PARA IR CALENTANDO Y A MODO DE DESAHOGO
Qué ganas le tenía a este libro. Desde que lo vi anunciado y con fecha próxima de publicación, ya me estaba goteando el colmillo. Está bien, he de reconocerlo: a este libro y a cualquiera que tenga por objetivo desmontar la maldita leyenda negra que llevamos siglos arrastrando, como si fuese una mochila enorme cargada de piedras. Mochila que, para colmo, nos colocaron otros por algo tan poco glamuroso como la envidia y el no haber podido alcanzar las metas que España sí había conseguido. Y, por si no fuese bastante con el peso y el oprobio de la mentira, muchos aceptaron acarrear con ella como castigo merecido o penitencia. Eso sí, a la que se tercia, usamos las piedras de dentro para partirnos la crisma unos a otros, en lugar de hacer frente común y organizar un buen desparrame craneal contra ingleses, holandeses, franceses, estadounidenses y toda su mentirosa estirpe.
A estas alturas del cuento digo las cosas como las siento y las creo. Con sinceridad: estoy hasta los gemelos del sur (que diría mi idolatrado Forges) de que me vengan con exigencias de perdón, de escuchar memeces sobre falsos genocidios, de exageraciones sobre la Inquisición española y de soportar mentiras, repetidas hasta la saciedad, sobre el supuesto "colonialismo español". Claro que hubo cosas que no se hicieron bien. Claro que hubo gentes aprovechadas, crueles y sin escrúpulos y que no todo fue un reino rosa de unicornios, que tampoco. Pero qué demonios, vivimos acomplejados (algunos más que otros) y un número muy preocupante de españoles, para colmo, presume de complejos y se reviste de ese dañino "revisionismo buenista" que me puede, os lo aseguro. Gentes que conocen de Historia lo que yo de física cuántica y se empeñan en retorcerla a su antojo, en juzgar el pasado con los ojos del hoy y que se la cogen con papel de fumar, con perdón. Esos que, cuando discrepas de su verdad políticamente correcta, te dan una palmadita en la cabeza en plan "anda, fachilla, que no tienes ni idea, aquí estoy yo para iluminarte". Sumémosle a esto los intereses políticos que están muchas veces detrás y tenemos un auténtico desastre.
Conozco a Javier Santamarta principalmente a través de Twitter y siempre le he admirado por su claridad de ideas, por saber divulgar y defender nuestra historia como nadie, sin levantar la voz pero sentando sus reales con datos y hechos contrastables. Si me permitís la licencia, explicar la Historia en plan Bricomanía: fácil, sencillo, divertido y para toda la familia. De él sé lo que se cuenta: que es politólogo, que estuvo en primera línea con Ayuda Humanitaria y que colabora con varios medios de comunicación nacionales. Pero sí sé algo para mí incontestable: es un brillante comunicador, sabe de lo que habla, tiene un inteligentísimo y saludable sentido del humor y es capaz de poner en su sitio a mucho enteradillo con una sola frase. Como los enteradillos y los "buenrrollistas" carecen de la capacidad para entender las ironías, ahí se quedan con sus únicos argumentos: la rabia y el insulto.
Es cierto que una de las piedras más pesadas que llevamos en la mochila es la de cuarenta años de educación "nacional", que reinterpretó la Historia de España a su medida, una exégesis interesada que buscaba, de alguna manera, recuperar el orgullo patrio tras habernos despedazado y encontrarnos aislados del mundo entero. Pero a los mencionados enteradillos de la nueva ola se les olvida que la Historia estaba aquí antes que Franco. Que bastaba con haberle quitado los regustos y los disfraces de la dictadura y retomarla con toda su esencia. Pero no. Hay que demolerla. Hasta los cimientos. Y si no estás de acuerdo o si lo rebates, vete poniendo el casco porque recordemos quién tiene la mochila con piedras.
Y UNA VEZ DESAHOGADA, VAMOS AL LÍO
Fake News del Imperio Español, en su contraportada, deja claras sus intenciones:
"Este no es otro libro sobre la Leyenda Negra hispanófoba. Esta es una revisión, con todo el sarcasmo del que hace gala Javier Santamarta, para poner en evidencia tanto odio y sectarismo absurdo hacia la historia de este país. Y es que el uso de imágenes y publicaciones para minar la reputación no son nada nuevo. Son, como se llaman ahora, Fake News. Y aquí van a encontrar un buen repaso sobre todas aquellas que, desde que España se convirtió en la principal potencia del orbe, se vertieron sobre su imperio y su gobierno."
Estamos ante un libro NECESARIO. Sí, en mayúsculas y porque no puedo poner lucecitas. Tanto para quienes nos sentimos orgullosos de nuestra historia y la conocemos, en mayor o menor medida, como para aquellos que apenas la han tratado, para quienes les faltan datos y, sobre todo, para no dejarse llevar por manipulaciones interesadas. Además es un libro que se lee casi del tirón, con el que es imposible no sonreir o, en ocasiones, no reir a carcajadas porque está escrito con sentido del humor del bueno, preñadito de ironía y con ese puntito de mala leche imprescindible para que determinadas cosas se nos queden en la memoria.
Así sabremos que la leyenda negra nos la "fabricaron" en los Países Bajos, un mano a mano entre Guillermo de Orange y Lutero al que se unió con alegría Enrique VIII, al que le interesaba, y mucho, tapar sus muchas vergüenzas echando la basura sobre la cabeza de otros. Sí, el mismo que tuvo como primera esposa a Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, aunque a ella no se atrevió a cortarle la cabeza. Por algo sería. Con una advertencia, un proemio, diez capítulos, un colofón y los correspondientes agradecimientos, Javier Santamarta desmonta bulos, mentiras y patrañas sin parar con argumentos, información y datos. Desde el que niega la existencia de España hasta más o menos el XIX (algún iluminado hay que asegura que España no existió hasta 1975) y, por supuesto, del Imperio Español, hasta los dibujan al Duque de Alba como una especie de monstruo sediento de sangre. A estos últimos, que no se me olvide, les recomiendo el visionado de la deliciosa "La kermesse heroica". Y para todos los que no la habéis visto, también.
