel del pueblo: un pequeño estudio en la propiedad de Mist Mistletoe, un joven peculiar, no demasiado hablador ni simpático, pero que, ante la falta de dinero de Brigit, le ofrece alojamiento a cambio de que trabaje en la tienda que él tiene en el pueblo. Ella se irá dando cuenta de que los escasos habitantes del pueblo se muestran claramente hostiles y que nadie parece dispuesto a hablar. Sólo la aparición de Ethan Bran, un joven brillante y atractivo, que vive con su familia en una mansión en las afueras, le da esperanzas. Él sí dice conocerla y su abuela trabajó para ellos como cocinera. Amable, encantador y generoso (la familia Bran es quien paga los gastos médicos de la anciana), le presenta al resto de su familia, que la acoge con alegría y cariño.
Pero poco a poco Brigit va dándose cuenta de que en el pueblo y en los bosques que lo rodean hay algo extraño, algo que, incluso, resulta amenazante. Mist aparece y desaparece sin explicaciones, hay lugares en el bosque que le causan escalofríos y los cuervos, siempre presentes, provocan un silencio que aterra a su alrededor. La historia de su vida va levantándose poco a poco ante sus ojos, pero no todas las piezas encajan. Y lo que va descubriendo es cada vez más oscuro.
Raquel Villaamil ha utilizado, para crear la atmósfera inquietante de Ballymote, a algunos personajes de la mitología celta. Los hay brillantes y los hay crueles. Incluso están los que vigilan para que entre ellos se mantenga una cierta tregua que nunca deja de ser tensa. Están los Tautha de Dannan (reencontrarme con ellos, a los que conocí gracias a la fabulosa colección Otros Mundos en mi infancia, me sacó una sonrisa cómplice), que son la expresión de lo positivo, de la ciencia y del bien que se contraponen con los Fomoire, que representan la oscuridad, el mal y la ignorancia. Y, en medio, los Dryw, los druidas, que velan por la paz entre ellos. Ahora están en Vermont y allí siguen su enfrentamiento milenario.
Es de apreciar el trabajo que ha hecho Raquel para identificar a ambas facciones de la complicada motología celta. Tautha de Dannan y Fomoires siempre estuvieron en guerra. Los primeros fueron expulsados de Irlanda y se refugiaron en poblaciones subterráneas. Los Fomoire, que podían adoptar formas diversas, algunas monstruosas aunque también había ejemplares rubios y muy hermosos, vivían en regiones oscuras "más allá del océano conocido" y los cuervos siempre anunciaban su presencia. A medida que vamos leyendo, la presencia de ambos pueblos se va haciendo patente, pero de forma gradual, sin que, hasta bien avanzada la lectura, acertemos a saber quiénes son y bajo qué aspecto se ocultan.
La novela se divide en dos partes que creo muy diferenciadas. No porque así aparezcan en el libro, sino por la acción que contienen. La primera está más centrada en la llegada de Brigit a Ballymote, su encuentro con los primeros recuerdos de su pasado, con las gentes que lo habitan, con el entorno que le resulta tan familiar pero que no termina de recordar. Sus preguntas sobre su padre y lo que empujó a su madre a huir de allí con ella tan pequeña chocan contra el silencio. Sólo los Bran parecen felices de tenerla de nuevo y le van contando detalles. Con ellos su madre y ella, al parecer, estuvieron protegidas, pero la sombra amenazante de su padre se yergue siempre como un peligro cierto.
La segunda parte, en mi opinión, se centra más en lo que se esconde tras los habitantes de Ballymote, sobre quiénes son en realidad. Ahí es donde la trama va girando mucho más hacia la fantasía y hacia algo romántico que, quizá, no es lo que parece.
El estilo de Raquel es sencillo, sin perderse en explicaciones farragosas. Nos va llevando de la mano de Brigit, ya que toda la novela está contada en primera persona, e iremos sabiendo al mismo tiempo que ella sabe. Veremos lo que ella ve y lo que intuye, lo que sufre, lo que teme, lo que vive. El ambiente opresivo de Ballymote y de los bosques es una constante que pone un decorado creíble a la acción. El romanticismo es bastante peculiar: está pero no es el hilo conductor, aunque sí marcará la última parte, quizá de forma inesperada. El único pero que podría ponerle es que la figura de la abuela de Brigit, tan importante en el inicio de la novela, a medida que avanza se desdibuja y casi desaparece, aunque no afecta en absoluto a lo que va sucediendo.
