Si a este reto le sumamos una narración que realmente no lo es (y ahora os explico), quince sospechosos, un pueblecito inglés aparentemente idílico, una compañía de teatro para aficionados y un extraño caso de cáncer infantil nos da como resultado una novela ingeniosa, adictiva y muy, muy original que ha conseguido sacarme del sopor lector en el que había caído. Resumiendo mucho: que me lo he pasado pipa. ¿Venís y os lo cuento?
UN ASESINATO. QUINCE SOSPECHOSOS ¿PUEDES DESCUBRIR LA VERDAD?
Roderick Tanner, socio principal de un despacho de abogados, envía una nota a dos colaboradoras que trabajan con él para que examinen la documentación de un caso de apelación en el que se encuentra inmerso. Esa documentación son mails y mensajes entre los sospechosos de dicho caso, ordenados cronológicamente, a los que se añaden algunos recortes de periódico y textos de redes sociales. De ellas necesita un enfoque nuevo, corroborar, quizá, lo que él ya tiene claro. Pero no les adelanta nada más.
A partir de aquí iremos leyendo esos correos electrónicos cruzados entre las quince personas "de interés" y, aunque pueda parecer caótico y extraño, enseguida empezamos a conocerlos y a saber qué tipo de relaciones hay entre ellos. Sabremos que al pueblo han llegado dos nuevos habitantes, Samantha y Kel, un matrimonio que ha pasado los últimos años trabajando como médicos en África y que se incorporan al pequeño hospital local. También conoceremos a la familia Hayward, los, digámoslo así, líderes sociales de Lockwood y quienes llevan las riendas de una compañía "amateur" de teatro en la que colaboran todos los implicados, los cuales van apareciendo como emisores o receptores de los mails cruzados. Todo se complica cuando la pequeña nieta de los Hayward es diagnosticada de un extraño cáncer que necesita con urgencia un carísimo tratamiento. A medida que vamos leyendo sabremos que alguien, uno de todos ellos, ha sido asesinado, pero ¿quién y por qué?. Y que ya hay alguien encarcelado por ese crimen, pero tampoco se nos da esa información. La labor de las pasantes del despacho (y la nuestra, de alguna manera) es extraer información de los correos, hilar, comprender qué ha sucedido... y hay más de una sorpresa inesperada.
Si tuviera que calificarla, diría que estamos ante una novela de género epistolar, pero al estilo del siglo XXI, en el que ya no nos mandamos cartas, sino correos, whatsapp y mensajes. Y Janice Hallett lo desarrolla con una brillantez absoluta, haciendo que nos sumerjamos en lo que aparentemente es un grupo de amigos y conocidos muy normal pero que esconden mucho más de lo que parece. Iremos descubriendo sus personalidades, tan distintas unas de otras y algunas con un trasfondo extraño, obsesivo, casi dependiente. La eficaz y siempre dispuesta Sarah-Jane y su familia, los Hayward y los Reswick, emparentados por el matrimonio de sus hijos, los Dearing, Isabel Beck, siempre ansiosa por agradar y quedar bien, Samantha y Kel Greenwood, los recién llegados...
Lo que en principio es la organización de una nueva obra de teatro para el grupo de aficionados se va torciendo y complicando con la enfermedad de la nieta de los Hayward y la necesidad de la familia de hacer frente a un tratamiento muy caro y casi experimental. En general, todos desean seguir adelante con la obra y buscar, además, recaudar fondos para el tratamiento. Y hasta aquí puedo contar.
Decía miss Marple, la inolvidable protagonista de muchas de las novelas de Agatha Christie, que la naturaleza humana es la misma en todas partes. Y que todos, de un modo u otro, nos movemos o reaccionamos con determinados patrones que se repiten. Ir conociendo a los protagonistas de La apelación es fascinante. Rápidamente simpatizamos con algunos y le cogemos manía a otros...hasta que se produce alguno de los inesperados y fantásticos giros y tenemos que volver a recolocarnos. Y ahí es donde no podemos dejar de leer porque nos ha agarrado fuerte por las solapas. Hay un asesino a la vista de todos. Hay alguien que va a ser asesinado. ¿Os atrevéis a descubrirlo?
Como os decía antes, yo me lo he pasado pipa. Hacía mucho que no me quedaba enganchada con un libro de esta manera y me ha sentado de maravilla. Tenía hasta la necesidad física de cogerlo y seguir leyendo porque la autora teje una trama que nos provoca una dependencia absoluta: nosotros, como lectores, vamos a saber cosas que algunos de los protagonistas no saben. Y, de lo que se cuentan unos a otros, extraemos conclusiones que nos van a dejar con la boca abierta. Es cierto que, en la segunda parte, el abogado aporta más datos a las pasantes (y, de rebote, a nosotros), pero eso solo consigue que nos piquemos más en la necesidad de saber qué demonios está pasando.
Creedme, La apelación es una lectura de las que se disfruta hasta la última página, de esas que deseas que tus amigos y conocidos lean para comentarla con ellos y poner en común cuándo y dónde descubriste tal o cual dato importante. Es una novela de misterio extraordinaria y llena de matices, de giros, de personajes perfectamente dibujados. Una pura delicia lectora.
Tus reseñas siempre son de diez. Cuánta envidia me das, amiga :)
ResponderEliminarTalia
Algo de estilo de Agatha Christie y un pueblo inglés son para mí 😊💕💕💕📚
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