Falacias como las cifras que le quieren adjudicar a la Inquisición Española, cuando en Alemania, Inglaterra y Francia batieron todos los records de ordalías, tormentos y quemas de "brujas" (hay estudios que contabilizan unas 25.000 en Alemania por 300 en España, por ejemplo) o la falsedad de ciertos instrumentos de tortura, como la doncella de hierro. El capítulo sobre el supuesto genocidio en América es literalmente para enmarcar:
"Cualquier invasión, conquista, o cosa parecida a lo largo de la historia de la humanidad, ha aportado cosas brillantes. Alejandro Magno, el maravilloso helenismo. Roma, el progreso civilizatorio. Las invasiones germánicas acaban en el llamado 'Renacimiento carolingio'. Las invasiones árabes, bueno, esas ya la repanocha. Aportaron conocimientos, arquitectira, higiene pública, poesía...¡hasta fundaron ciudades como Córdoba según se enseña en ciertas universidades! ¿Y España? ¿Qué ha hecho España por América? ¡Pues 'genocidiarla'!"
Cada capítulo desmonta, ladrillo a ladrillo y falsedad a falsedad, todas las patrañas que se nos quieren hacer tragar. Que los Reyes Católicos eran fachas porque en su escudo de armas figuran el yugo y las flechas (qué habilidad la de Franco y los suyos para viajar en el tiempo) obviando que se trata de las representaciones de las dos iniciales de sus nombres. O que el águila de Padmos de ese mismo escudo es el "pollo" de la franquista. O que la reina Isabel era de higiene distraida. O lo de la expulsión de los judíos, que hay sesudos estudiosos que dicen que fue la inspiración de Hitler para su "solución final". Facherío que heredó su nieto, Carlos I (lo de V se lo dejo a los alemanes, que estamos en España) y que llegó a Felipe II que, en realidad, era Belcebú disfrazado. Os aseguro que cada capítulo da para aprender, sonreir e indignarse a partes iguales.Usando un lenguaje cercano, casi de conversación entre amigos. Javier Santamarta consigue que el menos interesado por la Historia acabe sintiendo una irremediable curiosidad hasta la última de sus páginas. Cerrar los capítulos al uso con la voladura del Maine, organizada por los propios EE.UU. para conseguir una excusa para declararle la guerra a España, me parece un acierto. Nunca la prensa fue tan amarilla ni tan decisiva a base de trolas. También me parecen fantásticas las páginas centrales, con fotografías de documentos, monedas y cuadros que ilustran perfectamente la lectura.
A fecha de hoy me sigue pareciendo mentira y me irrita profundamente el desconocimiento de nuestra propia historia. Eso es lo que permite que sigan cuajando falacias de todos los tamaños, que se repiten hasta la saciedad. Pero eso no las convierte en ciertas. Los ingleses y los franceses, que se venden muy bien, tienen muchas más páginas negras en su historia que nosotros, pero ellos evitan las malas noticias. En Francia, lo de la Guerra de la Independencia de España lo pasan muy de puntillas (del 2 de mayo madrileño no tienen ni idea, literalmente). En Inglaterra juran y perjuran que Nelson jamás fue derrotado y eso que tuvo que salir de Tenerife con todo el trapo desplegado y con un brazo menos.
Hacedme caso y venid a conocer estas Fake News del Imperio Español, porque hasta el menos ducho en Historia va a conocer y comprender muchas cosas. No os dejéis llevar, ni en esto ni en ninguna otra cosa, por lo que se vocea: puede que arme más ruido, pero suelen contar la verdad. Y sintámonos orgullosos de lo que fuimos, porque de ahí venimos y aquí estamos. Sin cacicadas, ni extremismos, solo contrastando datos. Os aseguro que, además, os lo vais a pasar muy bien.
Ahhhhh, intuía 1ue necesitaba este libro, bueno yo u el 90% de la población española, pero después de leerte siento un deseo pertinaz por lanzarme de cabeza a rescatarlo de la 3stanteria en la primera librería que me tope por la calle. Gracias por traerli
ResponderEliminarTe hago la ola, me arrodillo ante ti, toco tiwmbales, trompas y añado coros celestiales. Mi querida Yolanda, que reseña tan magnifica: concisa, irónica, llena de conocimientos, ojo crítico, amor por la historia y por nuestra querida España ��esa España mía, esa España nuestra...�� Como siempre, a tus pies. Tus reseñas nutren mi curiosidad lectura y aumentan mi biblioteca.
ResponderEliminarPues mira no lo descarto y eso que no es el tipo de lectura con el que me animo, pero me parece la mar de interesante.
ResponderEliminarBesos.
Hola,
ResponderEliminarno sabes cuánto me has picado la curiosidad; me lo llevo apuntado a ver si cae en mi próxima visita a la librería.
Un beso
Me gusta el concepto de explicar la Historia de esta manera. Apuntado.
ResponderEliminarUn besazo.
Jejejeej me he reído mucho con tu desahogo pero es verdad. Además, es aquí nos colocan el sanbenito y nos callamos. Así somos. El libro no es mucho para mi, pero con tanto entusiasmo, al final me has convencido. Le echaré un ojo. Besos
ResponderEliminar