El aviso de los cuervos es una novela muy amena que se sale de los tópicos en cuanto a fantasía, trayéndonos personajes diferentes y situaciones distintas. Incluso puede crear la cuiriosidad respecto a la mitología celta, tan rica y que tantas secuelas sigue teniendo en el mundo. Tanto si os gusta el género como si no estáis muy familiarizados, es una lectura que engancha y que mantiene el interés hasta el final. Id a descubrir Ballymote y a sus habitantes. Pero estad atentos al graznido de los cuervos.
Gracias a Roca Editorial y a Pepa, de Qué locura de libros, por darme la oportunidad de conocer esta historia.
Brigit apenas recuerda nada de su infancia. Lleva dieciseis años de su vida sin arraigarse en ninguna parte porque su madre huye con ella de ciudad en ciudad de Estados Unidos. La sombra de su padre está siempre presente como una amenaza oscura. De aquellos años, antes de escapar, sólo le llegan imágenes, sueños, sensaciones, pero nada concreto. La llamada desde el hospital de Ballymote le da el empujón para que viaje allí e intente averiguar quién es ella, de dónde viene, qué hay de verdad en lo que su madre le contaba. Pero Ballymote es una puerta cerrada en sí mismo, un pueblo casi abandonado y deshaciéndose bajo el sol. Tampoco a la gente que va conociendo le sirve de mucha ayuda. Sólo encuentra una cálida bienvenida en su abuela; el resto es extraño, casi intimidante.
Gracias a la enfermera que cuida a su abuela consigue un alojamiento mejor que el motel del pueblo: un pequeño estudio en la propiedad de Mist Mistletoe, un joven peculiar, no demasiado hablador ni simpático, pero que, ante la falta de dinero de Brigit, le ofrece alojamiento a cambio de que trabaje en la tienda que él tiene en el pueblo. Ella se irá dando cuenta de que los escasos habitantes del pueblo se muestran claramente hostiles y que nadie parece dispuesto a hablar. Sólo la aparición de Ethan Bran, un joven brillante y atractivo, que vive con su familia en una mansión en las afueras, le da esperanzas. Él sí dice conocerla y su abuela trabajó para ellos como cocinera. Amable, encantador y generoso (la familia Bran es quien paga los gastos médicos de la anciana), le presenta al resto de su familia, que la acoge con alegría y cariño.
Pero poco a poco Brigit va dándose cuenta de que en el pueblo y en los bosques que lo rodean hay algo extraño, algo que, incluso, resulta amenazante. Mist aparece y desaparece sin explicaciones, hay lugares en el bosque que le causan escalofríos y los cuervos, siempre presentes, provocan un silencio que aterra a su alrededor. La historia de su vida va levantándose poco a poco ante sus ojos, pero no todas las piezas encajan. Y lo que va descubriendo es cada vez más oscuro.
Raquel Villaamil ha utilizado, para crear la atmósfera inquietante de Ballymote, a algunos personajes de la mitología celta. Los hay brillantes y los hay crueles. Incluso están los que vigilan para que entre ellos se mantenga una cierta tregua que nunca deja de ser tensa. Están los Tautha de Dannan (reencontrarme con ellos, a los que conocí gracias a la fabulosa colección Otros Mundos en mi infancia, me sacó una sonrisa cómplice), que son la expresión de lo positivo, de la ciencia y del bien que se contraponen con los Fomoire, que representan la oscuridad, el mal y la ignorancia. Y, en medio, los Dryw, los druidas, que velan por la paz entre ellos. Ahora están en Vermont y allí siguen su enfrentamiento milenario.
Es de apreciar el trabajo que ha hecho Raquel para identificar a ambas facciones de la complicada motología celta. Tautha de Dannan y Fomoires siempre estuvieron en guerra. Los primeros fueron expulsados de Irlanda y se refugiaron en poblaciones subterráneas. Los Fomoire, que podían adoptar formas diversas, algunas monstruosas aunque también había ejemplares rubios y muy hermosos, vivían en regiones oscuras "más allá del océano conocido" y los cuervos siempre anunciaban su presencia. A medida que vamos leyendo, la presencia de ambos pueblos se va haciendo patente, pero de forma gradual, sin que, hasta bien avanzada la lectura, acertemos a saber quiénes son y bajo qué aspecto se ocultan.
