Como fan y seguidora declarada de la novela histórica, reconozco que mis referentes suelen ser autores españoles. En mi opinión, el género brilla con luz propia y goza de una salud excelente a lo que ayuda también, como he comentado dentro de la novela negra, el "mestizaje" (tan nuestro) con otros géneros. Otra cuestión sería si hay más títulos de ficción histórica que de novela histórica pura, pero en ese jardín no voy a meterme hoy porque es denso y requiere argumentos de peso. Y aunque en ocasiones he leído novelas históricas de autores extranjeros, especialmente ingleses o italianos, nunca me había enfrentado a la lectura de una historia escrita en Portugal, nuestro vecino de península.
Por favor, no me interpretéis mal, ya sabéis que no leo los resúmenes de los libros antes de ponerme con ellos, pero la portada me sorprendió. Quizá porque se aleja bastante de los estándares habituales en las editoriales españolas (algunos se repiten hasta la saciedad, también es cierto) y me recordaba a una imagen de promoción de alguna serie histórica de televisión, como Los Tudor, por ejemplo. Lo cierto es que es la misma que salió en la edición portuguesa, salvo que allí el fondo es verde y no rojo. También el título me gusta más en la versión portuguesa, porque allí es Manuel I y el subtítulo Dos hermanas para un rey, lo que me parece más acertado y menos proclive a hacer pensar a posibles lectores qué se van a encontrar dentro. Obviando todo esto, nos encontramos ante una novela histórica sólida, muy bien narrada y sumamente entretenida que nos va a hacer aprender muchas cosas de la historia portuguesa pero también de la nuestra vista desde su lado.
ISABEL Y MARÍA DE ARAGÓN
Manuel, duque de Beja, no había nacido para ser rey. Pero a finales del siglo XV el destino y los hados conspiraron para que se convirtiera en el heredero de Juan II y que acabase siendo apodado "el Afortunado". Tuvo un reinado próspero, sus naves llegaron a la India y a Brasil y Lisboa se convirtió, en los años de su reinado, en el centro del próspero comercio de las especias. Pero un rey necesita una esposa e Isabel, hija de los Reyes Católicos, que en aquel momento era viuda tras la muerte de Alfonso, el hijo de Juan II, era la candidata perfecta. Isabel no quería volver a casarse, pero hubo de plegarse a la voluntad de sus padres. Desde que puso sus ojos en ella, Manuel estuvo decidido a hacerla suya. Pero el matrimonio se truncó de forma dramática: Isabel murió de parto tras alumbrar a Miguel de la Paz, un niño que Manuel decidió dejar al cuidado de sus abuelos maternos, los Reyes Católicos. Fue jurado heredero de Portugal, Castilla y León y Aragón, pero, tristemente, falleció sin haber cumplido los dos añós de edad. Había llegado el momento de María, la hermana de Isabel, de ocupar el lugar que ella dejó como esposa de Manuel I.
Como os decía antes, Dos hermanas para un rey es una gran novela histórica que recoge hechos sucedidos tanto en Portugal como en Castilla, en un momento en que todos los reinos peninsulares podrían haber quedado unidos. Muestra en todo momento un equilibrio perfecto entre la rigurosidad de los hechos históricos con el entretenimiento, lo que hace que sus 750 páginas nos vuelen en las manos. Ante nuestros ojos pasarán reyes portugueses, castellanos y aragoneses, príncipes y princesas, personajes ilustres de ambas cortes y nombres tan conocidos como Juana la Bertraneja, Bartolomé Días o Vasco da Gama.
La novela tiene un arranque potente, con un primer capítulo que impacta. He de decir que nunca había leído algo semejante en relación con la Beltraneja y el modo en que fue recluida en un convento; la escena es tan visual como emocionante. A partir de ahí conoceremos a Manuel desde su infancia y formación, en la que tuvo papel preponderante su madre, Beatriz de Portugal. Se nos va desarrollando su figura como un rey ecuánime, con la cabeza muy bien amueblada, un gran estadista, pero también un hombre enamorado y sensible que admiraba profundamente a Fernando el Católico, especialmente en su faceta batalladora, y también a Isabel la Católica por su inteligencia.
Iremos descubriendo la vida de un rey que marcó la historia de Portugal y, a su lado, conoceremos cómo se desarrollaban las cosas en Castilla y Aragón y lo hace con rigor, sin machacarnos con la tan desesperante leyenda negra, demostrando que la ficción no puede estar por encima de los hechos históricos. Su matrimonio con Isabel y el dolor por su pérdida y la posterior unión con María, que fue sólida y fructífera (tuvieron diez hijos) están narrados con viveza y naturalidad. Manuel encontró en María su más fervoroso apoyo en sus proyectos como rey.
Dos hermanas para un rey es una gran novela que lo tiene todo para fascinar a los amantes de la novela histórica. Desde el modo en que las hijas de los reyes eran usadas como "moneda de cambio" para conseguir uniones políticas hasta intrigas políticas y palaciegas, pactos, tratados, amor y poder en una época apasionante que iba a cambiar el mundo tal como se conocía. El estilo de Isabel Stilwell es ameno e intenso, en ocasiones muy sensorial. Sabe cómo conseguir que la narración no decaiga en ningún momento.
Siempre he mantenido que la muerte tan prematura de Miguel de la Paz privó a los reinos peninsulares de una unión que hubiese podido durar siglos. Su desaparición supuso que su tía Juana, casada con el impresentable de Felipe el Hermoso, pasase a ser la heredera de Castilla, León y Aragón, pero no del trono de Portugal. Y, con su estirpe, llegó la casa de Habsburgo: los Austrias. Curioso el destino ¿verdad? Disfrutad de la lectura y contadme qué os ha parecido.
Magnífica reseña. Tiene un pintón la novela. Es mi próxima lectura, seguro. Gracias por el trabajo
ResponderEliminar