El pasado 7 de marzo gracias a la Editorial Planeta tuvimos el honor de compartir un encuentro con el gran José María Carrascal, toda una institución del periodismo, que acaba de publicar Todavía puedo.
"Nadie puede llegar a los ochenta años como un mozo y cuantos lo han intentado, en la vida y en la ficción, recuerden a Fausto y a Dorian Grey, acabaron mal. De ahí que a lo más que puede aspirarse en esta última etapa es a llegar con la máxima capacidad posible para gozar de lo que aún nos ofrece la vida, que es más de lo que generalmente se cree, pero en nuestro elemental egoísmo no nos damos cuenta. Hay que erradicar de nuestra actitud lo que puede considerarse el tema favorito de la vejez: 'Ya no puedo esto, ya no puedo lo otro, ya no puedo lo de más allá'. Por ese camino lo único que se consigue es amargarse la vida y amargársela a los demás. La consigna tiene que ser 'Todavía puedo', aunque solo sea abrir los ojos cada mañana y contemplar el majestuoso, variopinto, renovado espectáculo de la vida en torno nuestro"
A sus 87 años, con una larga vida periodística y personal detrás, José María Carrascal nos sorprendió por su vitalidad, por su buen humor y por su fantástica memoria. Su bagaje de experiencias y de anécdotas es inagotable y nos hizo partícipes de muchas de ellas, haciendo de la tarde algo muy especial, cargado de optimismo.
Empezó confesándonos que este libro no era el que queria realmente la editorial, que lo que busca, desde hace tiempo, es conseguir que escriba sus memorias de lo que se defiende con todas las armas a su alcance. Pero, a cambio, les ofreció contar cómo es estar jubilado. Tiene la teoría de que la época de la jubilación puede ser la mejor o la peor en los hombres porque las mujeres, no sabe si para bien o para mal, no se jubilan nunca. Escribió tres libros sobre ese tema y, cuando cumplió los 80, la editorial volvió a la carga con las memorias. Así que les propuso (escapándose de nuevo) escribir sobre como es la vida en esa edad, cómo se ve el mundo. De ahí surge este libro. La inspiración, el punto de partida, se lo dio una frase de Los trabajos de Persiles y Segismunda de Cervantes en la que se habla de "tener ya el pie en el estribo" y estar a punto de partir. Y también quería mostrar cómo ha cambiado todo tomando y viendo la vida desde la distancia. No ha buscado algo didáctico, pero si sirve su experiencia para otras personas de su edad ya se da por satisfecho.
A la hora de explicarnos su método de trabajo, nos confesó que es muy metódico en su modo de escribir. Cree firmemente que "los periodistas no estámos para decir lo que sentimos sino para contar lo que pasa" y quería plantear qué papel representan los viejos (así los llama, sin medias tintas) en la sociedad. "En los barcos - nos aclaraba - la tripulación llama al capitán 'el viejo' porque es el que tiene la experiencia, el que lleva el control. Por eso no lo considero una palabra peyorativa".
Cuando se planteó el esquema del libro, empezó por los hechos: a qué se debe y qué nos ha llevado al estado de vejez en según qué estado. Y comenzó por los genes. "Somos lo que heredamos. La mejor herencia que nos pueden dejar nuestros padres son unos buenos genes". Pero eso no es todo porque no hay nada absoluto en la vida y eso se ve en que dos hermanos que hereden los mismos genes suelen ser muy diferentes.
"A partir de ahí me decidí a enumerar los problemas y ventajas de esta etapa. El mayor problema de las personas de mi generación es el 'yo no puedo' y mi respuesta suele ser '¿y lo que puedes todavía?'. Ha procurado que sea un libro optimista. Vivimos una era en la que se practica casi un culto a la juventud y ha querido ir desgranando temas dando especial importancia a la soledad. "Envejecer es sobre todo quedarse solo" y es algo que él mismo está viviendo en primera persona: sus amigos están desapareciendo. "Cuando se muere un amigo, con el que hemos compartido y vivido tanto, se muere algo de uno mismo".
Otra de las ideas que le han inspirado en un ensayo de Manuel García Morente, profesor de metafísica, sobre la soledad. Si se sabe aguantarla puede llevar al estado más puro de un hombre, acostumbrarse a ser amigo de uno mismo. Contar, además, con el instrumento maravilloso de la memoria, que nos permite volver a vivir lo ya vivido y que cuenta con una facultad de ser muy selectiva. Acabas recordando lo mejor del pasado y descartas lo agresivo, lo feo, lo crítico. "Revivir momentos del pasado es uno de los mayores placeres que se pueden tener". Y si, además, se escriben esos recuerdos para dejarlos a tus hijos, es aún mejor.