La novela se divide en dos partes que creo muy diferenciadas. No porque así aparezcan en el libro, sino por la acción que contienen. La primera está más centrada en la llegada de Brigit a Ballymote, su encuentro con los primeros recuerdos de su pasado, con las gentes que lo habitan, con el entorno que le resulta tan familiar pero que no termina de recordar. Sus preguntas sobre su padre y lo que empujó a su madre a huir de allí con ella tan pequeña chocan contra el silencio. Sólo los Bran parecen felices de tenerla de nuevo y le van contando detalles. Con ellos su madre y ella, al parecer, estuvieron protegidas, pero la sombra amenazante de su padre se yergue siempre como un peligro cierto.
La segunda parte, en mi opinión, se centra más en lo que se esconde tras los habitantes de Ballymote, sobre quiénes son en realidad. Ahí es donde la trama va girando mucho más hacia la fantasía y hacia algo romántico que, quizá, no es lo que parece.
El estilo de Raquel es sencillo, sin perderse en explicaciones farragosas. Nos va llevando de la mano de Brigit, ya que toda la novela está contada en primera persona, e iremos sabiendo al mismo tiempo que ella sabe. Veremos lo que ella ve y lo que intuye, lo que sufre, lo que teme, lo que vive. El ambiente opresivo de Ballymote y de los bosques es una constante que pone un decorado creíble a la acción. El romanticismo es bastante peculiar: está pero no es el hilo conductor, aunque sí marcará la última parte, quizá de forma inesperada. El único pero que podría ponerle es que la figura de la abuela de Brigit, tan importante en el inicio de la novela, a medida que avanza se desdibuja y casi desaparece, aunque no afecta en absoluto a lo que va sucediendo.
El aviso de los cuervos es una novela muy amena que se sale de los tópicos en cuanto a fantasía, trayéndonos personajes diferentes y situaciones distintas. Incluso puede crear la cuiriosidad respecto a la mitología celta, tan rica y que tantas secuelas sigue teniendo en el mundo. Tanto si os gusta el género como si no estáis muy familiarizados, es una lectura que engancha y que mantiene el interés hasta el final. Id a descubrir Ballymote y a sus habitantes. Pero estad atentos al graznido de los cuervos.
Gracias a Roca Editorial y a Pepa, de Qué locura de libros, por darme la oportunidad de conocer esta historia.
Yo no lo leeré, no me atrae especialmente y además creo que se me quedaría algo corto, sin embargo llegará a casa en breve porque mi hija me ha pedido que se lo compre y así lo haré. No sé, lo mismo acabamos haciendo una mini-conjunta como hacemos a veces y compartiendo el libro.
ResponderEliminarUn beso
Pues si al final cae en tus manos, ya me contarás.
EliminarA mi me gustó bastante para ser juvenil-fantástica. A mi hija le encantó. Bss
ResponderEliminarPara ser de ese género, que ya sabes que no es mi favorito, es una lectura muy entretenida.
EliminarGracias Yolanda por tu apoyo, por tus ánimos y por leerme. Ha sido un placer conocerte y espero que volvamos a coincidir. Un beso
ResponderEliminarEn el club de lectura, seguro. Gracias a ti por pasarte por aquí, es toda una alegría.
EliminarGracias Yolanda por tu apoyo, por tus ánimos y por leerme. Ha sido un placer conocerte y espero que volvamos a coincidir. Un beso
ResponderEliminarMe llama la atención precisamente lo que comentas , que parece que la historia comienza con esa figura de la abuela que parece tan determinante en la historia ya que es el motivo de llegar a ese pueblo pero luego se diluye y casi desaparece. D todos modos , puede ser interesante , besos 1
ResponderEliminarCreo que el interés radica en que ha elegido personajes míticos que no son los típicos vampiros adolescentes. Besote.
EliminarUmm si tal y como dices te ha gustado a pesar de no ser fan de la fantasía romántica (como yo), es cuestión de apuntarse el libro.
ResponderEliminarMe gustó más la primera parte que la segunda, cuando el mundo de fantasía se manifiesta más. Pero no es mal libro.
EliminarAunque no es un género que suela leer, con este estoy tentada porque os está gustando mucho.
ResponderEliminarUn beso ;)
Uf uff, no sé yo. Es que no me llama nada.
ResponderEliminarLa verdad es que soy como tú, nada de lectora de fantasía, ni con tus excepciones. Este libro lo tengo descartado por la cantidad de pendiente que tengo y porque necesito algo que me guste mucho, mucho y no quiero arriesgar.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
Besos
Uy este es de los míos, me lo llevo =)
ResponderEliminarBesotes
No me importaría leerla, así que si cae en mis manos...me pondré con ella. Besos
ResponderEliminarMe gustan las novelas de fantasía, pero ésta me parece un tanto siniestra... Besos.
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