lunes, 4 de marzo de 2024

EN EL NOMBRE DEL PODER de Juanjo Braulio

 Es verdad, lo reconozco, esto no me lo esperaba. Porque desde que leí Sucios y malvados, la anterior novela de Juanjo Braulio, allá por 2017, no dejaba de esperar con impaciencia un nuevo lanzamiento. Y, oh, sorpresa: volvía al ruedo de las publicaciones, pero no con una novela negra (¿o sí?), sino con una histórica muy ambiciosa que gira alrededor de la familia Borgia. Para quienes no conozcáis a Juanjo Braulio, os recomiendo encarecidamente que descubráis sus novelas anteriores: El silencio del pantano, que fue llevada a Netflix en forma de película, y Sucios y malvados, quizá una de las mejores novelas negras que haya leído jamás, durísima, desgarradora y con un fondo casi aterrador. Ambas tienen algo en común: son sumamente originales, no siguen modas y son capaces de erizarte la piel como pocas. La adaptación de Netflix me pareció realmente buena, porque sabía mantener la oscuridad de trama y personajes y porque Nacho Fresneda se marca un pedazo de personaje brutal, de esos que dan escalofríos solo con que abran la boca. No las dejéis pasar si tenéis ocasión de leerlas (o verla).

Me sorprendió el salto a la novela histórica de Juanjo, pero, desde antes de leerla, tenía claro que iba a ser diferente, que le iba a dar su toque y no me he equivocado. La voz narradora es la de un asesino, un verdugo, y eso ya es toda una declaración de intenciones. Y, aunque es verdad que los Borgia han sido llevados infinidad de veces a páginas de libros, En el nombre del poder les da una vuelta de tuerca, huye de estereotipos y de las versiones más maniqueas para mostrarlos como dignos representantes de su época. Con luces y sombras, por supuesto, pero quizá más reales de lo que habíamos visto hasta ahora. ¿Vamos a su encuentro?

"ME LLAMO MIQUEL DE CORELLA. SOY UN POETA Y UN ASESINO"

Toda Italia teme el nombre de don Micheletto tras el que se encuentra Miquel de Corella, un hombre sin fecha de nacimiento conocida, hijo bastardo, huérfano y que llega a ser el verdugo de la familia Borgia. A través de él y de su voz, iremos descubriendo los oscuros secretos que fue guardando a lo largo de aquellos años y también los "servicios" que llevó a cabo bajo las órdenes de Rodrigo de Borgia, antes y después de convertirse en el papa Alejandro VI. Convertido en la mano derecha del hijo de este, César, su destino está unido al de la poderosa familia valenciana. Una familia para quien todo valía en nombre del poder en una Italia en la que el Renacimiento hacía brillar las artes y las letras, pero también en la que la brillantez de Leonardo, Miguel Ángel y Maquiavelo debía convivir con los peores crímenes y las traiciones más bajas. Para los Borgia, cualquier atrocidad era válida y necesaria si con ella se conseguían sus fines, aunque no fueron los únicos que utilizaron esas armas, ni los que mataron y engañaron por ambición, pero sí los más denostados por ello. Pagaron con la infamia el precio de la gloria.

En el nombre del poder es el inicio, por parte de Juanjo Braulio, de una muy ambiciosa bilogía sobre los Borgia, una familia que ha sido objeto de atención desde su ascenso al poder hasta nuestros días y de la que, a veces, es complicado discernir entre la realidad y la leyenda. La intención de Braulio es, de alguna manera, hacer justicia a los Borgia, tan unidos siempre a lo criminal y a lo escabroso, que lo demás queda completamente opacado. Darle la voz narradora a un hombre como Miquel de Corella, que se mantuvo a su lado y que compartió su vida con la de ellos, me parece un gran acierto, porque nos permite estar dentro, pero con cierta distancia. Tener horizonte en todo lo que nos cuenta.

No puede negarse que los Borgia tuvieron una gran sed de poder y que demostraron muy pocos escrúpulos para llegar donde querían, pero no fueron los únicos. Juanjo Braulio nos hace una inmersión brillante y poderosa en la época y, en muchos momentos, me ha recorrido un estremecimiento por la espalda al reconocer parecidos muy evidentes con lo que nos está tocando vivir. Era un momento en el que todo estaba cambiando, tanto en la sociedad como en las estructuras de poder. Había violencia, sí, pero no podemos evitar sentir fascinación. Un enorme acierto de la novela es cómo ha mezclado la ficción con los hechos reales: hay muchas cosas que pudieron pasar de la manera en que nos las cuenta o no, pero lo importante es que el autor no intenta hacernos comulgar con ruedas de molino, planteando todo como una verdad absoluta.


Hay crímenes en la novela. Bastantes. Y aquí se muestra la maestría de Juanjo para moverse en los ambientes más oscuros y crear personajes llenos de aristas, como ya vimos en sus novelas anteriores. La psicología de cada uno de ellos está perfectamente trazada, sabremos por qué y cómo hicieron lo que hicieron. En ningún momento, y esto es importante, la novela trata de hacer pasar a los Borgia como unas hermanitas de la caridad maltratadas por la historia y sus enemigos, sino explicar sus motivaciones dentro de un momento histórico que era el que era y en el que la mayoría de personas con ansias de poder hacían exactamente lo mismo. Pero la leyenda negra alrededor de los Borgia se ha creído como una certeza incontestable. Todos los tópicos de incesto, envenenamientos, perversiones y corrupción se les aplicaron y ahí han permanecido, inamovibles, especialmente sobre la cabeza de Rodrigo de Borgia, el papa Alfonso VI, que pasa a la historia como un ser corrupto y absolutamente despiadado. Sí, tuvo hijos, ¿y qué? Hubo muchos otros papas en la misma situación, solo hay que investigar un poco. Pero todo lo relativo al incesto con su hija Lucrecia (al que, se dice, también se sumaban los hermanos) no es más que una falacia mil veces repetida.

En el nombre del poder es una novela apasionante, narrada con un ritmo que no decae en ningún momento. Está plagada de diálogos magníficos y tiene una ambientación, como os decía arriba, casi inmersiva,  porque podemos vernos en la época sin ninguna dificultad. En algunos momentos tiene la capacidad de que nos sintamos dentro de las habitaciones de la familia, escucharles, compartir su día a día. En otros, ser testigos de excepción de crímenes crueles y conspiraciones en la sombra. Pero en nuestra cabeza todo se recoloca, como si encajásemos las piezas de un puzle del que no acertábamos a ver la imagen completa. Entonces comprendemos muchas cosas. Esa es la magia de la novela de Juanjo Braulio, una gran historia que se nos queda enganchada y de la que yo, personalmente, espero su pronta continuación. Perdeos en sus páginas, os aseguro que es toda una aventura.



1 comentario:

  1. La novela es magistral amena ,te engancha desde el primer capítulo

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