El libro también recoge cómo tomar distancia de los problemas más actuales, los que nos asaltan en los medios de comunicación de forma constante. "Es cierto que pueden ser tremendos pero tampoco tienen, en esta edad, la misma fuerza negativa que cuando somos jóvenes". No aclaró que tiene la impresión de que lo que vivimos ya se ha vivido de alguna manera en el pasado y no le asustan tanto porque da a los problemas actuales una dimensión histórica que cree muy conveniente para no reaccionar de forma en exceso vehemente.
En cuanto a las nuevas tecnologías, Jose María nos confesó que no tenía móvil ni tampoco se movía en redes sociales. Le bastan un mail y su teléfono fijo de toda la vida. Se ha dado cuenta de que lo más valioso en esta etapa de su vida es el tiempo y, entre risas, nos dijo que, a su edad, no se cumple un año más sino un año menos. Además cree que la tecnología debe estar a nuestro servicio y no al contrario.
También salió a colación el tema de la muerte. José María lo considera el último "problema" de la vida y hay que asumirlo para no amargarnos. Influye mucho en ello la personalidad de cada uno porque además, en esta etapa, es cuando más nos diferenciamos los unos de los otros. No hay dos viejos iguales porque cada uno lleva su vida, su personalidad ya creada. Y esa no cambia. Considera que tener fe es una suerte cuando hablamos de aceptar la muerte, pero si no se tiene también hay que aceptarla. Y aceptar también que no hay nada perfecto así que si se quiere vivir relativamente feliz hay que asumir que vamos a morir. "Dios se debe aburrir terriblemente... vivir eternamente, vida tras vida..." aseguró. Todos, cuando miremos hacia atrás y recordemos los buenos momentos con quienes hemos querido, con nuestros amigos, tenemos que entender que ha valido la pena. Si no, nada tiene sentido.
Poniendo sobre la mesa el tema de alcanzar la perfección, que parece tan en boga, nos citó a Leibniz: "lo perfecto es enemigo de lo bueno". Sólo la experiencia dice que el esfuerzo constante por alcanzar solo lo mejor nos lleva a pegarnos el trompazo. Lo perfecto no existe y tenemos que conformarnos con lo bueno. A medida que avanzamos en la vida descubrimos que muchas cosas que creíamos que habían ido mal realmente fue una suerte que ocurrieran. La vejez es el momento de desarrollar lo que queríamos haber hecho y la vida no nos lo ha permitido. Dibujar, escribir, cualquier cosa que nos llene y nos haga ilusión. Todo el mundo tiene algo de artista en su interior y esta edad es la ideal para sacarlo.
Tras la fantástica charla, hubo ocasión de que José María nos firmase los libros y nos hiciésemos las fotos pertinentes para inmortalizar el encuentro. Toda una delicia de conversación y de compañía, un hombre y una filosofía de vida de las que hay mucho que aprender.
Gracias a Editorial Espasa y a Pepa Muñoz Escudero por facilitarnos una ocasión tan estupenda.
Me cae bien este hombre aunque sinceramente no me veo yo leyendo este libro. Me alegra que lo pasaráis bien en el encuentro con él.
ResponderEliminarUn beso
Menudo lujo poder charlar con una persona con tanta vida a sus espaldas. Felicidades.
ResponderEliminarEstá claro que Carrascal tiene mucho que contar. Sin duda un lujo poder departir con él. Besos
ResponderEliminarGracias por la crónica. El libro la verdad es que no lo veo para mí, pero la charla tuvo que ser muy interesante.
ResponderEliminarBesos.
Se ve que lo pasasteis estupendamente. Me alegro.
ResponderEliminarBesos
Se ve interesante aunque no suelo leer este tipo de libros. Gracias por contárnoslo.
ResponderEliminarUn beso
Vaya muesca en tu revólver forastera jejeje. Desde luego asistir a una charla con este hombre tuvo que emocionar. Yo lo recuerdo de su época en la tele con su particular forma de hablar que espero no haya cambiado. 87 años y tan activo, es algo para admirar. Mi madre tiene 86 y la pobre no puede con su alma. Aunque no es un libro que a priori compraría, te confieso que siento curiosidad por conocer su punto de vista. Estoy segura que puede aportar una visión muy interesante de esta etapa. Y no me extraña que no tenga móvil. Un estupendo encuentro que alegra que hayas disfrutado. Besos
ResponderEliminarNo veo el libro para mí. Gracias por la crónica.
ResponderEliminarUn beso ,)
Estupenda crónica. Te envidio por el encuentro porque menudo personaje, de los que quedan pocos. El libro no es para mí, eso sí.
ResponderEliminarBesos
Hola guapa! Me encantan los encuentros con autores. Estoy deseando que llegue la feria del libro para poder conocer a algunos de mis escritores favoritos. Me ha encantado tu crónica, un besote! Por cierto soy nueva seguidora, si te apetece pasar por mi blog estaré encantada, y si te gusta lo que lees y quieres hacerte seguidora genial!
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